El sonido de la campana del pueblo resonaba por todo el pueblo, abrí los ojos al escuchar a mi esposa que salía a toda prisa de casa, pregunte por JazBeth y me respondió que estaba con Esteban, salí como pude de ahí y llegue hasta donde estaba el pueblo casi completo, una mujer estaba llorando siendo sostenida por tres personas más, y lo vi, a lo lejos estaba el oficial de policía con la mirada perdida hacia el pozo, me acerque un poco a el pero con su mano extendida me hizo la señal de alto, a unos cuantos pasos de él.
- ¿porque no se detuvo? ¿Que nos falto? se supone que, que hicimos todo ¿O no?- pregunto
- ¿Que, que paso?- pregunte
- Ya están sacando el cuerpo- grito un hombre
- Es mi hijo- respondió el oficial y camino hasta su esposa
¿Qué? pero, ¿que nos falto? ¿que no vimos?- retrocedí y regrese a mi auto
No quería interferir con este momento tan difícil así que, preferí regresar a casa a revisar lo que hemos encontrado y ver que pudo haber faltado, recordé lo que JazBeth me dijo la noche anterior, Jared ese niño cuidaba de ella, entonces, ¿que fue lo que no vimos desde un principio?.
Sentado frente a la ventana de mi casa, tomando un vaso con whisky seguía repasando cada hoja dejada por Sasha y la del diario que me entrego el pobre oficial que ahora estaba llorando la pérdida de su único hijo, creímos que, al sacar los restos de ese tal Jared y depositarlos junto a su padre todo habría terminado pero no fue así, ¿porque demonios no fue así?, en mi mente daban vueltas tanto esa mujer en el psiquiátrico, como lo que me dijo esa tal Marlene, y esa hoja del diario sobre lo que le habían hecho a su pobre hijo, di un fuerte suspiro detenido al escuchar que llamaron a mi puerta, detrás de esta estaba el oficial de policía, me miro en silencio y solo entro a mi casa sin decirme nada, tomo de un solo trago todo el whisky del vaso, trague saliva y me serví otro, llene su vaso y me senté frente a él.
- Lo siento mucho, yo no, no sé qué paso, creímos que, creí que esto se detendría su sus restos descansaban en paz junto a su padre pero- me detuve, el no debería saber lo que mi hija me dijo la otra noche, al menos no considere que fuera el momento más oportuno. - Mire, Marlene me dijo que- me miro asombrado
- ¿Marlene? ¿Que Marlene?- pregunto
- Marlene, la anciana, la vidente ese, la que Sasha vio antes de, bueno de eso, esa misma mujer que vive a las afueras de aquí en esa enorme mansión de mármol, ella- vi su expresión de incrédulo - ¿La conoce usted?- una demente pensé.
- La única mujer llamada Marlene, que tenía una enorme Mansión a las afueras del pueblo, falleció hace veinte años- dijo muy seguro
- ¿Que?, no, no, no, debe haber un error, o, o tal vez sería una hija, o un familiar que- me interrumpió de nuevo
- Uriel, Marlene, esa mujer, nunca tuvo hijos, y si es la que me estoy imaginando, estoy muy seguro de que falleció hace veinte años, no pudiste hablar con ella, ni siquiera su amiga, la reportera- respondió
- Por supuesto que no, yo se que la pena es mucha pero le juro que yo hable con ella, no estoy loco- reclame
- Vamos, lléveme a la mansión que dice, donde hablo con esa mujer- se puso de pie
- Claro, vamos- y salimos de mi casa rumbo a esa enorme mansión.
El camino hacia la mansión de mármol o cantera no conozco de minerales estaba al final de la vereda, el recorrido fue el mismo, todo estaba intacto, estaba preparandome para soñarle su error pero mi corazón se detuvo al llegar a esa Mansión.
- Lo ve, ahora dígame, ¿Donde está la mansión?- bajando del auto señalándome el oficial el lugar
- Esto, no puede ser- dije acercándome al lugar.
Había ruinas, un casco era lo único que quedaba de esa enorme mansión, como si estuviese en obra negra sin terminar, pero, estaba semi derrumbada, ahí estaban los enormes escalones de piedra, los leones a la par, a sus costados, pero la enorme puerta de caoba no estaba, no quedaba nada.
- Lo ves, aquí no hay nada, esta enorme mansión se quemo hace veinte años con la única propietaria dentro, con Marlene- dijo
- Pero yo estuve aquí, recuerdo perfectamente el lugar, a su asistente, esa mujer de color, a Marlene, a, las recuerdo, recuerdo la sala, el enorme pasillo, el jardín, la fuente, todo, no lo pude haber imaginado- me exalte.
- Pasemos- camino delante de mí.
El pasillo de mármol, la fuente en el jardín, las paredes, todo como lo recordaba no quedaba nada, estaba en ruinas, había dibujos de vándalos. - Uriel- me detuve al escuchar mi nombre - Marlene, era la hija mas chica, la media hermana de Jared, dicen que el padre, le prendió fuego a la mansión en venganza por lo que le habían hecho a su hijo, y mire- me señalo la única pared que seguía totalmente en pie - "NUNCA PERDONARE"-
- Entonces, JazBeth tenia razón- dije
- ¡Que le dijo su hija?- pregunto
- Que Jaread protegía a los niños y- me detuvo
- Lo que habita en el pozo, es el odio del padre,- dijo
- Por eso, debe haber un adulto en cada casa para proteger a sus hijos, pero- sin querer pise algo, me incline para tomarlo y era una especie de libro o una libreta con anotaciones bastante furiosas - Parece un diario- dije al hojearlo
- Es el diario completo- me lo arrebato el oficial y comenzó a leerlo - Aquí esta, Malditos, todos malditos, yo ayude a sus hijos a terminar con el sufrimiento, al sacar sus cuerpos del pozo, y nadie me ayudo a mí, Nunca perdonare, a nadie, no tendré misericordia ni piedad, un hijo por cada familia, así jamás estaré solo, y Jared tendrá con quien jugar- Trague saliva al escuchar esas palabras.
Salimos de la enorme Mansión, llegamos a la hemeroteca del pueblo, busque la noticia sobre ese incendio, y ahí estaba, no permitió que nadie entrara ayudar a Marlene, aunque el padre ya estuviera muerto.
- Mire, una figura fantasmal aparecía delante de nosotros, nadie se atrevió a entrar, a brindar a ayuda para sofocar el fuego de esa enorme mansión, los alaridos de la pobre Marlene, poco a poco se fueron apagando, pero entre los gritos de dolor y ayuda una frase resonaba en el lugar, Perdón papa, Perdón- deje de leer la noticia, me recargue en el respaldo de la silla, apague la computadora, y deje volar mi mente, había hablado con un muerto, un alma en pena condenada a vagar en este lugar, en este plano existencial todo por la maldición de un padre furioso con ella, y con todo el pueblo por la muerte de su hijo, por la muerte de Jared, ese hombre era quien habita ese maldito pozo.