Lo que la Oscuridad Oculta

Capítulo #7

Después de estar más calmada entro en casa y veo que las luces de la cocina están prendidas <<abuela >> voy hasta ella y la volteo, se asombra al verme y más al ver la ropa que traigo ya que obviamente no es de dormir.
-Me ocultaste el hecho de poder ver a mis padres, no me contaste a que estaba destinada, estuve a punto de morir con ataques de ansiedad que me dejaban sin comer por semanas y resulta que tu tenías la cura y sabías bien cuál era, pudiste llevarme con ellos- le reclamo -o al menos contarme que podría verlos algún día.
-Sabrina yo...- intenta decir pero me voy escaleras arriba a mi habitación. 
-Me iré con ellos- grito desde mi cuarto y sube rápido. 
-No puedes irte- llora e intenta quitarme la maleta que preparo pero no se lo permito.
Recuerdo lo último que dijo Adam, lo cual me llenó de ira 
<<ellos intentaron acercarse poco a poco para que estuvieras bien y que tus ataques de ansiedad desaparecieran pero tu abuela dijo que eso te pondría peor y no lo permitió, ellos sufrieron mucho al saber que estabas mal por su culpa>>
-Ellos quisieron estar conmigo, pero no lo permitiste- le continúo reclamando -preferidte verme sufrir por la ausencia de mis padres.
-No es así Sabrina- sigue llorando  -eso te pondría peor.
-¿me pondría peor saber que mis padres estaban a mi lado?- indago con rabia.
-Se convirtieron en asesinos- contesta haciéndome hervir más la sangre -ellos podían matarnos.
-Me das pena Vanessa- no soy capaz de llamarla por lo que es, mi abuela. -Desprecias a tu hija y a tu yerno- le grito -despréciame también porque ahora soy uno de ellos.
-No, tu eres diferente- intenta tocarme y no la dejo -escúchame... -la dejo con la palabra en la boca y salgo a despertar a las chicas que se irán conmigo aunque tenga que contarles la verdad. 
-Tiffany, Leah- las llamo y salen de sus habitaciones  -preparen todo que se van conmigo -no las dejo alegar ya que me voy a recoger lo que falta a parte de que saben que estoy lo suficientemente molesta. 
-No pueden irse Sabrina, mi niña- intenta tocarme y sigo negándome a su contacto. 
-¿Ya están listas?- les pregunto a mis amigas ignorando a mi abuela. 
-Si- contestan al unísono. 
-Perfecto, nos vamos- salgo y ellas me siguen mientras escuchamos el llanto de Vanessa. 
-Sab...- intenta decir Tiffany. 
-Prometo que les contaré pero ahora no puede ser- la corto, estoy demasiado molesta, dolida y confusa como para dar explicaciones. 
Avanzamos por el bosque y sin mirarlas noto su confusión pero no tengo tiempo para explicar, hay que llegar a la cueva.
Unos minutos después veo el oscuro agujero entre las rocas enormes y no me importa si creen que estoy loca, solo avanzo al interior. 
-Sabrina ¿Qué haces?- me pregunta mamá confundida al ver a mis amigas. 
-Mamá, estoy demasiado alterada como para dar explicaciones- contesto. 
-¿Mamá?- exclaman las chicas que se mantienen a mi espalda abriendo los ojos como platos.
-Natasha- llamo a la Darksider cuando la veo pasar junto con otras chicas -lleva a Tiffany y a Leah a alguna de las habitaciones desocupadas, no quiero que mueran de un ataque- le digo cuando se acerca. 
-Claro- contesta sonriente.
-Prometo que en un rato iré y les explicaré todo- las abrazo antes de dejar que sigan a Natasha. 
-Ahora explícame que hacen aquí- me lleva a un sitio apartado mi madre.
-Supe que la abuela no les permitió verme cuando lo quisieron- comienzo a llorar -aún cuando sabía lo mucho que estaba sufriendo, sabía que era lo que necesitaba pero aún así se guardó todo- continúo llorando -no quiero seguir con ella quiero estar junto a ustedes. 
-¿Pero por qué trajiste a tus amigas?- indaga.
-No podía dejarlas- sollozo -ellas no son peligrosas, lo aseguro. 
-Está bien confío en tí- me acaricia el rostro -pero que se mantengan en la habitación para que no se asusten ya que hoy se va a entrenar para el Darkblood y se soltarán animales que van a matar por toda la cueva los elegidos.
Asiento y se va a ayudar en la cocina, aprovecho para ir con mis amigas pero en el camino encuentro a Adam. 
