Lo que me pertenece

Cap 52: La muerte de un Amigo.

"¡Ay, qué trampa es esta que la falsedad se disfraza de verdad!" William Shakespeare, "Hamlet".

[Narra Alison]

Dicen que nunca se termina de conocer a una persona, en el matrimonio es igual, por más que pases una vida entera de la mano con tu pareja, nunca la terminas de conocer. Alex y yo no llevamos una vida entera, pero aún así creí que podía saber todo de él. Ahora sé que no es cierto, ante mí tengo a una persona completamente diferente a lo que me imaginé que era.

En el abismo de la desesperación, veo el alma de mi esposo desintegrarse en pedazos. Su mirada, una vez un faro de amor y esperanza, se ha convertido en un pozo de oscuridad y desolación. Si bien la mayor parte del tiempo es fría como el hielo, Alejandro y yo nos mostraba calidez. Su mano, que una vez me había acariciado con suavidad, ahora sostiene un arma que apunta directamente al cuerpo de su mejor amigo, Jeremy.

La escena se desarrolla ante mis ojos como una tragedia, con personajes condenados a sufrir un destino cruel. Jeremy, con una sonrisa triste en su rostro, parece saber que su hora ha llegado.

—¿Ves?—. Uno de los hombres toma mi mentón y me obliga a ver directamente lo que tengo ante mí. Son fotos de Alexander matando a varias personas.

¿Quién eres realmente?

—Tu esposo es un monstruo, su mejor amigo no será la primera persona que muera a manos de él, si ha sido capaz de traicionar al hombre que lo acompañó y le fue fiel, ¿qué te asegura que no te lastimará?—.Me suelta las manos y me quita la cinta que tengo en la boca—Matar a Jeremy a cambio de ti, eso fue lo que pedí, te quería de vuelta a él y su único obstáculo era su amigo con vida.

Se ha quitado la capucha y ahora veo su rostro descubierto, la sonrisa que tiene es de un hombre que ha perdido la cordura.

—¿Conoces a ese hombre que es como un verdugo capaz de acabar con todo aquel que se le interponga en su camino?.

—No, no lo conozco, pero sí sé algo de Alexander, para él la venganza es un plato que se come frío, me has tocado, así que paga las consecuencia.

Me libero de mis opresores y corro hacia Alexander intentando detenerlo y decirle que ahora estoy bien, que no le haga daño. Pero no puedo, las palabras no salen de mi boca y mis pies se detienen ante la detonación del arma, es como un trueno que sacude el cielo, un eco de la muerte que resuena en mi alma. Jeremy cae al suelo, su cuerpo inerte y sin vida, como un flor que ha sido arrancada de la tierra. Alexander se acerca a él, su rostro contorsionado por la culpa y el dolor, como un titán que ha sido derrotado por su propia mano y es que así es exactamente, puedo saber que él está teniendo una guerra interna, su mirada es como la de una persona que se ha perdido y no sabe dónde está ni qué ha pasado con ella.

Retomo nuevamente mis pasos hacia ellos, no, no son pasos, ahora corro con toda la intención de querer llegar rápidamente y comprobar si el escenario que se desarrolla ante mí es verdad o solo una ilusión de mi mente ante el estrés en el cual me vi envuelta. Me lanzo hacia ellos, como un ave herida que busca refugio en su nido.

Caigo de rodillas junto al cuerpo de Jeremy, y mi corazón se desgarra en pedazos al ver su rostro sereno, pero sin vida. Lloro a lado de él, como si estuviera perdiendo a un miembro de mi familia, y mi alma se deshace en un mar de dolor y desesperación.

—¿J-Jeremy?, Responde, abre los ojos—. Muevo su cuerpo con la esperanza de que vuelva a la vida, que todo esto sea una farsa.

Escucho pasos detrás de mí. Los hombres que me habían secuestrado llegan, y uno de ellos se acerca a Jeremy. Toca su cuello, y luego mira a Alexander con una expresión de confirmación.

—No tiene pulso—. Dice con voz neutra. Siento como si me hubieran golpeado en el estómago. La realidad de la situación me golpea con fuerza, y mi mundo se desmorona. Jeremy, el mejor amigo de Alexander, está muerto. Y Alexander lo ha matado.

La traición y la muerte han entrado en mi vida, como un vendaval que arrasa con todo a su paso. Ahora sé que realmente nada fue mentira ni una ilusión que hubiera preferido, pero no, todo es real, es verdad ante mí está el hombre en el cual había confiado, se ha convertido en un extraño para mí, un monstruo que ha sido capaz de cometer una atrocidad inimaginable.

—¿P-por qué?—. Le pregunto con la vista nublada por tantas lágrimas. Alexander se acerca a mí, su rostro contorsionado por la culpa y el arrepentimiento, y me abraza con fuerza. No lo alejo, no hago nada para detenerlo, aún sabiendo que es un asesino, necesito tenerlo cerca para sentirme segura. Lo sé, ni yo sé qué me pasa con él.

—Lo siento, Alison—. Me susurra al oído—. No tenía otra opción.

—Siempre hay otra opción—. Susurro sin fuerza.

—No esta vez—. Dice con determinación.

—¡¡Sabes que me has marcado para toda la vida nuevamente!!—. Lloro aún más fuerte, como si mi corazón se estuviera rompiendo en pedazos. Me siento como si estuviera perdiendo la cordura, como si la realidad fuera demasiado para mí.

—Tengo la muerte de alguien más cargada a mi alma, por mi culpa Jeremy ha muerto—. Digo entre sollozos.

—No, Nena, eso no es cierto, no cargues con eso—. Me abraza con más fuerza.

—Señor Langley, el encargo está hecho, Jeremy está fuera del camino—. Escucho lo que dice aquel tipo.

—Sí, efectivamente ya no tiene signos vitales, está muerto—. Alexander se para inmediatamente y saca un arma y le dispara al tipo que estaba hablando por teléfono, no me sorprende ni siento remordimiento, pero ese tipo lo merecía, cada uno elige su propio camino.

Alexander toma el celular que tania aquel sujeto que ahora esta muerto en el piso.

—Y tú también lo estarás pronto, Richard Langley, nadie toca a MI MUJER, Voy por ti, te are pagar la muerte de mi mejor amigo y por haber privado de la libertad a la mujer que amo —. Dice con una mirada de determinación y venganza.




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