Chelsy
«Chelsy, no puedes ser más desastre porque Dios no te dió esa habilidad».
—Lo siento —me disculpe ante Austin por mi torpeza. Una vez me puse yo de pie, lo ayudé. En ese instante me di cuenta de que llevaba su torso al descubierto, dejando ver su bien trabajado abdomen.
«No lo mires tanto, que se te va empezar a caer la baba.»
—No pasa nada —dijo y en sus labios se dibujó una sonrisa.
«En definitiva lo llamaré chico sonrisa. ¿Cómo puede tener una sonrisa tan perfecta?»
Me quedé embobada ante su sonrisa, pero él se marchó antes de que pudiera decir algo más, seguí mi camino hacia la habitación de mi prima y toque un par de veces la puerta hasta que esta se abrió. Me adentre al interior de la recamara y me senté en el borde de la cama.
—¿Qué te parece si vamos a las carreras? —le pregunté cuando su atención estaba fija en mí— Erick me contó que quizás hoy el “Rey”, después de llevar tanto tiempo sin pisar las pistas, volverá para hacer una única carrera con algunos desconocidos.
—Perfecto.
—Pero esta vez, vas a ser tú quien le informará a nuestros padres de que saldremos por ahí con nuestros amigos, ya que la última vez lo hice yo.
—Uff está bien —resopló de mala gana.
En la cena todos fue perfecto, fue una cena tranquila; a mi par derecha se encontraba Austin y a la izquierda mi prima. Al final de la cena mi prima habló y le comentó a m tío que íbamos a salir, obvio omitiendo la parte en que iremos a las carreras clandestinas —aunque ambas estamos a tan solo unas semanas de ser mayores de edad tenemos la “necesidad” de informarles a mis tíos para que no se preocupen —.
— Ah —exclamé cuando recordé que tenía que comentarles lo del móvil—, antes de que se me vuelva a olvidar os quiero comentar que gracias a mi mejor amigo me he quedado sin móvil —les informé un poco apenada.
—Que tiene que ver Erick con que ya no tengas el móvil —cuestiono mi tía confundida.
—Pues que el muy listo me tiró al agua y tenía el móvil en el bolsillo trasero del short. Lo he dejado en un bol con arroz y espero que funcione —les expliqué.
Recogimos todos los platos de la mesa y lo pusimos en el lavavajillas, cogí el bol de arroz donde estaba mi móvil, y subimos las escalera, antes de que nos separamos le pedí que le avisara a las chicas por el grupo de “Crazy but together😈” ella asintió y nos separamos.
Dejé el bol encima de la mesa y me dirigía hacia el closet a buscar la ropa que me pondría. Me decidí por un mono entallado de color blanco, con un escote en V, la cintura decorada simulando un cinturón, la tela frontal se encuentra entrecruzada y la parte posterior tiene la espalda descubierta, complementé mi atuendo con una chaqueta de cuero negra y unas plataformas plateadas.
Me puse el mono y las plataformas, dejé la chaqueta la encima de la cama, me senté en la silla del tocador. Cuando estaba apunto de ponerme el delineador la puerta se abrió con brusquedad, dejando ver a Emma; quien lucía un blusa negra con un escote muy pronunciado y unos vaqueros azules, por poco el delineador no toco mi ojo.
—¿¡Quieres que me saqué un ojo o qué!? —exclamé con enojo. No era por el hecho de que entre sin tocar, eso siempre lo hacemos, sino por el simple hecho de que me espantó y tenía el maldito delineador a unos milicentímetros de mi ojo.
—No, lo siento —en su voz se notaba el arrepentimiento. Sé que no lo hizo a malas…— Solo quería decirte que Erick ya está aquí junto a Andrew —me informó, antes de desaparecer por la puerta otra vez.
Hice malabares para que el maquillaje me quedara natural. Deje mi cabello suelto ya que era lo más fácil y me ahorraba tiempo.
Cogí la chaqueta y la colgué de mi brazo y salí de la habitación. Bajé las escaleras escaleras a toda velocidad —es es una de las tantas costumbres que tengo, por suerte aún no he llegado a caerme—.
—Amor, te ves hermosa —exclamó una vez estuve a unos pocos centímetros de él.
Mis mejillas de seguro tomaron una tonalidad rojiza —de eso estoy segura porque sentí calor por la área de las mejillas—.
—Venga vamos.
Salimos de la casa, Emma se encargó de cerrar la puerta y vimos el auto de Erick en la entrada de la casa. Su auto es un Ford Focus Rs Mountune negro. Como de costumbre, yo me senté en el asiento de copiloto mientras que Jess, Andrew y Emma estaban sentados atrás. Encendí la radio, la conecte con el Bluetooth del móvil de Erick —la hermosa ventaja de al tener tanta confianza y te sepas su contraseña, igual que él también se conoce la mía—.
Entre al reproductor de música y fui bajando hasta encontrar alguna canción que llamara mi atención, hasta que encontré la de “Say my name”. Empecé a cantar la canción y así fueron pasando las siguientes canciones.
Una hora después, al fin habíamos llegado al lugar. Hacía mucho que no venía aquí, desde que me fui a Liverpool con Emma y pasé un año y medio allí, junto mis abuelos y dos gemelas fantásticas —las cuales se ganaron un pedacito de mi corazón—.
La gente estaba concentrada en un solo lugar, observando a los corredores —pero hubo una sola moto la cual me llamó la atención, era una Suzuki G5X-R de color rojo en la cual iba April, con un chico el cual no lo pude ver bien—.
—Chicos —llame la atención de todos—, ya no hace falta que busquemos más a April, ella esta ahí —dije señalando la línea de salida.
Nos acercamos más para poder observar a nuestra amiga, lo que más me sorprendió fue cuando hicieron bajar a las chicas de las motos y ellas se sentaron de espaldas contra el chico, las chicas les pasaron el cinturones a los chicos y luego ellas se encargaron de unir las dos partes.
Había chica, que solo tenía la parte de arriba de un bañador, y una falda que no dejaba nada a la imaginación, estaba enfrente de las motos —la distancia que la separaba de los competidores era minima de un metro—, los motores de las motos estaban rugiendo, cuando la chica bajó las banderas aceleraron y salieron a todo gas.