" Si tengo que guardarme un objeto tuyo para recordarte, significa que te voy a olvidar."
Romeo y Julieta
Ismael
Salte la valla de la casa de Lilyet aunque por las noches es Paola así que tenía la esperanza de al menos encontrarla en casa, fui por el jardín porque la hora que es no es como para tocar a la puerta.
La puerta de la cocina estaba a mi merced así que intenté abrirla y por alguna razón estaba abierta, eso es peligroso, ¿sabrán que tienen la puerta abierta? Puede entrar cualquiera y matarlos por ejemplo yo u otra persona, entre sigiloso a la casa, no entre muchas veces aunque la cocina la conozco perfectamente si solo pudiera repetir un día una y otra vez sería ese ella riendo y abrazándonos casi como un puto ángel.
—Concéntrate— Sisis ya voy, subí las escaleras rápidamente porque no sonaban ni hacían ruidos extraños como en las películas, sabía cuál era su habitación a la perfección, toque su puerta le di un leve golpe para que solo ella escuchara, pero nadie contestó así que volví a intentarlo hasta que al fin lo logre.
—Pasa mamá —
—No me digas mamá es raro — No grito por puro milagro, pero sus ojos casi se salen de sus órbitas se tapó la boca con las manos y únicamente movía las cejas era tan gracioso.— Hola — Salió de su cama con el cojín en la mano y me golpeó mucho y fuerte, pero eran plumas así que fue más como un masaje que como una golpisa de niña enojada cuando ya estaba cansada de golpearme y empezó a golpear suave pude atraparla en mis brazos y tirarla a la cama estaba en ropa interior y al darse cuenta de que estaba encima de ella y ella casi desnuda se puso como un tomate.
—¿Qué haces aquí? — Dijo como un susurro mientras me miraba con intriga pero con una sonrisa en sus labios.
— Tuve una charla y decidí que hoy no dormiría solo—Ella me miró yo suspire y continúe hablando.— ¿Te puedo hacer una pregunta? —
—Claro — Le di un pequeño beso en los labios antes de continuar.
—Sabías que la puerta de tu cocina estaba abierta cualquiera puede entrar— Sonrió y me dio un beso antes de hablar.
—Mi madre se habrá olvidado de cerrarla y si está claro que cualquiera puede entrar mírate aquí estas— Su sonrisa creció estaba orgullosa de su sarcasmo y sus "chiste" asqueroso.
Se río en silencio casi imperceptible, pero yo la veía yo la escuchaba, lo mejor de todo yo la tenía, la olía la podía tocar ella estaba aquí conmigo y es genial porque siento algo por ella que me hace mover el corazón, pero al mismo tiempo tengo tantas ganas de probar su sangre que me muero por dentro, pero luego ves su sonrisa, su cara cuando la beso y se desvanece, aunque si algo aprendí es que siempre vuelve.
—¿No te molesta que durmamos juntos cierto? — Ella me miró y luego a su pequeña cama de una plaza.
—No sé donde te meterás, pero no me molesta dormir juntos y apretados— Me levante de la cama y ella quedó libre y se paró a mi lado estaba vez me abraza por el frío sus pies desnudos estaban de puntitos para tocar lo menos posible el frío piso de mármol me saque el pantalón que traía y me quede en bóxer y en la remera que traía puesta me acosté en la cama primero ella se esperó hasta que me acomode para tirarse encima de mí tiernamente, se tiró delicadamente como si me fuera a romper tenía su cabeza en mi pecho y sus manos rodaban mi cuerpo. — ¿Por qué estás aquí?— pregunto con cautela.
— Mi padre y yo tuvimos una charla, cuando terminamos de hablar solo sentía la necesidad de estar a tu lado — se apretó más a mí sentí su corazón latir más fuerte su respiración se aceleró
—¿Cómo es que? Ya sabes nosotros—
—Inténtalo de nuevo fresa—
— Siento que nos conocemos desde siempre y siento esto que no lo entiendo y no sé cómo paso —
— No todo tiene una explicación fresa solamente disfruta el momento y mañana ya se verá— Mis manos tocaron su largo cabello y no pude parar de tocarlo, era suave y olía a putas fresas no exclusivamente sabe a fresa, sino que huele fresas es una fresa y esta más que claro, me gustaría decirle todo con lujo de detalle me gustaría que sepa que yo si la conozco desde hace mucho, pero hoy no es el día.
—Entonces mañana te preguntaré lo que quiera y tendrás que responder— Bese su frente —Eso para mí es un sí— no vi su sonrisa pero la sentí.
Me gustaría contarle muchas cosas, y es extraño porque casi nunca tengo ganas de hablar, pero aquí y ahora con ella en mi pecho quiera contarle toda mi vida con lujo de detalles, pero si se asusta y se va corriendo tendría que matarla y quiera que eso no pase.La quise decir que la quería, le tuve que haber dicho que la quería, pero nunca se lo dije me calle solo fui capas de decir.
—Buenas noches, fresa — Otra vez volví a sentir su sonría
—Buenas noches, limón — ¿Limón?.
Te tendría que haber dicho que te amaba, perdóname.
Te tendría que haber dicho que lucharía por ti.
Te tendría que haber contado cuanto había esperado el sentir lo que siento.
Soy esto alguien que se arrepiente de no haber dicho las palabras, me quedé callado cuando te tenía y ahora que ya no estás tengo tanto que contarte.
No dormí en toda la noche, no pude solo pensé y pensé la escuché respirar por un buen rato y tenía tantas ganas de despertarla y besarla, pero mañana tenemos instituto y tiene que descansar y yo igual aunque no pueda ni cerrar los ojos. Le acaricié el cabello toda la noche hasta que empezó a salir el sol cunado supe que tenía irme porque si sus padres me veían me mataría o la mataría a ella y no quería eso así que le deje una nota y salir de la casa por el mismo lugar por el que entre en mi casa ya se veían las luces encendidas y estaba seguro de que era Camilo y no mis padres.
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Editado: 30.01.2022