"Cuando estás cerca de mí, siento un fuego que arde en mi interior, un deseo que me consume y me hace querer perderme en tus brazos, en tus labios, en tu piel. Es un deseo que va más allá de la razón, más allá de la lógica, es un deseo que me hace sentir vivo, que me hace sentir que estoy en el lugar correcto, con la persona correcta. Es un deseo que me hace querer entregarme completamente a ti, sin reservas, sin miedos, sin dudas."
*No es una cita directa de Sylvia Day, sino que es inspirada en su frase original"
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ADVERTENCIA ⚠️ ⚠️
El siguiente capitulo narra escenas Explícitas solo aptas para +18, si no es de tu agrado el contenido favor de pasar.
[Alexander]
[Una semana después]
[En la noche]
—¿No tienes sueño?— le pregunto a Alison mientras ella está sumida en un nuevo libro, un regalo de Hana.
Alison no levanta la vista, pero sonríe y se mete otra uva en la boca.
—No, esto está muy bueno—. Dice con la boca llena.
Me acerco un poco más y trato de ver el libro, pero ella lo cierra rápidamente.
—Oye!!, ¿por qué no me dejas ver?—. Me quejo, sonriendo.
Alison se sonroja ligeramente y tartamudea.
—P-pues es que, pues yo...
Me inclino hacia ella, intrigado.
—¿De qué trata?— le pregunto, mi voz llena de curiosidad.
Alison se sonroja aún más y mira hacia abajo.
—Ah, ¿pues de una pareja que se ama mucho?
Me río suavemente.
—¿Me lo estás preguntando?—
Ella niega con la cabeza, pero no puede ocultar su sonrisa.
—Si es una pareja que se ama, ¿por qué no me dejas ver? Cuéntame más—. Le pido, recostándome en su hombro.
Alison se sonroja aún más y su voz se vuelve casi inaudible. —Es que...
Le quito el libro de las manos, tomándola por sorpresa.
—Oh, vaya, interesante—, digo, mirando la portada.
Me muerdo el labio al voltearla a ver.
—Jamás creí que te gustaría este tipo de libros—. Le digo, sonriendo.
Alison se cubre con la sábana hasta la cabeza, pero puedo ver su rostro sonrojado.
—P-pero y-yo...
Me meto bajo la sábana con ella, sintiendo el calor de su cuerpo.
—Es la primera vez que lees uno así, ¿verdad?—. Ella asiente con la cabeza, sin mirarme.
—UFF, qué explícito está todo—, digo, sonriendo al leer donde ella se quedó.
—Ahora entiendo por qué no tienes sueño.
Alison me mira, sus ojos brillan con curiosidad y un poco de nerviosismo.
Me acerco un poco más a Alison, sintiendo el calor de su cuerpo bajo la sábana. Su corazón late rápido y puedo ver la curiosidad en sus ojos.
—¿Puedo leerlo contigo?— le pregunto de nuevo, mi voz baja y suave.
Alison traga saliva, su mirada se desplaza hacia el libro en mis manos y luego vuelve a mí.
—S-sí... —susurra.
Ella traga saliva.
Comienzo a leer en voz baja, sintiendo su respiración en mi cuello. La historia es apasionada y emocionante, y puedo sentir la tensión entre nosotros.
—¿Te gusta?— le pregunto, sin dejar de leer.
Ella asiente con la cabeza, su mirada fija en el libro.
Seguimos leyendo juntos, nuestras cabezas juntas, nuestros cuerpos cerca. La tensión entre nosotros crece con cada palabra.
Me detengo en una página particularmente intensa y miro hacia ella. Aunque su rostro está sonrojado, sus ojos brillan con curiosidad.
—¿Quieres que siga? —le pregunto, mi voz llena de emoción.
Alison asiente con la cabeza, y yo sonrío. Seguimos leyendo juntos, nuestras cabezas juntas, nuestros cuerpos cerca. La tensión existente entre nosotros y aumenta con cada palabra.
—¿C-cómo que hace calor no?—. Le digo nervioso.
Me volví a verla, quedando su rostro a pocos centímetros del mío.
—Un poco—. Responde, muerde su labio y mi autocontrol se va al carajo.
Me adueñó de sus labios rosados que se han vuelto en una droga para mí.
—Eres tan hermosa— digo, besando su cuello.
—Alexander— susurra, su voz temblorosa.
—SSH, no digas nada— digo, besándola nuevamente.
Decir que no me afectó leer una escena tan erótica con ella a mi lado y desear que fuéramos nosotros los que estaban haciéndolo sería mentira.
Hace tanto que no estoy con una chica y las ganas de hacerlo me están matando, pero no quiero que sea con cualquiera, sino con ella, con mi mujer, con mi esposa.
La beso de una manera apasionada, llena de deseo y necesidad; quiero transmitirle las ganas que tengo de hacer la mía.
Bajo mis manos para acariciar sus piernas, su piel tan suave me vuelve loco.
—Te deseo —le confieso con la voz ronca.
Me duele mi miembro y siento que no podré contenerme si sigo así.
—Perdón —. Susurro, pues sé por lo que vivió y no quiero afectarla, no sé si esté preparada para esto y no quiero obligarla.
Me alejo de ella con mucha dificultad.
Camino hacia el baño porque de alguna manera tengo que hacer que este problema desaparezca.
Mis manos rodean mi miembro haciendo lo que ya saben y de como me gusta porque no es la primera vez que lo hago, nunca había necesitado quitarme las ganas yo mismo, pero la primera vez que la conocí y me cargo a mi habitación, su aroma, su calor y su cuerpo provoco qué mis sentidos despertarán de una manera que no supe como explicar y me termine tocando.
—Y-yo...
Me exaltó al ver a Alison entrar al baño y verme en pleno acto de masturbación.
—P-perdón...—. Se disculpa, me doy la vuelta para que no me vea y espero que ella salga del baño.
—¿P-por qué te alejaste de mí?, ¿Y-yo no te sirvo para satisfacer tus deseos, cómo para que lo tengas que hacer solo?—. Susurra tímidamente.
—No, no eso, jamás pienses eso—. Le digo rápidamente para quitarle esos pensamientos, me acomodo el pantalón para voltear a verla. — Jamás pienses que no eres capaz de satisfacerme, yo te deseo, pero no quiero incomodarte, ¿sabes? Me he controlado demasiadas veces para no saltarte encima, liberando mis instintos más salvajes.