Chelsy
Me encontraba sentada en el tocador, acabando de ponerme el labial rojo. Al finalizar me mire al espejo del tocador y me fijé como estaba para el gran día, mi pelo rubio se encontraba ondulado —las horas que me había pasado sentada en la silla de la peluquería habían valido la pena— y un maquillaje sutil, el cual así resaltar mis ojos azules.
Elegir el vestido que llevaba puesto había sido de lo más complicado. Junto con mis amigas habíamos acordado salir para ir a comprar los vestidos. Ya llevábamos unas cuantas horas de tienda en tienda y todas —la única excepción era yo— ya habían comprado sus vestido, pero yo ni por más que me probara las tiendas enteras no había encontrado ninguno que llamara mi atención y me hiciera sentir cómoda, hasta que ví el vestido perfecto. Era un vestido de dos piezas; la parte superior se encontraba cubierta por pequeñas pedrerías plateadas igual que la parte de atrás, con la única diferencia que esta tenía una fina tela transparente y la falda era larga, de tul azul marino con pliegues, tenía un largo corte que dejaba mi pierna derecha al descubierto, pero se podía disimular perfectamente con los demás pliegues.
Me puse la toga encima del vestido, cogí el birrete y el móvil—el cual funciona de milagro, pero pronto lo cambiaré— bajé las escaleras y Logan se encontraba sentado en el brazo del sofá con el móvil en la mano.
Un grito de horror se escuchó, proveniente de la planta de arriba, así que subí las escaleras con sumo cuidado y me dirigí a la habitación de Emma. Entre sin que me diera permiso.
—¿Qué pasa Em?
—No encuentro esa cosa que se pone en la cabeza y combina con la toga —me explico haciendo unos gestos muy raros.
—Ah, sabes que el birrete está ahí —le dije señalando un lugar de su escritorio.
Ella me miró alegre y cogí el birrete entre sus manos. Salimos de su habitación y bajamos las escaleras, lo más rápido que pudimos
—¿Nos podemos ir? —preguntó Logan moviendo las llaves de su Audi a5, entre los dedos de su mano derecha.
—Sí, pero más te vale que le pongas la capota —le advertimos.
Wow, la decoración que había en el campus era impresionante. Las sillas se encontraban cubiertas por telas blancas y azules con lazos del color opuesto, una gran pancarta situada detrás del escenario donde se podía leer perfectamente PROMOCIÓN DEL 2018.
Nos despedimos de nuestro hermano y nos fuimos a sentar a las sillas que nos correspondían. Con el paso de los minutos mis nervios eran de lo peor, no me estaban ayudando a tranquilizarme, el campus se estaba llenando de familiares y alumnos de otras clases.
Llegó el momento que tanto había esperado, la directora estaba dando su discurso como cada año —por lo menos este año se dignó a hacer uno nuevo—, mis nervios iban aumentando cada vez más. Para mi mala suerte solo tenía a Erick a mi lado, porque los demás estaban lejos de mi por su apellido.
Una vez la directora finalizó su discurso comenzó a llamarnos, Erick me agarro de la mano izquierda —un gesto que conseguí tranquilizarme y que me pareció muy lindo de su parte—.
—Chelsy Evans —al escuchar mi nombre por el micrófono me sobresalte. Erick me dio una mirada de apoyo, cosa que me dio la suficiente confianza para subir las escaleras del escenario y recoger mi título. Todos los que ya teníamos nuestro título nos quedamos encima del escenario.
Michi, la chica que tenía el mejor promedio de nuestro año, dio un discurso bastante motivador —por poco y llego a llorar—. En toda la ceremonia Erick y yo tuvimos las manos unidas.
La directora junto con todos los profesores que habíamos tenido durante este último año, se mezclaron con los alumnos —la directora se había puesto en medio de los alumnos—y el fotógrafo inmortalizó ese gran momento, nos hicieron otras fotos más pero esta vez solo eramos los alumnos solos y la última fue la mejor. Todos cogimos nuestros birretes y los lanzamos al aire.
A pesar de que el último año en el instituto no fue de lo mejor, no por las notas, al contrario me había esforzado mucho para obtener notas altas y poder ser aceptada en University of Liverpool. Sino por el hecho de que me falta algo y que echado de menos mi estancia en Liverpool —especialmente pasar tiempo con mis abuelos y con la niño de mis ojos, Liam—.
Al final de la graduación habíamos decido ir todos a cenar al mismo restaurante junto con nuestros amigos y familiares.
La reserva que habíamos hecho era en la terraza de un restaurante acogedor, que tiene un buen servicio y menú.
La cena fue muy tranquila, hablábamos de que haríamos en estas vacaciones a las universidades a las cual asistiremos. Por fin he podido conocer a los señores Brown —siempre que he ido a su “casa” la cual en realidad parece una mansión — ellos nunca han estado, también me he enterado que Austin es el hermano de April.
Al final de la cenas mis tíos, nos dieron una pequeña cajita de Cartier. La cajita tenía una linda pulsera de oro rosa con hileras de cristales de distintos tonos de rosas —simulando un degrado—, en el interior con una perfecta caligrafía había grabada Promoción 2018 y la fecha de hoy, 15•06•2018, pero ambas inscripciones se encuentran opuestas.