Lo que la Oscuridad Oculta

Capítulo #9

Ha llegado el día que todo Darksiders espera. Los elegidos están preparando todo para la noche, unos están en los gimnasios entrenando, otros probando instrumentos de tortura y yo... yo estoy aquí, temblando no se ni porque. 
-Es normal que estés así, nunca has matado a alguien- me anima Adam.
-Siento que voy a morir- digo.
-No te puedes morir Sabrina- me recuerda. 
-Como me gustaría poder hacerlo- finjo llorar.
-Si te mueres me dejarías solo- me abraza.
-Está todo listo- entran mis amigas con mochilas llenas de cuerdas, mordazas, pinzas, cuchillos y muchos más objetos. 
-¿Por qué hay tres mochilas?- indago al ver que no está solo la mía. 
-Porque iremos contigo, obviamente- responde Tiffany como si se tratara de una fiesta.
-No irán a ningún lugar...- me cortan.
-No te preguntamos te decimos- dice Leah.
-Es muy peligroso- les recuerdo. 
-Con más razón iremos- se emociona Tiffany. 
-Déjalas ir, pueden ser útiles, ese chico te sobrepasa en fuerza y tamaño por mucho- me aconseja Adam.
-Me agradas muchísimo Adam- le guiña un ojo mi amiga americana. 
-¿Y yo no te agrado?- Entra Alan.
-No, a tí te detesto- responde ella.
-Como sea no van a ir- vuelvo al tema inicial. 
-¿A dónde irán?- aparece Natasha. 
-A la cacería- dice emocionada Leah.
-Dije que no- grito.
-Y nosotras que si- gritan al unísono. 
-Déjalas ir, te ayudaremos si hay algún problema- dice Natasha. 
-Está bien, pero no pueden separarse de mí- me rindo.
-Siiiiii- celebran abrazándose y saltando.
-Em... Leah- le habla la Darksider a mi amiga  -¿podemos hablar un momento a solas?.
-Claro- le contesta y se van juntas.
-Se ven tan lindas- nos abrazamos Tiffany y yo.
-Tiffany voy a la cafetería,  ¿Vienes conmigo?- pregunta Alan. 
-Lo aceptaré por dejar a estos tortolitos solos- me guiña un ojo y se va con él.
-¿Ya mi chica tiene tiempo para mimarme?- me pregunta Adam. 
-Perdón,  es que me preocupan las chicas- vuelvo junto a él en la cama.
-Lo se, pero ellas estarán bien- me besa en los labios. 
-Espero que si- correspondo a su beso.
-¿Cuándo podré levantarme e ir a mi habitación? No me gusta estar aquí en la enfermería- hace un puchero.
-Bueno deberías estar más tiempo en reposo pero ya que tu habitación está en este piso podemos ir para allá- le digo.
-Solo si duermes conmigo- sonríe como un niño cuando trata de conseguir un juguete. 
-Me da miedo dormir contigo- bromeo.
-¿Por qué? Soy inofensivo lo juro- se hace el ofendido. 
-Bueno ok, pero deberás hacer mucho reposo después- le recuerdo. 
-Trato hecho- me llena de besos.
El día se me fue limpiando la habitación de Adam para que no hubiese polvo que pudiera infectar la herida que aún no sana y según la doctora que ya llegó durará más de lo que dura en sicatrizar la de una persona viva.
Lo ayudé a trasladarse y lo terminaba de acomodar cuando llegaron mis amigas a avisar que todo estaba listo. 
Me despedí de mi chico y me fuí a preparar para el Darkblood, por órdenes debemos vestir todos de negro y eso hago colocándome pantalones ajustados con botas cómodas y una camisa ajustada también, recojo mi cabello en una coleta y no me aplico maquillaje. Aún no he terminado de prepararme cuando vuelven mis amigas ya listas.
-¿No usarás maquillaje?- pregunta Leah.
-¿Para qué?- pregunto confundida. 
-¿Cómo que para qué? ¿Y esa ropa?- me regaña.
-Te toca seducir a la presa ya que ahora mismo está en un bar así que ponte esto- Tiffany me tira una bolsa con ropa.
-¿Cómo que seducir a la presa?- indago extrañada.
-¿A caso piensas matarlo en el bar?- pregunta la americana. 
Abro la boca para hablar pero no me lo permiten empujándome al baño con la bolsa.
Adentro saco lo que hay y odio a Tiffany ya que obviamente ella lo eligió. 
