Lo que me pertenece

Cap 54: La verdad

[Narra Alison]

—¿Así que?, ¿En qué me equivoco?, ¿No soy la esposa de un sicario?— Le pregunto sarcásticamente.

—Es que no estás casada con un simple sicario—. Me mira mientras acaricia mi rostro, para luego empezar a acercarse lentamente hasta que siento su respiración cerca de mi rostro.

—Eres la esposa del líder de la Mafia—. Su voz hace eco en mi mente, "Mafia", una palabra que creí que jamás afectaría mi vida porque siempre he vivido de acuerdo a la ley y de manera recta, pero esto cambia todo. Me hace sentir como si estuviera caminando sobre una delgada línea entre la vida y la muerte. Nunca me imaginé verme incluida en este mundo donde dicen que quien entra ya nunca sale.

Me siento atrapada en su mirada y también en su mundo, como un pájaro en una jaula de seda. Su proximidad me hace temblar.

—¿Soy la esposa de un Mafioso?— Pregunto en un susurro, de manera lenta.

—Eres la esposa de un Mafioso que no dudaría en quemar el mundo solo para protegerte—. Su mirada penetrante me hace temblar, su voz llena de pasión... y posesión.

—Pero eres malo y eso te convierte en un villano—. Lo miro a los ojos y retrocedo un poco.

Creo que leer tanto Dark Romance me ha llevado a esto. Dicen que atraes lo que lees. ¿Verdadero o falso?

—Una vez leí que todos somos villanos en la vida de alguien—. Acaricia mi rostro sutilmente, su voz llena de ironía.

—Pero... —Shh, Alison—. Susurra cerca de mi oreja y coloca su dedo sobre mis labios para evitar que hable. Su aliento cálido me hace temblar.

—Eres la debilidad de este villano y por ello soy capaz de hacer lo que sea para protegerte—.

—¿Por eso mataste a Jeremy?— Le pregunto sarcásticamente. Me alaga que me diga que es capaz de hacer lo que sea por mí, pero si por ello tiene que matar a personas inocentes, prefiero no ser nada de él.

—Lo mataste, carajo, mataste a tu mejor amigo. ¿Qué me asegura que ahora me digas que jamás me dañarías, pero fuiste capaz de traicionar a Jeremy, quien era tu mejor amigo?—.

—No, pequeña, a ti jamás te lastimaría—. Recarga su frente sobre la mía y posa sus manos en mi cintura.

—Pero a los demás sí, así como lo hiciste con Jeremy—. Pensar en ese momento me provoca escalofrío.

—Jeremy está bien—. Dice con voz tranquila. —Confía en mí—.

—No mientas. ¿Cómo va a estar bien? Deja de decir estupideces. Yo vi cómo le disparaste. Vi su sangre en tus manos—. Me alejo bruscamente de su lado. La respiración se me acelera. Siento mil emociones bombardeando mi ser.

—Él está muerto—. Susurro con dolor entre mi llanto.

—No, no lo está—. Me dice serio, sus ojos muestran dolor y no sé por qué. Toma mi mano y me jala hacia fuera de la habitación. Caminamos un poco hasta llegar a otra donde está Jeremy siendo atendido por un equipo de médicos.

Esta rodeado de equipo médico. Un monitor de ritmo cardíaco emite un suave beep-beep, mostrando su frecuencia cardíaca en una pantalla digital. Un tubo de oxígeno se extiende desde una máquina junto a la cama hasta su nariz, proporcionándole un flujo constante de aire enriquecido.

Jeremy me mira con una sonrisa débil, su rostro pálido y ojeras oscuras bajo sus párpados. Su respiración es lenta y profunda, pero está despierto y consciente.

—J-Jeremy... —Susurro sientiendo mis ojos llenarse de lágrimas nuevamente. ¿Qué está pasando?, ¿Cómo es esto posible?—.

—Disculpen la molestia, mi esposa quería ver a Jeremy —dice Alexander.

—No se preocupe, Señor Alexander, permítanme que yo le explique lo que ha sucedido —dice el médico.

Me siento confundida, aún en shock. Alexander me aprieta la mano, ofreciéndome apoyo.

—Por favor, doctor —dice Alexander—, explíquele.

—Bien, Señora Williams, Jeremy fue sometido a un procedimiento para simular su muerte. El medicamento utilizado reduce los latidos del corazón y la presión arterial, creando una apariencia de muerte clínica que tomó antes del suceso.

—¿Por qué? —pregunto, aún confundida.

—Para protegerlo de una amenaza específica —interviene Alexander—. Además, había que salvarte a ti, también están detrás de él, así que es necesario que crean que ha muerto.

El médico asiente.

—Sí, el procedimiento fue exitoso, pero Jeremy necesitó atención médica inmediata para estabilizar su condición, por lo cual el Señor Alexander se encargó de tener todo listo para atenderlo.

—¿Y ahora? —pregunto, preocupada.

—Ahora está estable, pero necesita descanso y observación durante las próximas horas. Los efectos secundarios del medicamento pueden ser graves si no se monitorean adecuadamente —dice el médico.

Alexander asiente.

—Gracias, doctor. Cuidaremos de él.

El médico sonríe.

—No dude en llamarme si necesita algo. Por el momento, ya está estable, así que nos retiramos para dejarlos solos. Regreso en un rato para seguir checándolo.

Se retira, dejándonos a solas con Jeremy.

Me acerco a Jeremy, tomándole la mano. Está despierto.

—Hola, enana —dice con voz débil, pero afectuosa.

Un cable conectado a su muñeca envía datos a otro monitor que muestra su presión arterial y frecuencia respiratoria. Un electrocardiograma (ECG) registra la actividad eléctrica de su corazón, trazando una línea irregular en una pantalla adyacente. Ese sonido que se escucha gracias a sus latidos me alegra el corazón, es señal de que está vivo.

—Lo siento mucho, Jeremy. Pensé que habías muerto—. Él sonríe débilmente.

—Lo sé, enana. Lo siento, te asusté—. Alexander se acerca, poniendo una mano en mi hombro.

—Está bien, Alison. Está vivo y a salvo.

Me dice Alexander.

[Narra Alexander]

Sé que no debería estar dolido, pero aún así me es inevitable. Creyó que realmente había matado a mi mejor amigo y eso me lastima. ¿Soy tan poco confiable como para que piense que soy capaz de hacer algo así? Puede que no nos conozcamos mucho, pero aún así me dolió. Jamás podría traicionar a quienes me dieron su confianza y lealtad. Jeremy es más que mi mejor amigo, es como mi hermano y no podría traicionarlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.