Lo que le paso a una hétero en Canadá

Tres

Después de la reunión mi abuela no dijo nada,subió a su habitación un tanto sería y pensativa.
Por otro lado yo me quedé en la cocina preparándome un café, revisaba mis redes sociales y vi que en la bandeja de mensajes había una notificación, la abrí y la cara del contacto no era conocida, eran una pareja y la chica tenía la cara cubierta con una sudadera mientras el chico sonreía. Reconocí esa sonrisa, era de un chico de mi clase de anatomía. Era muy apuesto por cierto, me pidió algunos apuntes de un par de clases en las que el no pudo asistir.
Después de enviar los documentos faltantes me dirigí a mi habitación y mamá Tere estaba en el balcón muy pensativa, sosteni un cigarro y derramaba lágrimas.

—¿Estas bien? — la mire muy preocupada, nunca la había visto llorar.

—Estoy bien, cariño, es la nostalgia,son los recuerdos y las decisiones no tomadas.— Lanzó un gran suspiro y luego me miró a los ojos, si algún día amas a alguien pero va contra las reglas de la vida,la sociedad o en contra de tus padres,escucha a tu corazón, el corazón no miente, la realidad en muchas ocasiones si.

—No sé por qué lo dices, hasta ahora solo he tenido un amor y pues no lo quise lo suficiente para quedarme ahí, cuando supe que tenía un lugar aquí en la universidad no pude pensar más que en venir acá y cumplir mis metas. Mis metas estaban por encima del amor.—Suspire y me quite los zapatos mientras m sentaba junto a ella.

—¿Aquel amor te pedía que te quedarás ahí?, cuando encuentras el amor suele ser difícil ¿Sabes? Pero ...creo que nadie que te ame de verdad te pide que te quedes en donde no eres capaz de realizarte , llevas un par de días aquí y te veo diferente, tienes la cara menos hinchada y sueles reír más natural.

—Ha sido difícil...—Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, todo estaba bien pero a la vez no tenía el control de nada. Ella me abrazo y yo la abrace aún más fuerte, lloramos y al final nos despedimos para irnos a dormir.

Estuve pensando toda la noche en lo que pasaba cuando tomabas una decisión, absolutamente todo cambia, para bien o para mal.
No pude dormir más de una hora y cuando al fin me levanté para irme a correr y pensar menos o quizá pensar más recibí un mensaje.

*César*
—Hola, quería saber cómo va tu vida, ¿Tu gusta estar cerca del mar? ¿Que tal el clima?, espero qu t encuentres bien, recuerda que si necesitas un amigo lejano puedo estar para ti.

Se supone que me había bloqueado después de qu discutimos pero su mensaje tiene tono de "aquí no ha pasado nada"
No me gustan ese tipo de actitudes que niegan o hacen como si nada ocurrió, es una gran bandera roja en los hombres.

Salí a correr y mientras comenzaba a calentar los tobillos vi a lo lejos a una chica llorando, di dos vueltas al parque y luego decidí acercarme para saber si podía ayudar.
Era la chica de la foto, la reconocí por los ojos y los labios.

—¿Alisson? , pasaba por aquí y me percate que estabas en mal estado.

—Ni que fuera fruta, solo son lágrimas y las estoy dejando salir para no sentirme tan mal.

—No era mi intención compararte con una fruta , solo quería saber si estás bien.

Y de pronto se levantó y me dio un beso, un gran beso inesperado pero el más lindo que había tenido en mi vida.

Me miró y luego sonrió —Entonces así se siente besar a otra mujer.—se sonrojo y luego quiso cambiar la plática.

Entonces de manera inesperada mis manos tomaron su rostro y le plante otro beso.

Ella me miró muy sorprendida y yo solo pude seguir corriendo, algo inexplicable dentro de mi se encendió con aquel beso, las alertas de que había echo algo mal estaban ahí en mi mente y solo imaginaba a mamá regañandome por hacer cosas turbias.

Alisson se alejo caminando sin voltear a verme y durante los siguientes días no pudimos cruzar palabra.

Regresé a casa y mamá Tere estaba esperándome para comer y salir a pasear.

—Wow ya llegó mi chica de cabello... ¿Rojo? —Me miró muy sorprendida.— Según mis cálculos ayer era castaño y hace unos meses negro.

—Quise intentar algo nuevo, me sienta bien el rojo, ¿Me parezco a mamá? .

—Y vaya que te pareces a tu madre. ¡Venga ! Hay que comer y luego nos vamos de compras de mujercitas.

Reí y luego me senté a comer con ella esos delicioso tacos con piña.

—¿En donde los conseguiste? —dije mientras me chupaba los dedos de lo rico que estaban.—Me recuerdan a mi México mágico.

—Justamente los hace un señor que es de México, lleva casi toda su vida viviendo aquí pero recuerda el sason de su México mágico.

—El otro fin podemos comer lo mismo ¿Te parece? Ahora vete a cambiar y hagamos de esta tarde una de las mejores de nuestra vida.

—¿No haremos limpieza? la casa se quedó regada ayer y hoy un poco más.

—Una de las cosas que más te puedo asegurar es que tú te desgastas y la casa no, hoy, mañana y dentro de una semana habrá cosas que limpiar, lavar y acomodar, hay personas que no tienen la oportunidad de salir como tú, venga,cambiate que nos vamos.




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