Lo que me queda de ti

Prefacio

Mi nombre es Rafael Montes y este es mi primer libro.

Mi sueño nunca fue escribir un libro, ese siempre fue su sueño.

Carolina solía decir que escribir la liberaba, que era su forma de sacar todo aquello que tenía dentro, todo lo que le apretaba el corazón o le estrujaba el alma. Entonces, se me ocurrió probar esa terapia, pues, aunque los años pasaron, el amor no se acabó. El dolor tampoco.

¿Se puede amar y odiar a una persona al mismo tiempo? Supongo que yo puedo, funciona como el día y la noche para mí. Amanece y sale el sol, ilumina mi vida, mis días, mi alma. Así es como la amo, como si fuera la luz que necesito para guiar mi camino, como si se tratara del aire que preciso para respirar, como si solo su sonrisa fuera capaz de darme los motivos necesarios para vivir. Pero entonces, llega la noche, el sol se esconde y solo queda la oscuridad. Así es como la odio, como el ser que más daño me hizo; no le importó que yo me deshiciera de dolor en sus manos.

Ella es mi luz y mi oscuridad, ella es mi ángel y mi demonio, mis sueños y mis pesadillas. Ella es mi todo y es mi nada.

Entonces, la amo y, de nuevo, la odio en una perfecta y armoniosa melodía en donde las partes suaves se entremezclan con las partes intensas; en donde las sonrisas se pierden entre las lágrimas, donde los recuerdos buenos coexisten con los malos como un todo imposible de separar, de disociar.

Ella era como una playa tranquila, como un respiro, como la calma que necesitaba mi alma; pero de pronto se convirtió en un tsunami que arrasó con todo, se llevó mi vida y mi ser por delante, dejó solo devastación, angustia y dolor. Oscuridad y tinieblas. Se llevó todo y me dejó sin nada.

De ella me quedó el amor inmenso que le tengo. Aquel sentimiento tan puro que alimenta y purifica, que te hace sentir grande, poderoso y eterno.

De ella me quedó el odio inmenso que le tengo. Aquel sentimiento oscuro y triste que sofoca el alma y la desangra.

De ella me quedó un libro cargado de recuerdos que dejó sobre mi cama. Con sus apuntes, con garabatos, con un escrito donde rezaba su sueño.

«Un día voy a ser una gran escritora, me voy a volver famosa, Rafa. Voy a inventar una historia que se va a convertir en un best seller».

No sé qué ha sido de ella, no sé si ha logrado su sueño. Solo sé que me siento como un personaje de su libro; ella me hizo y deshizo a su antojo, me llevó a experimentar un amplio espectro de sentimientos que ni siquiera imaginé que existían. Ella escribió mi historia, mi pasado y mi futuro.

De ella solo quedaron tres cosas:

Amor.

Odio.

Y un libro.

 




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