Lo Que Juramos Jamás Ser

CAPITULO 4

Harry

New York - Sábado 2 de octubre - 4:33 p.m.

El día había amanecido bonito desde que tengo la dicha de despertar al lado de mi bebé.

Hoy mi nena cumple cinco meses de nacida, es una alegría para mí celebrar un mes más de la vida de mi hija, a pesar de todas las cosas.

Tome la decisión de dejar todo lo que un día fue y dedicarme en hacer una nueva vida, al lado de mi hija.

No pensaba celebrarlo nada, pues no tenía del todo los recuerdos para hacer algo por mi nena.

Pues, prefiero que tenga sus pañales y leche a tiempo que gastar de más aquel dinero.

Mis padres y algunos amigos no estuvieron de acuerdo con mi decisión, es por eso que no hace muchas horas termine de limpiar mi pequeña morada, mientras que Asia dormía plácidamente en su pequeña cuna.

Ella ya estaba lista para recibir a sus invitados, pues me dediqué en darle un buen baño y ponerle su mejor ropa para que pueda verse como buena anfitriona.

Lo que más agradecía al cielo es tener a varias personas que nos quieren y nos han hecho un pequeño espacio en sus corazones.

El timbre suena, causando eco por la casa, ya sabiendo yo muy bien quienes eran.

— ¿Dónde está mi niña?

Pregunto mamá dándome las bolsas y correr hacia dentro.

— Hola mamá, tu hija también se encuentra muy bien.

Dije, para luego ver a papá adentrarse por la casa y ayudarme con las bolsas.

— Tu madre es un poco intensa.

Dijo papá, apoyándose en la pequeña isla de la cocina.

— Si no lo dices, no me doy cuenta eh…

— ¡Los oí!

Grito mamá desde mi habitación, causando risas entre los dos.

— Creo que es mejor, ayudarte con la comida.

— Sí, yo pienso que sí…

Mi relación con mi padre no fue muy buena, cuando supo de Alisha estaba embarazada, pues a él nunca le agradó el hecho de que yo tenga algo con ella... y ahora me doy cuenta de las cosas.

Papá no me habló casi todo el embarazo de mi hija, pues decía que ya había malogrado mi futuro y en una parte tenía razón.

Yo temía que él no quiera a mi hija, pues nunca se presentó en todo el embarazo, prácticamente me dejó pensar que no le importaba que es lo que hacía con mi vida o con mi hija, pero me equivoqué.

Cuando sucedió lo de Alisha en el hospital, fue él el primero en estar a mi lado y cargar a mi hija con mucho amor, creo que ni siquiera conmigo estando niño fue así, como lo es con Asia.

Asia es una bebé hermosa, tiene unos hermosos ojos verdes esmeralda y unas pestañas largas y muy bien curvadas, dando la impresión que le hicieron algo en ellas.

Cuando la vi la primera vez me enamoró, era la niña más hermosa que mis ojos habían visto y no solo lo digo por qué es mi hija, pues ella se llamaba la atención de todos, incluso del doctor que la ayudó a venir al mundo.

Ninguno de mi familia tienes los ojos que heredó Asia, ni esa aura tan tierna y pestañas tan largas y hermosas que he visto.

Algunas amigas, me dijeron que Asia podía ser una bebé modelo y que estaban dispuestas a ayudarme si quisiera, pero me negué.

Mi hija, no iba a estar en el ojo público y ser expuestas por algo así, me negué rotundamente.

— ¡Pero, mira quién despertó!

Dije feliz al ver a mi hija, sonreír en los brazos de su abuela.

— Hola hermosa.

Le dijo papá, tomándola en sus brazos y ver ese brillo especial en sus ojos gracias a Asia.

Asia nos había robado el corazón a todos y cuando digo a todos es porque es a todo el mundo quien la vea, por eso digo que no habrá nadie quien no caiga en los encantos de mi hija.

— ¡Ya llegó el padrino!

Gritó Matt con los brazos llenos de bolas y una caja de regalos de color rosa.

¿En qué momento entro?

— ¡Mira Asía llegó tu bolsita de vómito!

— ¡Hey¡, solo fue una vez!

Me gustaba molestar a Matt, pues hubo una vez que Asia lo vomitó en frente de todos, es por eso que desde ahí lo molesto de esa manera.

Matt toma en sus brazos a Así, luego de dejarle en las manos las bolsas a mi madre.

— ¿Cómo está la bebé más linda del mundo?

Matt quería muchísimo a mi hija, tanto así que me ayudo las primeras noches junto con Dani su novia.

Fue las semanas más difíciles que tuve con Asia, ya que ambos teníamos que acostumbrarnos el uno del otro.

— ¿Y Dani?

— ¡Aquí estoy!

Dani es amiga de nosotros desde que estamos en secundaria, a Matt siempre le gusto ella, pero se negaba a declararse a ella por miedo a ser rechazado, hasta que un día se tomó de valor y fue por ella, pero lo más gracioso de todo, es que Dani pensaba que Matt era gay.



#4064 en Novela romántica
#1185 en Chick lit

En el texto hay: romace, dolor desamor, amor celos

Editado: 15.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.