-¿Qué haces aquí?- pregunta confundido. 
-Mis amigas están aquí y tengo que explicarles la razón,  luego te busco y te cuento- respondo.
-Está bien, estaré en la cafetería principal- se hace a un lado para permitirme avanzar.
-Adam...- lo llamo ya cuendo voy a doblar al otro pasillo a lo que voltea a verme -suerte con la práctica- sonríe y continúo mi camino.
Veo a Natasha salir de una habitación y me indica que ahí es, frente a la puerta con el pomo en la mano respiro hondo antes de entrar y las encuentro sentadas en silencio. 
-Es una larga historia- aclaro al ver sus caras de interrogación. 
-Estamos cómodas- dice Leah. 
-Bien...- me siento también  -todo comenzó en New York cuando recibí una nota...- dos horas después ya dí todos los detalles de lo sucedido -...y por eso están aquí- termino.
-Haber si entendí- se pone de pié Tiffany  -todos esos allá afuera son muertos pero se convirtieron en Darksiders al morir en un día específico, día en el que tú naciste y por eso ahora te hicieron  inmortal para que seas su reina- habla dando vueltas por la habitación  -Adam no es tu novio, pero estás enamorada de él, tus padres están aquí y tú abuela no los permitió verte después de su muerte, Vanessa será la presa de Adam y él te contó lo sucedido, ahora podríamos decir que la odias por eso y nos sacaste porque no querías verla- concluye. 
-Todo perfecto excepto lo de que estoy enamorada de Adam- digo rodando los ojos.
-Creí haber escuchado que lloraste solo de pensar que perdería la batalla y sería apuñalado- se burlan.
-También me preocupé por Natasha y Alan- me defiendo. 
-Pero por él lloraste- continúan burlándose. 
-Ya...- intento detenerlas. 
-Admite que te gusta- ríe Leah.
-Ok, lo admito- grito para que se callen -me gusta muchísimo pero no quita que sea un idiota, un idiota realmente atractivo que me trae loca desde que lo ví en New York. 
-Awwww- se abrazan.
Escuchamos un ruido en el pasillo y me dirijo a abrir huyendo a Adam con un jabalí muerto a sus pies y el cuchillo ensangrentado en la mano.
-Creí que estarías en la cafetería- balbuceo rogando al cielo que mis gritos no traspasaran la puerta.
-¿Crees que soy atractivo?- pregunta. 
-Y...yo- por instinto echo a correr por el pasillo sin entender la razón, pero sus brazos me detienen llevándome contra la pared.
-Dime a mí lo que dijiste ahí adentro- se acerca a mi rostro.
-No dije nada- forzajeo para que me suelte pero es imposible ya que me supera en fuerza.
-Si que dijiste...
-Hola chicos- aparece Alan y de un momento a otro se convierte en mi mejor amigo y lo quiero mucho  -¿Interrumpo algo?- pregunta. 
-No, para nada - aprovecho para soltarme  -iba ya a buscarte porque las chicas querían verte.
-Oh... a eso venía, Natasha dijo que estaban aquí- me encamino con él a donde mis amigas ignorando al Darksider que me fulmina con la mirada. 
-Chicas, aquí esta Alan que vino a verlas- les digo.
-¿Qué pasaba afuera?- pregunta la filipina. 
-Nada, solo fue el viento- respondo.
-Estamos bajo una curva- me recuerda la misma.
-Será alguna rejilla de ventilación- contradigo.
-¿Pero que tenemos aquí?- se acerca el que venía conmigo a mi amiga americana. 
-Una chica en una cueva de muertos- contesta ella y vuelvo a pensar que harían buena pareja aunque él esté, bueno, muerto.
-Pero no te haremos daño- aclara el Darksider y Leah se me une a estar a la expectativa. 
-¿Ah no?- dice con voz burlona ella.
-El único daño que podría hacerte es el de besarte, y no se si lo consideres dañino- le coquetea.
-No se cuanto tiempo llevas muerto, no se si ya estás descompuesto por dentro- continúa ella.
-Créeme que estoy en muy buen estado- alardea el chico.
-Sab, Cariño- entra mamá -Alan te esperan en el salón principal- le dice al percatarse de su precencia y este le guiña un ojo a mi amiga antes de salir sin decir nada más -chicas, se que para ustedes es algo confuso así que arreglé un comedor privado para que puedan comer tranquilas- les habla.
-¿Es broma?- se emociona Leah -conocer a los Darksiders, por lo que dicen nadie a quedado vivo después de hacerlo y seremos las primeras, las mejores vacaciones de mi vida sin duda- dice sin respirar.
