Lo Que Habita En El Pozo

4. RECUERDOS DE UNA INFANCIA OLVIDADA

Los aullidos de un animal a la distancia atormentan los oídos de un niño, cubre con sus manos para evitar escucharlos, no le dejan dormir, por la noche se hacen más fuertes y sus sueños no le ayudan, en sus pesadillas ve las miles de torturas que su pequeño amigo es lastimado, al punto de asesinarlo pero noche tras noche se detienen y vuelven a comenzar.
- No, mama, ya, haz que se detenga- gritando un niño despierta
- Ya, ya tranquilo, no pasa nada- la madre lo abraza
- no quiero escucharlo mama, has que pare, por favor- entre sus sollozos
- ¡De nuevo?- Un padre
- No podemos seguir así, debemos alejarlo de todo esto, lo enviaremos a la ciudad con mis papas, que olvide todo esto- responde la madre
- Tal vez sea lo mejor-
Una triste pero necesaria despedida, un niño se aleja de su familia para tratar de comenzar de nuevo en otro lugar, y así, poder olvidar.

Abrí los ojos de golpe, ese recuerdo creí haberlo dejado atrás, suspire profundamente y retome mi búsqueda con esos papeles, mientras más buscaba mas recuerdos que creí olvidados regresaban a mí como una cascada furiosa, todos al mismo tiempo.
 

Por la mañana temprano llame a  mi editor en la ciudad para informar de mi estadía en el pueblo de mis Padres, a mi esposa le fascinó la idea, el lugar le daba inspiración para sus pinturas, aunque tenía mis miedos y mis dudas con respecto a lo que le paso a mi hija, quien por cierto parecía no recordar nada de la noche anterior, respire de alivio, hasta cierto punto pues aun sostenía ese conejo entre sus manos y lo traía para todas partes. Salí por la mañana esta vez fui directamente al pueblo deba comprar unas cosas que necesitaba para escribir, como impresora y tinta, entre otras cosas, y también aprovecharía para buscar algún registro en la biblioteca sobre el antecedente del pueblo esperando que esta vez no me vigilen.
- Bueno, solo encontré esto, después del terremoto hubo un incendio y consumió gran parte de los archivos, pero quedaron algunos diarios, espero que le sirva- la bibliotecaria
- Si gracias, muy amable- dije
- Perdón, ¿Pero, para que los necesita, exactamente?- insistió
- AH, vera decidí quedarme en el pueblo por mama, y además la inspiración regreso a mí y quiero aprovecharla- baje la mirada viendo los diarios
- Cuando se convierta en Best Seller, espero que me dé las gracias- sonrió
- Por supuesto que sí- respondí
No sabía que estaba buscando, solo hojeaba y hojeaba cada uno de los diarios, y algunos escritos, sobre la historia del pueblo, y el origen de ese pozo y entre esos escritos descubrir si existe un tal “Jack”, suspire lanzando los papeles sobre el escritorio de la biblioteca y cerré mis ojos para descansar un poco.

- Perdone, pero ya vamos a cerrar- una chica
- Si, perdóneme, se me fue el tiempo- vi el reloj – por Dios, mil gracias, ¿puedo regresar mañana?- tome mis cosas y entre eso algunos papeles
- Si por supuesto- respondió
- Gracias, hasta mañana- Salí hasta mi auto
Las luces del pueblo y algunos autos parecían hipnotizarme y de nuevo esos recuerdos regresaron, frene de golpe y orille el auto baje casi cayéndome y devolví el estomago, ¿Por qué? ¿Por qué ahora regresaban esos recuerdos? Fueron horas de terapia para convencerme  de que Duque había caído en el pozo por curioso, siguiendo una liebre, hora de terapia autoconvenserme  de que yo me asuste al verlo caer y no pude ayudarlo, ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Me contagie de la histeria de este pueblo? Sí, eso debe ser, no hay nada más. Busque entre los bolsillos de mi abrigo esa cajetilla olvidada saque uno y me recargue en el cofre del auto, a fumar a tratar de tranquilizarme a recordar mis terapias y repetir mentalmente como olvidar. Suspire profundamente y sentí una vibración en mi pantalón, mi teléfono comenzó a sonar vi la pantalla y era Esteban, con un mensaje, preguntando si iría a cenar a casa, termine el cigarrillo y conduje de nuevo a casa.

Me senté frente a la chimenea después de cenar mi copa de brandy y mi mirada fija a esas llamas parecía que hablaban desde el infierno, tan concentrado y sumergido en mis pensamientos ni note cuando Esteban se sentó frente a mí y lo note hasta que hablo.
- ¿Te sientes bien? estuviste mas callado de lo normal durante la cena- Esteban
- No, nada, solo, tu sabes, bueno no lo sabes, así me concentro cuando estoy por escribir algo- respondí
- Uriel te conozco, y se cuando algo te preocupa- Esteban
- No es nada, de verdad- bebiendo mas brandy – ¿O ya te dijeron lo que estuve haciendo durante el día?- Uriel dejando el vaso
- No, solo quería, olvídalo- Esteban
- Teban, ¿Recuerdas porque nos enviaron a la ciudad?- Uriel
-Te enviaron a ti, yo solo te acompañe a casa de mis abuelos, y te enviaron porque necesitabas terapia después de lo que, de lo que paso con Duque, cuando tu sabes, cayó al pozo- Esteban
- Si claro, pero exactamente ¿Recuerdas porque?- insistí
- Comenzaste a tener terrores nocturnos, y bueno, el terapeuta te ayudaría a que los dejaras atrás y, ¿Por qué insistes tanto en esto?- Esteban
- Por nada, lo siento, me voy a dormir- Uriel subiendo escaleras arriba hasta la habitación.



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En el texto hay: miedo, sobrenatural, pozo

Editado: 12.03.2019

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