Lo que el amor unió

Capítulo 3

 

 Austin

Llevaba días sin poder dormir, por más que intentara cerrar los ojos siempre aparecía Chelsy con su enorme sonrisa, pero no pasaban muchos segundos cuando ella desaparecía y me dejaba sumido en la oscuridad. En el momento que sentía que todo estaba perdido, era la voz de mi hijo quien me sacaba de allí y me guiaba hacia la luz, donde todo era paz y tranquilidad; daba igual la situación que estábamos viviendo, allí podía disfrutar de mi familia al completo.

Sabía que aquella noche no iba a ser la excepción, me levanté a media noche, así que, como he venido haciendo en las últimas noche, decidí salir. Antes que nada sustituí el pijama por unos jeans y una camisa blanca. Sin hacer mucho ruido dejé mi habitación para dirigirme a la calle, mis intenciones eran ir a la playa y perderme entre el sonido de las olas y la arena, pero todo aquello cambió cuando vi a mi cuñado salir a hurtadillas como si estuviera escondiendo algo.

No sé qué fue lo que en realidad me impulsó a agarrar las llaves de mi auto, pero de igual forma lo hice. Cuando salí por la puerta, aún el adolescente se encontraba en frente de la casa, hasta que un coche blaco aparcó delante y él se subió.

«¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Debía seguirlo y comprobar que no se metía en algún lío?»

Con mucha determinación me dirigí a mi auto, lo iba a seguir, todo por saber qué era lo que el adolescente ocultaba. Con tan solo recordar lo que yo hacía a  su edad me daba pesadez, había cometido tantos errores.

 

¡Meirda! El camino por donde ellos iban no me agradaba, y más porque sabía a donde llevaban. 

«¿En qué mierda te has metido, Asher?»

La ciudad abandonada estaba llena de autos aparcados, en filas, algunos motores ya estaban rugiendo. Aparqué lo más lejos posibles  y bajé del auto. Por Kyle, había sabido que hoy abría varias peleas  y carreras, lo que nunca llegué a imaginar era que Asher podría acudir.

Aprovechando que estaba en aquel lugar llamé a Kyle, hacía mucho tiempo que no hablaba con él, específicamente desde que logré mi libertada, y ya no le generaba dinero. Al tercer toque me contestó.

“¿Qué quieres? En este momento estoy algo ocupado”

“Queria saber si podía ver a mi amigo, y no sé quizás subirnos al ring”

“Lo siento pero no, en este momento tengo a una castaña entre manos,” ―de fondo se escuchó una voz femenina, ella le comentó algo, lo cual no pude oír.― “y tengo que arreglar unos asuntos con ella.”

 Sin poder añadir nada me colgó.

 

Como en los viejos tiempos me volví a perder en aquel mundo, pero toda aquella fascinación desapareció cuando vi a Asher subido en el ring. A una esquina se encontraba la hermana de Charlotte, quien se encontraba acompañada de otro joven, él estaba muy pegado a Tersa, y aquello parecía enfurecer a mi cuñado; si las miradas mataran el chico ya estaría a más de tres metros bajo tierra.

El combate dio inicio, y el primero en dar el primer paso fue su oponente, Asher supo muy bien cómo esquivar el primer golpe, luego empezó a repartir puñetazos, en menos de 10 segundo ya lo tenía arrinconado contra las cuerdas del cuadrilátero él solo se tapaba la cara.


 

Asher

Estaba que me llevaba el diablo, no me gustaba ver a Teresa con mi mejor amigo, sabía que él no era bueno para ella, que en cualquier momento le podría llegar a hacer daño, pero no podía hacer nada. Tess había tomado una decisión y yo no iba a hacer nada, después de todo era su vida, y aunque aquello me dolía debía aceptarlo.

Los puños me dolían por los golpes que le estaba dando al rubio, pero aún así la adrenalina que sentía me ayudaba a desfogar todo lo que estaba experimentando, eran miles de emociones las que no sabía identificar, pero todo aquello me servía para despejar mi mente. El peor error de aquella noche fue girar la cabeza hacia la derecha, porque vi como Marcos ―mi mejor amigo― le comía los morros a Tessa, aquello me distrajo y el rubio aprovechó para contraatacar.

El primer golpe fue dirigido a mi cara, aquello me desoriento un poco, y no sé en qué momento me llegó a arrinconar contra las cuerdas. El público estaba sorprendido. Aunque intentaba conectar con la realidad no lo lograba, mi mente solo reproducía aquel maldito beso, y Karim aprovechaba aquello para tomar la revancha.

Aún con el bullicio de la gente, podía distinguir la voz de Tess animándome. Sus gritos fueron los que me animaron, mi cara dolía por los golpes que había recibido, pero la peor parte se la había llevado mi corazón ―el cual llevaba roto desde hace unas cuantas semanas. Las misma semanas que llevaba Chelsy “separada” de Austin―.

Logré esquivar su gancho, esta vez le dio al aire, aquello me sirvió para aprovechar su desconcierto. 

 

Todo terminó al tercer asalto, donde dejé a mi contrincante K.O., no sé como habíamos aguantado tanto, pero al haber estado tan reñido en el segundo y tercer round estábamos a más no poder de moretones.

Cuando todo terminó vino Vanesa corriendo y se lanzó a mis brazos, por poco caímos al piso, estampó su boca con la mía y un fogoso beso dio inicio.

 

 



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En el texto hay: boda, secretos, amor

Editado: 02.12.2021

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