-Bueno no creí que lo tomarían así- dice mi madre al ver que Tiffany asiente igual de emocionada. 
-En ese caso vamos al comedor principal- me las llevo a las tres.
Al llegar al comedor todos fijan la vista en mis compañeras humanas ya que no están acostumbrados a ver alguno aquí en la cueva. 
-Hola a todos- busco su atención -ellas son mis amigas y son invitadas, cualquiera que intente hacerles daño tendrá problemas. Espero me entiendan y las reciban como unas más de nosotros aunque no lo sean- todos asienten ante mi pedido y rápido algunos comienzan a acercarse para socializar con ellas.
No me preocupa que las lastimen ya que les pedí que no lo hicieran y he notado que me respetan.
-Sab iremos a comer con ellos- me señalan a unos jóvenes Darksiders y asiento dejándolas ir quedándome con mi madre. 
-Jamás creí ver humanos en la cueva que no corrieran o se desmayaran al saber que todos estamos muertos- dice observando como comen y ríen juntos. 
-Yo entré siendo humana- bromeo.
-Tú siempre has sido especial- me abraza.
-Gracias por dejar que se quedaran- le digo.
-Eres quien manda, y no puedo negarle nada a mi niña- ríe. 
-¿Podemos hablar?- aparece mi peor pesadilla <<Adam>>.
-Bueno me voy para que hablen tranquilos- se despide la persona que me abrazaba y ruego por qué la tierra me trague.
-Bien ya que te encanta huir nos vamos a un sitio del que no podrás salir corriendo- me agarra del brazo y me arrastra no se a donde.
-Oye suéltame maldito Darksider- trato de soltarme pero su fuerza me supera por mucho.
-Ya cállate ruidosa- continúa arrastrándome. 
-Ruidosa tu abuela- me defiendo. 
Me lleva a través de múltiples pasillos hasta que reconozco el camino, me lleva a su habitación, abre la puerta sin soltarme y me lleva adentro cerrando la puerta con pestillo. 
-Pareces un maldito secuestrador- intento salir pero no me lo permite. 
-No saldrás de aquí hasta que hablemos- me toma de los hombros sentándome en la cama.
-No tengo nada que hablar contigo- me levanto y vuelve a sentarme. 
-me gusta muchísimo pero no quita que sea un idiota, un idiota realmente atractivo que me trae loca desde que lo ví en New York- repite cada una de mis palabras -te escuché perfectamente Sabrina. 
-Si, es cierto, me gustas hasta más no poder- grito -me traes más que loca maldita sea, porque esos asquerosos ojos me hicieron querer tenerlos para que solo miren los míos- continúo mientras él solo calla- ¿ahora qué harás? Burlarte porque quiero volver a besarte como en el club, pues adelante, búrlate todo lo que quieras porque es la verdad, quiero besarte hasta que me duelan los labios...
No termino ya que en nanosegundos tengo sus labios sobre los míos besándome con gran pasión, correspondo a su beso rodeándole el cuello con los brazos mientras él acaricia mi cintura, caderas y...
-También me gustas mucho- se aparta para hablar y vuelve a mis labios.
No se cuanto tiempo pasamos besándonos pero me gusta. 
-Es mejor volver con los otros- digo con la respiración agitada.
-¿Cuál es la prisa?- pregunta. 
-Las chicas...
-Las chicas están bien- me interrumpe. 
Tocan a la puerta haciendo que me acomode el cabello y la ropa. Él se dirige a abrir y son mis amigas con Alan los que están en el pasillo. 
-Al fin los encontramos- habla Leah en lo que entran sin permiso. 
-Vaya inoportunos de mierda- los reprende el chico que aún tiene los labios un poco rojos.
-Si no interrumpiamos sólo Dios sabe en que iban a terminar- se burla Tiffany. 
-No hacíamos nada- aclaro.
-Sus labios lo confirman- continúa con la burla.
-Aquí están- llega corriendo Natasha -Hay problemas abajo.
-¿Qué sucede?- preguntamos todos.
-Hay una señora diciendo que viene a por su nieta, supongo que sabes quién es Sabrina- dice y no hay que decir nada más para que salgamos corriendo al lugar donde está mi abuela dando gritos alterada.
-¿Qué haces aquí?- la agarro para que se controle pero es en vano porque sus gritos empeoran.
-Tú- apunta a Adam  -esto es tu culpa, tú la trajiste aquí- se me escapa de las manos sacando un puñal el cual le clava a...




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