Lo que el destino unió

Capítulo 22

Austin

 

Las cortinas de la habitación fueron abiertas de manera brusca, haciendo que un ruido molesto, los rayos del sol se empezaban a filtar por esta. Me removí y me tape la cara con el cojín, pero como siempre la gente no entiende que las personas con resaca le molesta hasta el revoloteo de una simple mosca.

―Deja de ser tan dormilón ―la almohada abandono mi cara y la luz del día me estaba molestando.

―¡Pudrete! ―exclamé con enojo, por el simple hecho de que me estaba privando de mis horas de sueño― ¡Y devuélveme mi almohada!

―No, ya es hora de que levantes tu culo y empieces a asumir tus errores.

«¿Qué mierda dije ayer para que me venga con eso? ¿Le habré dicho que sospecho que su hermana es la chica a la cual estoy buscando? ¡Mierda, por qué cojones tuve que beber tanto!

Relájate, si Logan supiera la verdad su puño ya estaría en tu cara y no habría nadie que lo alejará de tí»

De malas, pero con el miedo instalado en mi ser me levanté de la cama. 

―¿Feliz? ―le cuestione mientras buscaba un pantalón deportivo corto, no iba a salir a hacer deporte sencillamente no quería que me viera en boxers.

―Sí, ahora tenemos que hablar sobre tu estupidez y Kyle ―me informo mientras se estiraba en mi cama, el muy maldito no me dejaba espacio.

 ―¿Qué se supone que hice? O mejor dicho ¿Qué dije? ―indagué. A pesar del temor que estaba experimentando no quería escuchar su respuesta.

―No mucho, solo que quiero que me respondas esto: ―asentí, aún sabiendo que él no me iba a ver― ¿Cómo es eso que quieres volver al ring? ¿Quién es la chica? y por último, pero no menos importante, ¿haz quebrantando alguna de alguna de nuestras reglas?

―Lo necesito, por más que haya pasado varios años sin haber subido al ring, siento la necesidad de liberar todo enfrentándome a alguien que no conozca y quiero volver a tener aquel título que alguna vez llegó a ser mío ―pude expresarle con la toda la sinceridad del mundo―. Sobre la chica no diré nada ―la seguridad con la que salieron mis palabras me sorprendió, a pesar de que el tema me daba miedo mis palabras eran firmes―, hasta que esté seguro de quién es ella, no me quiero meter en problemas por una teoría que mi mente ha creado.

―Supongamos que tu hipótesis es correcta y es la misma chica, ¿qué vas a hacer?

Esa era una buena pregunta, pero cuándo el momento llegué pensaré algo. Solo sé que me quiero disculpar ante ella y quiero solucionar todo lo que le cause.

―Lo primero sería intentar ser su amigo y más adelante cuando ella confíe en mí, le diré la verdad a pesar de que sé que me pueda odiar.

―Te volveré a preguntar, ¿has roto alguna de nuestras normas?

«¿Cómo te digo que sí? Qué cabe la posibilidad de que en realidad me haya acostado con tu hermana y no recuerdo nada de aquella noche».

―No ―no pude mirarlo, sabiendo que quizás le estaba mintiendo en su propia cara―. ¿Y tú? ―si él me estaba interrogando, por algo de lo que dije, yo también podría aprovechar el momento y sacarle alguna verdad.

―No se puede considerar romper una regla, cuando ni yo sé lo que pasa por mi mente ― sus palabras me estaban confundiendo la mente, por más que quisiera indagar en su respuesta sabía que no iba a soltar la lengua. Cuando Logan se pone filosófico y misterioso, nadie es capaz de lograr que suelte prenda.

 

Por más que Logan se pasó toda la tarde intentando convencerme para que no volviera aquel mundo, no hubo nada que me hiciera cambiar de opinión. Por otro lado Kyle me había llamado para confirmar lo de esta noche, no entendía a qué se refería, pero las palabras sueltas que mi mente repetía entendí que podría estar haciendo referencia a aquel mundo del cual una vez me alejé y no tenía intenciones de volver a hacerlo.

Tal y como había acordado con Kyle, nos encontramos en la fábrica, el lugar más alejado de la ciudad y en donde se acostumbraba a celebrara las peleas y la carreras, pero ahora por lo que me había contado se hacen en distintos sitios y nunca se acostumbra a celebrar dos veces en la misma localización por si llegaran a hacer una redada.

―He de admitir que ya echaba de menos al Tigre Brown, quien había logrado que me forrara a su costa en las peleas.

―Deja tus idioteces para otro momento y dime, ¿quien es el idiota que perderá ante el Tigre Brown?

―Arch, aquel moreno que está rodeado por varias de mis chicas― Kyle apuntó hacia su izquierda y lo pude divisar, a pesar de que estaba siendo devorado por dos chicas. 

 

Se habían celebrado cinco combates, yo iba a ser el último ―como en los viejos tiempos―, el primer contrincante fueron dos chicas; una pelirroja y la otra era morena. Ambas estaban igualadas duraron como tres rounds y la pelirroja ganó, al final del combate ambas salieron abrazas y la morena parecía que le decía algo a la pelirroja.

Los combates siguieron pasando y al fin me tocó a mi. Esta vez habían más personas, si lo comparamos con los espectadores que me observaron en la pelea que tuve con Killiam. 



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En el texto hay: destino, romance, carrerasilegales

Editado: 14.02.2023

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