Lo que me queda de vida

Lo haremos todo; cada cosa

Me despierto con los rayos cálidos del sol que entran por mi ventana, me doy cuenta que mi cara esta pegajosa y aún llevo la ropa de ayer; siento un dolor en el pecho y mi garganta esta inflamada recuerdo haber llorado mucho hasta dormirme, y mi cara es una clara evidencia de ello, el espejo de mi baño, refleja una yo, inflamada y roja, con todo el maquillaje chorreado, y convertido en una sustancia pegajosa que, envuelve mi rostro. Aún retumba en mi mente la palabra "cáncer", y realmente me pregunto, ¿si ya esta todo pérdido?. Tomo un baño para tratar de disimular mi rostro, no quiero que pueda ver como me siento al respecto se supone que busca en mi algo de alivio, no puedo ser un recordatorio constante de su enfermedad. Al salir me siento con las energías renovadas y mi rostro, pues, podría ser peor, y se que, el maquillaje terminara de disimular el resto. ¿trabajaremos hoy?, o… suena mi teléfono interrumpiendo abruptamente mis pensamiento
- ¡buenos días Alissa!- señor Slo… Patrick, debo recordar llamarlo por su nombre, parece estar de muy buen ánimo el día de hoy
- buenos días, se… Patrick- realmente es incómodo decirle así
- voy a tu casa, quiero mostrarte algunas ideas, ¡ah! Ponte ropa cómoda saldremos a hacer unas cosas luego
- ¿no trabajaremos el día de hoy?- pregunto aunque ya se la respuesta
- no, no lo haremos. La vida es muy corta Alissa- esa frase me congela por unos momentos
- es… esta bien- tartamudeo un poco
- bien espérame te llevo algo para desayunar- corta la llamada y me deja tan sorprendida como siempre, creo que no llegue a conocer a Patrick realmente en estos cinco años, o simplemente siempre ha sido así de impredecible. Hago una taza de té y me siento cerca de la ventana que da hacia la calle, para verlo llegar, jamás pensé que vendría él mismo a mi casa y menos bajo semejantes circunstancias. Y de repente me golpea aquel pensamiento, él está haciendo todo antes de morir, es cómo si cumpliera su última voluntad. Quedo paralizada por el miedo, ¿cómo puede ser tan egoísta? ¿quiere que lo vea morir?, no puedo hacer eso, es demasiado, ¿como puedo ignorar el hecho de que morirá?.  Tocan a mi puerta y eso me desvalancea 
- un momento- al abrirla está allí con una enorme sonrisa y una bolsa de papel blanca en su mano- no puedo hacer esto- confieso- no puedo viajar contigo e ignorar que serán las últimas veces que te veré, no puedo verte morir- esta impactado, con sus ojos abiertos todo lo que dan y la boca un poco abierta
- creo que debemos hablarlo adentro- me mira serio con los ojos entre abiertos, asiento, no puedo pronunciar ninguna frase ahora
- primero no me verás morir, este viaje, es una preparación
- ¿de?- estoy ansiosa con mis manos sudando
- para las quimioterapias, he acordado con él doctor empezarlas en quince días- me mira con un dejo de sonrisa
- eso quiere decir que debería hacerlas ya- le digo con un tono de alerta
- si pero lo haré en quince días- dice con tono aburrido
- yo creo que no debería postergarlo- digo aún mas ansiosa
- ¿podemos hacer lo que tenía planeado para hoy?- esquiva mi comentario 
- ¡no!, debería comenzar su tratamiento,¿porque dejaría para luego algo que puede salvarlo?- lo reprocho
- por que tengo miedo- dice bajo y sincero- si no resisto el tratamiento y muero, no quiero que un hospital sea lo único que vea- mi corazón se hace pequeño
- ¿cual era el desayuno?- digo para alivianar el ambiente, se ríe y levanta la bolsa
- espero que te gusten las donas- sonríe entusiasmado
- ¿para desayunar?, no es lo que acostumbro pero esta bien- no quiero hacer que de sienta rechazado, sonríe aun más
- ¿por que no?, hay que aprovechar todo lo que nos da la vida- muestra sus blancos dientes en todo su esplendor
-si,  creo que es una buena filosofía- me río para corresponder. Al abrir la bolsa el olor el delicioso, huelen frescas
- hay dos una de vainilla y otra de chocolate, no sabia que te gustaba así que he ido por lo regular- me dice relajado
-¡vaya!, me decepcionas, ¿ no sabes que con el chocolate nunca fallaras?- le hago una mueca y muerdo la dona, esta exquisita, mucho mejor que su olor, es suave y dulce, pero no empalaga, el sonríe de oreja a oreja
- espera tienes un poco de chocolate aquí- pasa su pulgar suave, por la comisura de mi boca, nuestros ojos se cruzan y quedan trabados, sin pestañear, siento mi corazón andar a mil, creo que tiemblo, por un momento siento que algo va a pasar 
- traje una idea de que podríamos hacer y quiero que las mires- se da vuelta y saca su portátil, me ha dejado colgada, con una sensación extraña por todo mi cuerpo- ¿recuerdas que hablamos de Grecia?, me gustaría llevarte a Mykonos y a la periferia de Creta, solo tendríamos unos tres días para estar allá así que creo que deberíamos ir a la playa y museo durante el día y a la noche algún lugar nocturno- parece entusiasmado, yo sacudo esa sensación extraña de mi
- ¿no se supone que el viaje es para tu disfrute?- doy otro bocado a mi dona y me doy cuenta que mira mi boca
- si… pero también es para darte algo de alegría, eso también quiero hacerlo- dice mirando mi boca y ojos en intervalos
- ¿por que es importante eso para ti?- doy otro bocado quiero comprobar si lo hace de nuevo, ¡y lo hace!, ¡esta mirando mi boca como si fuera un dulce!
