Lo que el verano se llevó

Capitulo 1

La juventud se evapora de a poco de mis manos y no puedo hacer nada para revertirla, con 19 años siento que estoy en el cuerpo de una persona  joven pero en una mente de una persona de unos 40  años agotada, la vida es dura para todos pero con algunos se pasa, hay quienes necesitamos un respiro, unas vacaciones de nuestras mentes, pero que lamentablemente no podemos tomarlo fácilmente, eso queridos amigos, es la maldita realidad de convertirse en un joven adulto, y apesta algunas veces, casi siempre.

Miro el reloj y me doy cuenta de que me quedan 5 minutos de descanso antes de volver al trabajo, dejo mis apuntes junto a mi mochila y me recojo el cabello en una cola, así por lo menos será más llevadero el calor infernal que azota a la ciudad nuevamente este verano. 

-Aitana, espérame!- me dijo alzando la voz Joaquín, mi compañero de trabajo, me detuve a esperarlo- tenemos que desempacar unas cajas que trajeron nuevos suministros- me dijo una vez situado a mi lado.

-De quien  llegaron ahora?- pregunté con curiosidad.

-De Mercedes Ron- dijo mirándome divertido, el sabe que amo sus libros y que la amo a ella- puedes colocarlos tu en la estantería y de paso te llevas el libro que estas esperando hace meses, dime un secreto, puede ser?- contesto con una sonrisa picara y un tono dudoso al decir el nombre del libro, que como de costumbre se volvió a equivocar. 

-Dímelo en Secreto, tonto- le corregí mientras me dirigía al deposito para sacar las cajas que contienen los libros que tenemos que acomodar en los estantes. 

-Claro, claro, eso dije- replico riéndose. 

Cuando estaba llevando los libros en mis manos para colocarlos en el mostrador, sonó mi móvil indicándome que me estaban llamando, deje los libros esparcidos de una manera desordenada en un mueble y atendí

-Hola?-contesté

-Alá tía que si no te llamo yo para saber como va tu vida no me entero de nada y pues tu menos- contesto mi amiga Camila

- Tía que estas por estas zonas!-exclamé sorprendida y alegre, hace mucho que no sabía de ella, joder, tenía razón en regañarme, de no ser por ella que me llamaba y escribía no sabríamos nada una de la otra, que mala amiga que soy. 

-Pues claro que estoy por estas zonas, querida, suspendieron las clases en la Uni por un mes por qué se nos venía el edificio encima y aproveche y me vine a visitar a mi familia y de paso a ti, guapa, que ya estas pasando de mi seguido eh!- me contó entre risas y regaños.

-Cami, perdón, estuve desconectada de todo, estoy con la mente a full en el trabajo, los estudios y mi familia, disculpa amiga- respondí llena de vergüenza  

-Tranquila tía, que ahora que me quedo un tiempo nos ponemos al día ambas y de paso nos ayudamos mutuamente con los estudios, y cuando digo ayudar me refiero a pegarle a la otra cuando se ponga a hacer de todo menos estudiar- dijo resuelta

- Vale, vale, me gusta tu idea... Oye, tienes planes para el finde? más allá de pasarlo con tu familia, claro- pregunte con la idea de invitarla a tomarnos algo o simplemente quedar para cenar y ver una peli. 

- Que yo sepa, mi familia no planeo nada para este fin de semana, solo iremos el sábado a almorzar a un restaurant nuevo que abrieron a unas cuadras de casa y luego cada uno a lo suyo. contesto

-Vale, eh... si quieres podemos salir a la noche e irnos a tomar algo o podemos simplemente quedarnos en mi casa, cocinamos unos tacos y vemos una peli... te parece?- pregunté inquieta

- Que sí tíaa, me gusta la idea de comer tacos y más si tu los preparas, peeroo, es verano, estas de vacaciones, yo igual, prácticamente- se rio-  salgamos a tomarnos algo y a ponernos al día, en otra ocasión nos quedamos en tu casa y me cocinas algo rico- respondió resuelta.

Vi que Joaquín me hacía señas para que deje el móvil y acomode los libros, estaban llegando clientes y ese día estábamos nosotros dos en la sala de abajo.

-Vale, te mando un mensaje en la semana para acordar lugar y hora, te tengo que dejar ahora porque están llegando clientes al trabajo.

- Tranquila guapa, trabaje para salir conmigo- respondió divertida- nos mantenemos en contacto, vale? un beso

-Vale, uno a ti también- dije y un segundo después colgué.

Las tres horas siguientes  me dedique a acomodar los  libros y atender a varios adolescentes que buscaban libros de literatura juvenil y algunos que iban a por comics. La cafetería estuve activa toda la tarde pero de una manera tranquila. El lugar donde trabajaba era un sueño, una librería y cafetería al mismo tiempo, cualquier amante de la lectura, cualquiera sea su tipo, sería feliz trabajando aquí y yo, afortunadamente, soy una de ellas.

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Me despedí de Joaquín, que como siempre me acompañaba a la parada y esperaba a que tome el bus para llegar a mi casa. 

-Si sabes que comportándote como lo haces conmigo, das una idea errónea de nuestra amistad a tus ligues?- le pregunté encarando una ceja, al darme cuenta de que estaba llegando tarde a una cita con una chica con la que llevaba tonteando ya un semana. 

- Y si sabes tu, que eres mi amiga y por lo tal debo cumplir mi rol como amigo y si  tengo que acompañarte y esperar a que tomes el bus para recién irme a mi cita, lo haré- dijo  con una sonrisa- y más a como están, lamentablemente las cosas hoy en día, solo me preocupo y si a mis posibles ligues les incomoda eso pues allá ellas, yo le avisé que tenía que asegurarme de que tomes tu bus y que recién iría al bar que quedamos, que por cierto, queda a una cuadra de su casa, por lo que si ella va antes, es porque ella así lo quiso, guapa. 

-Joder, que hay veces que me dan ganas de pegarte por cabezota pero me sales con esto y me dan ganas de abrazarte- repliqué sonriendo.




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