15 de Mayo 2021
Narra Alison:
Tres días después:
Todo paso tan rápido, ayer enterramos a mis padres, y hoy nos vamos para Estados Unidos.
Dejamos México, el país en donde fuimos tan felices con nuestros padres, dejamos la casa en donde crecimos, sin nuestros padres no hay nada que nos ate aquí.
Creo que es lo más correcto después de todo que pasó, si permanezco aquí las paredes de nuestra casa me recordarán todos los días que viví ahí junto a mis padres, Alejandro lo olvidará, pero yo no.
No busco olvidar a mis papás, eso es imposible, ellos siempre estarán en mi mente y en mi corazón, solo que no soy tan fuerte como ellos pensaban, no podré salir sola de la tristeza, no me quiero hundir en la depresión, mi hermanito me necesita.
Supongo que lo único que necesito es alejarme de aquí por algún tiempo, curar las heridas que hoy tengo, y cuando regrese es porque han cerrado.
Dicen que el tiempo lo cura todo, espero que así sea, mientras tantos, conoceré a nuevas personas, respiraré nuevos aires, trabajaré duro para salir adelante, por Ale, por mí, y porque sé que así lo hubieran querido mis padres.
Agradezco tener el apoyo del mejor amigo de nuestro padre, quien es como nuestro tío, ya que él ha empezado los trámites en dónde tendrá nuestra custodia temporal hasta que yo tenga la posibilidad de ser independiente y pueda tener la custodia de mi hermano
Thomas Williams es un empresario muy importante en New York, mi papá estaba a cargo del diseño de sus nuevos hoteles en México.
Por lo que tengo entendido maneja una cadena de hotelera, los cuales se localizan en varios países, los Hoteles W&H, son famosos por la elegancia, las excelentes comidas de sus restaurantes, el excelente servicio, la comodidad, sus instalaciones, y la excelente seguridad que tienen por lo cual los famosos, empresarios o personas relevantes en el gobierno deciden hospedarse en estos.
—Hable con mi esposa, ya preparo sus habitaciones, ya nos están esperando —. Dijo Thomas, mientras el avión ya estaba por aterrizar.
—Gracias por lo que están haciendo por nosotros —. Estoy muy agradecida con ellos, a pesar de tener la obligación de cuidarnos lo están haciendo.
—No tienes nada que agradecer pequeña Alison, sabes que los queremos como nuestros sobrinos, tu papá era más que mi mejor amigo, era mi hermano, lo que me reste de vida los voy a cuidar como ellos lo hubieran hecho—. Sus palabras me reconfortaron, no estamos solos, los tenemos a ellos—Bajemos.
El avión ya aterrizó y como es avión privado, los únicos pasajeros somos nosotros, cargue a mi hermano para así bajar del avión, nuestro equipaje lo llevaría los trabajadores de servicio de Thomas, la mayoría era ropa, unos cuantos libros, ropa de mi hermano, algunos juguetes, el álbum de fotografías que tenía mi mamá y algunos recuerdos de ellos.
Al salir del aeropuerto subimos a un auto negro junto con Thomas, adelante y atrás nos acompaña su equipo de seguridad, en sus respectivos autos en alguno de los dos han de venir nuestras cosas.
Se siente raro estar siendo escoltada por todo un equipo de seguridad, literal son más de 10 hombres, 4 o 5 no conté bien, viene en cada auto, mi papá solo cargaba un guardaespaldas, y uno más nos cuidaba a mi hermano, a mi mamá y a mí.
Los cuales vienen con nosotros, nuestro tío les dio trabajo en su equipo.
Son de confianza, Antonio trabajo 10 años para mi papá, y Oliver es su sobrino, lo conocimos hace un año cuando llegó de Venezuela.
Mi papá les dio dos semanas de vacaciones y ayer regresaron cuando se enteraron de lo que pasó.
…
Una hora después
Las rejas blancas altas fueron abiertas dando paso a un camino ancho de piedras, el enorme patio con árboles y plantas se dejó ver, el auto se detuvo enfrente de la casa, si se le puede decir así, ya que es muy grande.
Quedé sorprendida ante la imponente mansión de color blanco y ventanales de cristal tan amplios que hacía que derrochará elegancia por dónde la vieran, nunca hemos venido aquí.
Cuando lo veíamos; él iba a nuestra casa o si nosotros veníamos a New York, lo veíamos a su esposa y a él en algunos de sus hoteles que era en donde nos quedábamos.
El chófer bajo del auto y le abrió la puerta a Thomas, mientras otro abrió la puerta de mi lado para que pudiera bajar, ayude a mi hermanito a bajar también.
Agradecí al señor que me abrió la puerta y me dispuse a caminar rápidamente al lado de Thomas, mire hacia atrás y Vi que Antonio y Oliver venían atrás de nosotros con nuestro equipaje.
—Antonio y Oliver, Roberto les dirá en donde están sus habitaciones —. Señalo a un hombre más o menos de unos 35 a 40 años, alto, de ojos negros, cabello negro, también peinado hacia atrás, de traje negro.
—Él es mi mayordomo, Roberto, ella es Alison, y el pequeño Alejandro, vivirán con nosotros de ahora en adelante, él es Antonio—. Lo Señalo— y su sobrino Oliver, trabajarán en mi equipo de seguridad.
—Entendido señor—. Respondió Roberto— Bienvenida señorita, y pequeño joven, estoy a sus órdenes —. Nos dijo muy amable — Ustedes también sean bienvenidos, me harían el favor de acompañarme, les mostraré sus habitaciones, el equipaje será llevado por alguna de las empleadas.
Ellos asintieron y se lo entregaron a tres señoras que vestían uniformes que las identificaban como empleadas de la casa, ambos me miraron como si esperarán mi permiso a lo cual asentí y comenzaron a caminar detrás de Roberto.
—Pasen, sean bienvenidos a su nuevo hogar—. Dijo Thomas permitiéndonos entrar a la enorme mansión.
En la enorme sala se encontraba un juego de sofás que destilaban elegancia, y en uno de ellos estaba Anna Williams, la esposa de Thomas.
—¡¡Mis pequeños!!—. Con una sonrisa cálida y con los ojos un poco rojos como si hubiera llorado, se levantó rápidamente de su asiento y camino elegantemente asiendo sonar sus tacones sobre el piso de mármol.