Son unos shorts extremadamente cortos y unas medias bucaneras que terminan en encajes con tirantes para enganchar al short, una blusa ombiguera con un escote muy... mejor ni lo pienso y todo se complementa con unas botas de cuero negro de tacón cuadrado muy alto que llegan a media pierna.
-No me pondré esto ni muerta- grito desde adentro.
-Te apuras o entro a ponértelo yo- me grita también Tiffany. 
Me resigno a ponérmelo, salgo y cojo una chaqueta de cuero que me llega más arriba de la cintura dispuesta a usarla cerrada para cubrir el escote.
-¿Qué haces?- me regañan.
-No voy a salir así- me altero.
-Bien, te la dejas pero abierta- no tengo más opción que hacer lo que dicen.
Me arrastran al tocador y comienzan a maquillarme sin dejar que me vea al espejo.
-Lista- avisan y me volteo a verme quedando atónita.
El maquillaje negro resalta más el azul de mis ojos y el color de mi piel.
-Chicas ya los elegidos partieron deben irse también. 
-Ya vamos- aviso -me las van a pagar- les digo y las muy arpías se echan a reír.
Agarro mi mochila y salgo seguida de ellas llamando la atención de mi madre.
-No me preguntes- la amenazo con la mirada y baja la cara para que no vea su sonrisa.
Les indico a las chicas que caminen y con ellas salgo de la cueva. Caminar por el bosque con estos zapatos es una tortura que por suerte se acaba rápido cuando veo la luz de la ciudad. La música se escucha desde lejos a causa de la celebración por la fecha aunque muchos no la comparten ya que han perdido seres queridos en cacerías como estas.
Llegamos a la acera y agradezco que se haga el Darkblood en este día ya que paso desapercibida ya que todos a mi alrededor creen que estoy disfrazada. 
Llegamos al bar y me obligan a entrar.
-Te esperaremos aquí afuera detrás del bar- me dice Tiffany. 
-Las voy a matar después de esto- las amenazo. 
-Asegúrate de que sea antes de las doce- bromean molestándome más. 
-Relájate y saca tu lado sexy, y atrae a nosotras a ese guapetón- me guiña un ojo Tiffany.
-Si sale mal las voy a torturar- digo antes de comenzar a caminar al interior. 
Por suerte hoy hay entrada libre y me dejan avanzar sin problemas. Una vez adentro veo a mi objetivo disfrazado de ¿Batman?, endereso mi espalda y avanzo al centro de la pista con millares de ojos mirándome. 
Busco su mirada hasta que la encuentro y comienzo a moverme al ritmo de Swalla que suena en los altavoces, el cabello me lo soltaron y aprovecho eso jugando con él mientras no pierdo de vista sus ojos que también me siguen, le lanzo un beso de forma sexy y se pasa la lengua por su labio inferior. 
Aprovecho para pedirle con el dedo que se acerque y eso hace poniéndose de pié y dirigiéndose a mí.
-Hola hermosa- grita para que lo escuche ya que la música no ayuda.
-Hola guapo- correspondo de la misma forma.
-¿No eres de por aquí verdad?- pregunta. 
-No, vengo desde New York- respondo sin dejar de bailar.
-Me gusta tu cabello- comienza a coquetear.
-A mi me gustas tú- le sigo el juego.
-¿Ahora desde que llegaste?- pregunta riendo. 
-No, desde que te vi ayer en la Tele- recuerdo que ahí me lo mostraron.
-Ah ya entiendo- ríe con coqueteo.
-¿No bailas?- le pregunto al ver que no se mueve.
-Claro- me avisa.
-Entonces ven y baila conmigo. 
Lo agarro de la mano y lo pego a mí moviéndome muy cerca y corresponde a mis movimientos. Media hora después seguimos bailando con cada canción que ponen. Ha bebido varias copas mientras que yo rechazo las que me ofrece.
-Nena- balbucea -¿puedo decirte algo?.
-Claro- digo.
-Quiero besarte- dice y me deja sin palabras pero trato de no salirme del papel.
Se acerca a mí rostro y cierro los ojos esperando a que me bese y eso hace, me besa con ganas dándome a probar el sabor del alcohol en su boca. Después de unos segundos posa sus manos en mi trasero que queda algo descubierto gracias a mi amiga, pasa sus manos por ellos masajeándolos y ya no aguanto más, termino apartándolo y me mira con confusión.
-¿Y si mejor vamos afuera?- aprovecho mi reacción. 
