♤ ALEXANDER ♤
"Ella es mi obsesión, mi debilidad, mi fortaleza, Es mía, mi propiedad exclusiva, Nadie osa tocar lo que es mío, nadie se atreve a tocar lo que me Pertenece, Haré lo que sea necesario para mantenerla bajo mi control, Porque ella es mía, y yo soy su destino."
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Algo que disfruto mucho es ver caer a alguien que se atrevió a desafiarme. Es un placer que me llena de satisfacción, un recordatorio de que nadie puede desafiar mi autoridad y salir indemne. Ver cómo su orgullo se desmorona, su confianza se derrumba y su poder se evapora es un espectáculo que nunca me canso de presenciar. La caída de su máscara de seguridad, la vulnerabilidad que se revela en sus ojos, el temblor en su voz... Es un momento de verdadera justicia.
En mi mundo, nadie puede desafiar mi reinado.
Soy Alexander Williams, y aquí, mi palabra es ley. Mi poder es absoluto, mi influencia es ilimitada. Disfruto viendo cómo alguien que se atrevió a desafiarme se derrumba, cómo su arrogancia se convierte en humildad, su desafío en sumisión.
Nadie puede conmigo. Nadie puede desafiar mi autoridad y salir victorioso. Y cuando alguien se atreve a intentarlo, disfruto de ver cómo cae, cómo se derrumba bajo el peso de su propia ambición.
Y ahora la caída que estoy disfrutando es la de Richard Langley.
-Vamos ya—. Dije, mi voz firme y decidida, mientras miraba a mi equipo de confianza.
No son mis hombres de seguridad habituales, sino los que trabajan para mí en la sombra, los que conocen los secretos de la Mafia, los que habían demostrado su lealtad y discreción en momentos críticos. Eran los miembros de mi círculo íntimo, los que habían jurado silencio y obediencia absoluta.
Son los "Fantasmas", como los llamo yo, hombres sin rostro, sin nombre, sin pasado. Sus identidades estan enterradas bajo capas de secreto y engaño, protegidos por una red de mentiras y cortinas de humo.
Han sido reclutados en los rincones más oscuros de la sociedad, hombres con habilidades únicas, habilidades que podían ser utilizadas para mi beneficio. Algunos son asesinos, otros eran expertos en infiltración, otros eran maestros del engaño.
Todos comparten una cosa en común: su lealtad absoluta hacia mí. Me han jurado fidelidad, no solo con palabras, sino con acciones. Han demostrado su valor en batalla, su capacidad para llevar a cabo misiones imposibles.
Y ahora, estan aquí, listos para llevar a cabo mi voluntad, listos para hacer lo que sea necesario para proteger mis intereses.
Subimos a las camionetas negras, equipadas con tecnología de última generación y armamento pesado. Nuestro objetivo es claro: capturar a Richard Langley, el hombre que había secuestrado a mi esposa.
—Señor, el objetivo se está moviendo—. Informó el señor Ponce, mientras miraba la pantalla del GPS.
—Bien, está acordado dónde lo detendremos antes de que llegue al aeropuerto—. Dije, mi mirada fija en la ruta que vamos a tomar. —Encárgate de seguir rastreándolo.
Oliver, se sentó a mi lado, su rostro serio y determinado. Había recibido un disparo durante el secuestro de Alison, pero ya se ha recuperado. Su ira y sed de venganza son palpables, cuando se entero de que atacaría a Richard me pidió que lo aceptara en esta venganza, me negué al principio pues hay cosas que él no sabe que are.
Tal vez piensa que solo lo atrapare y lo entregaré a la policía pero no, llevarlo ante la ley sería como dejarlo qué se salga con la suya, se que compraría a quien fuera necesario con tal de salir en libertad.
Antes de aceptarlo, en mi mundo de sombras y acero, donde la supervivencia depende de la fuerza y la astucia, tuve que someterlo a una prueba de fuego para evaluar su temple en una misión de alto riesgo. Necesitaba saber si estaba listo para enfrentar el abismo, si podía caminar entre lobos sin ser devorado. Y para mi sorpresa, se ganó su respeto con una facilidad sorprendente, demostrando una afinidad inesperada con el mundo que habita la oscuridad. Habló con ellos como si fuera uno de ellos, con una autoridad y una comprensión que me dejó sorprendido, revelando una capacidad para comunicarse con los más duros y peligrosos que me hizo preguntarme si realmente conocía a este hombre.
Nunca antes había puesto a prueba sus capacidades como guardaespaldas, di por hecho que era bueno pues había cuidado a Alison durante un año, cuando lo puse a prueba para esta misión lo analice, es un hombre de talento, un lobo solitario con habilidades letales y una mente estratégica. Su capacidad para leer a las personas y anticiparse a sus movimientos es inigualable. Puede desaparecer en las sombras y reaparecer con un resultado mortal. Su lealtad inquebrantable no hacia mí, si no, hacia Alison es oro.
Me pregunto cómo sería si lo reclutara para mi organización. Su habilidad para manejar situaciones delicadas y su instinto asesino natural lo convertirían en un activo invaluable. Pero sé que Alison no lo aprobaría. Ella siempre ha sido mi prioridad.
Sé que Oliver ama a Alison, eso es evidente. Pero ella es mía, mi esposa, y él lo sabe. Y aunque su mirada a veces revela un brillo de deseo cuando la mira, siempre se detiene ahí. Respeta los límites, respeta mi territorio.
O al menos eso espero. Porque si alguna vez se pasara de la raya, si alguna vez intentara tomar lo que es mío... Lo Desaparecería sin dejar rastro. No importa cuánto lo valorara como aliado o cuánto lo quiera mi esposa, Nadie se interpone entre mí y lo que es mío.
Aun así, no puedo evitar pensar en cómo Oliver encajaría perfectamente en mi equipo. Su estilo implacable y su capacidad para tomar decisiones difíciles lo convertirían en un Mafioso natural. Pero mi lealtad hacia mi esposa y mi respeto por ella me mantienen alejado de esa idea.