MARLOWE
That boy is corrupt
Could you raise him to love me maybe?
He sure fucked me up
And yes I'm talking 'bout your baby
Canté, o más bien grité, entrando en la cafetería con mi mejor interpretación de Nobody's Son. La letra resonó entre las mesas y las caras confundidas de mis compañeros.
Si, claro, Marlowe, por qué gritar letras de Sabrina Carpenter en público es la mejor forma de pasar desapercibida.
Oh, cállate. Al menos alguien aquí tiene gusto musical.
No era mi culpa. Tenía una lista de reproducción peligrosa. Y cuando decía peligrosa era por qué podía pasar de Taylor Swift a Sabrina Carpenter a Jenny Rivera y terminar llorando con Bruno Mars...todo en el lapso de diez minutos.
Ellie estaba sentada ya en nuestra mesa habitual, la del fondo, junto al enorme ventanal donde el sol se colaba sin permiso, apenas me vio, sonrió con esa cara de "ahí viene mi desastre favorito".
Ellie es la risa que me salva sin pedir permiso, cabello castaño con mechas rubias, ojos avellana que siempre encuentran esa parte buena a todo, se mueve por la vida con una mezcla extraña entre astucia y ternura. Es la chispa del grupo, la que nos recuerda que incluso los días difíciles todavía podemos respirar, molestar y seguir adelante.
—Por favor dime qué no estás cantando eso a las ocho de la mañana —dijo riéndose
—Estoy cantando arte, Ellie. Se llama expresión emocional musical.
Traducción: estás fuera de control otra vez
Mentira. Estoy culturalmente elevada.
Ellie rodó los ojos y se acomodo el cabello castaño mientras me hacía espacio a su lado. Evan estaba frente a ella, con esa sonrisa que usaba cuando planeaba decir algo que me hiciera perder la paciencia.
Evan es el brillo que llega, cabello rubio corto, ojos azules que dejan ver cuando está tramando algo, esa energía que vuelve cualquier plan más divertido de lo que debería ser. Es carismático, autentico y en el grupo funciona como el pegamento emocional que mantiene todo ligero cuando el ambiente se empieza a fracturar.
—"That boy is corrupt"? —repitió, con una sonrisa burlona— ¿Ahora eres cantante Marlowe? ¿O solo fan de hombres que te rompen el corazón desde Spotify?
Respira....no contestes, no...no.
—No todos los hombres —dije tomando asiento— Solo los ficticios. Esos al menos saben cómo tratar a una mujer.
Tirando factos.
Ellie soltó una carcajada y Evan golpeó la mesa con la palma.
—!Claro¡, ¿cómo Rhett?, ¿tu novio literario? —Evan se inclinó sobre la mesa con dramatismo— ¿Cómo está? ¿Siguen juntos? ¿O lo dejaste por un vampiro?
Ignóralo. No puede entender el arte de amar a alguien que no existe.
Si, claro, por qué eso suena completamente saludable.
Suspiré y saqué de mi mochila mi tesoro: "Ciudades de Humo" de Joana Marcus, el primer libro de mi trilogía favorita. Estaba gastado, lleno de post-its y con la portada medio doblada.
—Rhett no es solo un personaje, ¿okey? —Dije en tono solemne— Es la definición del hombre perfecto.
Eros que hasta ese momento jugaba con la tapa de su vaso de café, levanto la vista con una sonrisa traviesa.
—¿Perfecto como en "es emocionalmente estable" o como en "tiene traumas y es guapo"?
Auch
Eros Yang es la calma que yo no tengo, cabello castaño oscuro, ojos rasgados, marrones y una serenidad que siempre parece pensar dos pasos antes que el resto. Analítico, observador, estable, es el ancla del grupo, el que, sin alzar la voz, mantiene el rumbo cuando todos empezamos a perderlo.
—Ambas —respondí levantando una ceja— Es guapo y emocionalmente dañado, es un combo irresistible.
Eros soltó una risa contagiosa, esa que hacía que todos los demás sonrieran también.
—Qué raro, pensé que el trauma venía de la vida real, no de las páginas.
Este niño me está dando lecciones de estabilidad emocional, que humillación.
Ellie mientras tanto estaba ocupada robándome las papas fritas de mi plato
—Te juro, Marlowe —dijo entre risas— que un día vas a mirar a alguien real y vas a decirle "¿Por qué no eres Rhett?" Y ahí es cuando oficialmente tendré que internarte.
Lo haría, pero los estándares literarios son altos, literalmente.
—No necesito que sea Rhett —dije mordiendo una papa para disimular la sonrisa— Solo que tenga una buena playlist y no crea que "romántico" es mandarme memes de Shrek.
Evan se dio por aludido y puso cara de ofendido.
—Oye, los memes de Shrek son arte.
Eros asintió con seriedad teatral.
—Si, pero tú los mandas con captions tipo "tú y yo si estuviéramos en un tsunami" y eso da miedo.
Ellie se carcajeo tan fuerte que casi tiró su café. Yo me reí también, aunque por dentro ya me había resignado a mi destino, ser la chica que lee demasiado y vive a través de personajes que no existen.
Podría ser peor
¿Cómo?
Podrías tener un novio real que no lea ni los menús
Suspiré, punto para mi conciencia.
Me recosté en la silla, mirando por la ventana. El cielo tenía ese azul inofensivo que engaña, parece tranquilo, pero sabes que algo va a salir mal en cualquier momento.
—Oigan —dije jugando con la tapa de mi jugo de naranja— ¿Nunca les pasa que sienten que todo lo que leen o escuchan...cómo que los define un poco?
Ellie me observo con una mezcla de ternura y exasperación.
—Marlowe, tu literalmente citas frases de libros en conversaciones normales. Claro que te define.
Y no solo eso. También tengo diálogos enteros de memoria
Si...eso no ayuda a mi caso de "no soy una freak literaria"
Evan sin levantar la mirada de su celular, hablo.
—A mí me define el hambre.
Todos reímos. Así era siempre ellos mis 3/4, también estaba mi amiga Evangeline pero ella tenía clase en ese momento, mis anclas al mundo real, y yo...flotando entre letras, canciones y escenas de amor imposibles.