Austin
Dejé mi maleta en la habitación del hotel, preferimos quedarnos en un hotel porque la mansión de mis abuelos se siente muy vacía; a pesar de que hay mucho personal trabajando no se siente como un hogar, sino como algo vació, y para lugares así ya está la mansión de mis padres ―en realidad al tener a tantas personas en casa y que haya una buena relación entre todos y parecemos una gran família― pero para que la familia esté al completo hacen falta la presencia de mis padres.
Antes de salir de la habitación llamé a Jensen para saber en qué hospital estaba mi abuelo, así le podíamos llevar algún pequeño detalle. No llegué al segundo pitido cuando Jensen ya me había contestado.
“Buenas días Jensen, siento llamarte a estas horas pero me gustaría saber en qué hospital se encuentra mi abuelo”
Debería dejar de llamar a Jensen por cualquier cosa, pero él siempre está al pendiente de todo —incluso cuando han acabado sus horas laborales—, estoy muy agradecido con él por todo lo que hace.
"Tengo entendido que le darán el alta dentro de dos horas."
“Muchas gracias, Jensen, y siento haberte molestado tanto en las últimas horas.”
En realidad si estaba apenado con el pobre hombre, en las últimas 24 horas lo único que había hecho era incordiarlo.
“No pasa nada, sé el aprecio que le tienen a su abuelo y es entendible que quieran saber de él.”
Al fin habíamos terminado, una serie de globos se encontraban flotando por el techo de la habitación de mis abuelos. La idea fue de April, según ella era una buena forma de recibirlo y darle una grata sorpresa; después de todo llevábamos tres años sin vernos.
El último, detalle para finalizar con nuestra sorpresa, era entregarle un arreglo de Crisantemos. Me tocaba a mi ir a la floristería, le había mentido a mi hermana diciéndole que la floristería no podía tener nuestro arreglo hasta las 10:30 porque de haber sabido la verdad no me habría dejado hacer lo que quería.
Cuando estaba llamando a la floristería para preguntarles sobre un arreglo en específico, April me encontró y dijo que sería una buena idea recibir a nuestro abuelo con unas flores. ¿Para qué negarme? Después de todo mi hermanita siempre conseguía lo que queria y yo no iba a negarle nada a ella.
―April, es hora de que pase por la floristería ―le informe antes de salir de la habitación de mis abuelos. Bajé a toda prisa por las escaleras, las intenciones que tenía en aquel instante eran ir al garaje y agarrar prestado alguno de los vehículos que habían allí; sabía que las llaves siempre estaban a la izquierda de la puerta, en una especie de casita, ahí se acostumbraba a guardarlas.
Escogí las llaves del Alfa Romeo, ese que me habían regalado mis abuelos cuando vine a visitarlos ―claro está que cuando los visité no podía conducirlo porque era menor de edad, y vaya que me jodió no poder hacerlo. Así que como cualquier niño con un juguete nuevo salí a hurtadillas por la noche y estrené el auto―.
A parte de recoger el arreglo para mi abuelo, le pedí al chico que me atendió, que me diera algún consejo para enviarle un ramo de flores a la chica que me gustaba.
―Como le he comentado, los tulipanes rojos simbolizan el amor perfecto, eterno, el fuego y la pasión pero también se pueden elegirse para el comienzo de una relación; ya que declara el amor sincero y el compromiso de pareja.
Asentí ante la explicación del florista, así que ante su explicación le pedí que el nuevo arreglo fuera de tulipanes rojos y que le pusiera una nota.
—La nota la prefieres escribir de su puño y letra o que la escribamos nosotros en el ordenador.
—La prefiero escribir a mano, ya que así se ve que este arreglo es importante.
Me extendió la pequeña tarjeta, junto con un bolígrafo. Pensé muy bien lo que le iba a escribirle, quería expresar todo lo que ella a causa en i en lo últimos meses y que a pesar de que sé quién es ella —la persona a la cual había buscado para pedirle perdón desde el momento en que desperté solo en aquella habitación, sin saber dónde estaba y lo que había sucedido en aquella fiesta —, aún no me he atrevido a disculparme por el miedo.
Mi mano empezó a escribir solas las palabras que mi corazón quería expresarle porque desde el día que nos volvimos a cruzar sentí una conección con ella.
“Desde el momento que te conocí, mi corazón supo que eras tú, la chica que llevaba tiempo buscando. Los momento que hemos compartido han sido único, me agradaría vivir más aventuras a tu lado.”
La primera parte de la tarjeta se me quedó muy corta, así que usé la segunda cara.
“Espero que nos podamos ver hoy en el hotel St. George.
Att: A.Brown”
Guarde la tarjeta en el pequeño sobre rosa que estaba encima del mostrador y se lo entregué al chico. Anteriormente me había dejado unos minutos a solas, ya que se había ido a preparar el arreglo para mi abuelo, ahora que volvía a estar enfrente de mí le dí la dirección de donde tenía que ser entregado el ramo de tulipanes —Kyle me había pasado parte de la información que le había pedido—.
Esperaba con toda el alma que le gustara el detalle a Chelsy.