-Oh... claro hermosa- asiente y nos dirigimos a la parte trasera del bar.
No pierde tiempo y me acorrala contra la pared tratando de bajarme el Short pero detrás de él se levantan dos sombras que reconozco y le proporcionan un golpe en la cabeza con un bate.
-¿De dónde sacaron eso?- pregunto confundida. 
-Creímos que no saldrías nunca- me dice Leah ignorando mi pregunta <<como que las cazadoras son ellas y no yo>>
-Sigue vivo- reviso sus signos vitales. 
Busco en mi mochila la cual tenían ellas un cuchillo dispuesta a acabar con esto pero me detienen.
-¿Pero qué haces?- pregunta Tiffany. 
-Matarlo- les digo lo obvio.
-¿Sin torturarlo antes?- pregunta de nuevo. 
-Tiffany no somos verdaderas asesinas- le recuerdo.
Me suelta la mano y lo apuñalo logrando que su cabello se torne blanco y abra los ojos mostrándolos de una manera totalmente diferente ya que pasaron de ser un negro oscuro a un azul pálido pero hermoso. 
-Bienvenido Darksider- le digo firme.
-Mi reina- se pone en pié haciendo una leve reverencia ante mí.
-Nos vamos- les digo tomando el camino que lleva a la cueva seguida de mis amigas y el nuevo Darksider.
-Llegamos- le aviso a mi madre.
-Por aquí compañero- le pide a mi víctima  -te daremos de comer, ustedes vayan a descansar mañana será la celebración. 
Asiento y sin decir nada más me dirijo a la habitación, pero no a la mía sino a la de Adam a quien por suerte encuentro despierto y saliendo de la ducha.
-Perdón por levantarme es que me urgía un baño- dice de espalda antes de voltarse y quedar asombrado con mi vestuario. 
-Juro que fue idea de mis amigas- levanto las manos en señal de paz.
-Tiffany y Leah te van a volver loca- ríe.
-Opino lo mismo- lo apoyo.
-Tengo hambre- se pone la mano en el estómago exagerando.
-Bueno, iré a cambiarme y te busco algo de comer- le digo.
-¿Y si  vamos a la cafetería?- me mira haciendo un puchero. 
-Adam, tienes que hacer reposo- le recuerdo -la herida aún no sana de un todo.
-Sabrina ya me siento bien, me asfixia estar aquí encerrado- me ruega con la mirada que lo deje salir.
-Bueno está bien, pero solo por hoy- le digo y su cara cambia a una de alegría como un niño que llora por un jugué y por fin le dicen que se lo comprarán. 
-Gracias- se acerca a abrazarme y besarme.
-Antes iré a cambiarme, porque no pretendo dejar que me sigan viendo vestida así- se ríe por mi expresión. 
-Está bien- deja un beso en la punta de mi nariz y me deja salir.
Camino hasta mi habitación y para mi sorpresa las que dicen ser mis amigas están ahí.
-¿Qué hacen?- pregunto al ver que tienen toda mi ropa regada en la cama. 
-¿Vas a cenar con Adam no?- pregunta Tiffany. 
-¿Cómo saben eso?- pregunto ya que en serio me dejaron anonadada. 
-Olvídalo pero ven acá- me arrastran sacando un vestido que ni siquiera sabía que tenía.
-¿Y ese vestido?- pregunto.
-Lo compramos en New York para una ocasión especial- dice Leah.
-Y esta es una ocasión muy especial- la apoya Tiffany. 
Me meten al baño para que me cambie y me coloque el vestido, es azul y combina perfectamente con mis ojos, resalta mi busto quedando ajustado hasta la cintura que parte con un corte de princesa hermoso y me llega a las rodillas.
-Te queda hermoso, hicimos una buena elección- presumen y les doy la razón con una sonrisa porque si, siempre saben que me quedará perfecto sin que me lo pruebe antes.
Me maquillan y peinan haciéndome complementar todo con unos tacones de aguja plateados que hacen juego con el collar y los pendientes. 
Bajo a la cafetería ya que Adam no estaba en su habitación y para mi sorpresa cuando llego todo está en silencio y a oscuras. 
Doy un paso entrando y se enciende un camino de velas rojas que me indica hasta donde ir y avanzo hasta uno de los salones privados encontrando una mesa preparada para dos con rosas y globos de corazón. 
-Feliz cumpleaños mi reina- me habla Adam a mis espaldas cerca de mi oído.




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