Lo que el destino unió

Capítulo 17

April

Maratón 2/2

Habíamos acabado de preparar la cena y el par de idiotas seguían aún en el living discutiendo, mi paciencia ya había llegado a su límite y si le sumamos el dolor de cabeza que tengo desde que aterrizamos no era una buena combinación.

Salí de la cocina y los contemple un rato más mientras discutían. Era una situación graciosa porque ambos empezaban a sacar los trapos sucios del otro y nos íbamos enterando de alguna de sus fechorías.

―¡Podéis parar de discutir de una puta vez! ―espeté furiosa. Normalmente no uso los insultos pero hoy iba a hacer la excepción.― Lleváis más de una hora con esto, hasta hemos acabado de preparar la cena y todo.

―Lo sentimos ―se disculparon los dos.

 

Cenamos tranquilos y les contamos como nos fue el viaje. Hubo un momento donde Logan mencionó algo de un niño pequeño y Chelsy, en ese instante Chel y Em se pusieron más blancas que una hoja de papel y se tensaron.

―¿Estás seguro que no lo soñastes?

―No lo soñé, ese día estaba más lúcido que nunca. Aquel niño tenía algo que me llamó la atención, no sé el qué pero bueno…

―Por dios, Logan, dejá de inventar. De seguro te habías bebido hasta la reserva del bar.

―Os juro que ese día no bebí ni una gota de alcohol, solo porque me reencontré con una vieja amiga y tuve que hacerle unos cuantos favores ―eso último lo dijo con sensualidad.

Mis manos empezaron a hacerse puño, los celos me estaba invadiendo. Joder, eso último se lo podría haber ahorrado, a nadie le importa lo que hace en su vida, por algo es privado, además que saber eso me duele. No lo quiero imaginar en brazos de otra y mucho menos pensar que a tenido intimidad con ella.

Con la excusa de que ya había terminado de cenar y que me encontraba cansada me retiré de la cocina y subí a mi habitación. Las lágrimas estaban haciendo hasta lo imposible por revelarse, pero no se lo iba a permitir, por él no pensaba derramar ninguna lágrima.

Abrí el amplio guardarropa, me recuerda al que tiene Barbie en su mansión, y saqué el primer pijama que encontré. Una vez ya me había puesto el pijama me estire en la cama y empecé a reflexionar todo lo que había hecho.

Digamos que no he sido un angelito como todo el mundo piensa, desde los quince empecé a salir a escondidas para verme con mis amigos y con Henry, quien en ese entonces era mi novio, solo duramos tres años y once meses pero antes de irse me dejó una valiosa lección: “Tienes que luchar por lo que quieres, después de todo el destino no te ofrecerá la misma oportunidad dos veces”.

Poco a poco fui cerrando los ojos y me dejé llevar por el sueño acumulado que tenía. Entre los trabajos que nos tocó presentar la última semana,m el tema de la graduación y el viaje he estado dos semanas sin dormir bien.

 

Para mi solo habían pasado unos pocos minutos cuando el sueño me abandonó, gracias a la vibración de mobil, contesté la llamada de la mejor forma que pude.

“¡A quien se le ocurre llamara a las ―miré la hora y proseguí con lo que estaba diciendo― cinco de la mañana!”

“Lo siento, preciosa, pero era urgente que te llamara”

“Ve al puto grano ―mi humor no era el mejor y más si me despiertan cuando apenas he dormido una hora―”

“Te he echado mucho de menos ―con esas simples, pero valiosas, palabras una sonrisa se formó en mi rostro. El mal humor que tenía por su culpa parecía que estaba disminuyendo―  Sabes me gustaría verte en este mismo instante y que sepas que eres cruel”

“Lo siento pero no he dormido casi nada ―me sentí apenada por la forma en que le acabo de hablar y ahí siempre mi conciencia se hace presente―, ¿Me vas a decir cuál era tu urgencia?”

“Da igual mejor te llamo luego, te quiero”

Antes de que le pudiera responder ya había colgado la llamada, sera idiota.

Estuve un buen rato dando vueltas en la cama con la única intención de volver a conciliar el sueño pero fue una lucha imposible, así que de mala gana me levanté y bajé las escaleras para prepararme un café.

«Sé que es muy raro, pero soy de las pocas personas que el café le produce sueño.»

 

Antes de entrar a la cocina escuché un ruido extraño, las luces se encontraban apagadas haci que cogí lo que tenía más cerca ―un jarrón― y con sigilo fui avanzando. Pude divisar una figura masculina, una vez estuve detrás de su espalda estrelle el jarrón en su cabeza.

El jarrón se rompió en muchos pedazos y mi víctima empezó a quejarse.

―¡Aahh!

Encendí la luz y pude distinguir a mi víctima. La escena me hizo un poco de gracia, pero mi risa se esfumó cuando vi que estaba sangrando.

 

Siento no haber subido capítulo antes, pero me ha sido imposible. Tengo que hacer muchas cosas en menos de 7 días y no doi para tanto.

Espero que disfruteis del capítulo❤



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En el texto hay: destino, romance, carrerasilegales

Editado: 14.02.2023

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