- ya te lo dije, siempre haz estado conmigo- vuelve la vista al portátil- luego Inglaterra podemos ir a Cornualles allí también tendremos unos tres o cuatro días y luego…
- ¡París!- por un momento me entusiasmo con la idea y el sonríe
- si, París y podemos ir a Gargantas de Verdon- sonríe al mostrarme las fotos- ¿que te parece el plan?, puedes cambiar el itinerario 
- no, mantegamoslo asi, divertido- mis ideas nos son nada divertidad, simplemente eso no se da en mí 
- esta bien, entonces mantengamos los planes así. Quiero llevarte conmigo a hacer unas compras- sonríe emocionado
- esta bien, voy por mi bolso- ya que no vamos a la oficina, me he puesto mejores jeans y una camisa fresca y cómoda, también mis deportivos, tomo mi bolso y llaves, Patrick me espera de pie junto a la puerta y la abre para que pueda salir, no me había fijado que él estaba vestido tan cómodo como yo, creo que es estos cinco años jamás lo vi en jeans
- ¿que música te gusta?- pregunta al entrar al carro
- escucho casi cualquier género- respondo sincera- pero tiendo a escuchar mucha música romántica
- así que eres romántica- me mira con una sonrisa cálida
- creo que lo soy- me sonrojo un poco
- bien veamos que puedo conseguir- comienza a buscar en su selección personal, y hay unas elecciones un tanto interesantes por decir lo menos. Comienza a sonar "Iris" de Goo Goo Dolls, él se recuesta en su asiento y disfruta de la música, yo también lo hago aunque es una canción triste, ¿se siente roto?, por supuesto que sí, todo lo que había dado por sentado se desmorona ante sus ojos, no puede hacer nada al respecto, solo ver llegar su fin. Puedo ver que me lleva a la zona pudiente de la ciudad, donde están las tiendas exclusivas, del lugar donde seguro provienen algunas de las prendas del closet de su ex novia
- necesito algo de ropa para este viaje- dice a modo de explicación- me gustaría que pudieras darme tu opinión
- esta bien- supongo que puedo hacer eso. Se ve un poco ansioso. Entramos al exclusivo centro comercial y sus lujosas tiendas, fue directo a una de ellas, muy iluminada llena de espejos mas que de ropas, en tonos blancos o perlados, toques plateados y brillantes, daba un aire de costoso; de hecho, lo era y mucho, miro en la sección de hombres tomo prendas en colores blancos y azules claros, pantalones y camisas, muy casuales y frescas. Al salir fuimos directo a una zapatería de diseño italiano allí eligió zapatos marrones de punta, sorprendentemente todo le quedaba como hecho a la medida, este hombre pareciera no tener imperfección en su cuerpo; las piezas fácilmente entran en su muy torneado cuerpo y se ve como tallado en mármol
- vamos por unos helados- se ve muy cómodo gastando estas exageradas cantidades de dinero, me pregunto si es por la enfermedad o siempre fue así- ¿quieres helado o te apetece algo más?
- no esta bien, un helado- sonrió un poco despertando de mi reflexión interna, yo llevo uno de chocolate, por supuesto y el de vainilla, no lo entiendo no tiene gracia ese sabor para mi; pero el parece muy feliz
- vamos - dice con un ademán
- esta es una tienda para mujeres- digo sorprendida
- si así es- responde ante lo obvio
- quiero que veas unas cosas
- ¿para que?, una de estas piezas es un mes de mi sueldo- digo temerosa no quiero ni ver
- vamos- me toma de la mano y me lleva adentro, siento mis ojos palpitando; ¡me a tomado de la mano!; siento como si esa extremidad hubiera dejado de ser parte de mi cuerpo
- bien elige lo que sea de tu agrado- me dice moviendo su mano alrededor de la tienda
- no creo que lo haga- digo volviendo en mi
- ¿porque?, ¿vamos a otra tienda?- me pregunta desconcertado mientras las vendedoras se miran nerviosas
- No voy a pagar por algo de aqui- le digo en voz baja- no puedo hacerlo- le digo en voz aún mas baja
- ¿quien dijo que lo harías?- responde airoso
- no lo haré- esta sorprendida y yo disgustada
- puedo pagarlo- dice a media voz
- yo no quiero- replico un poco mas incómoda
- si no lo haces lo haré yo, y deberás usarlo en el viaje- me amenaza,  a lo que yo respondo cruzandome de brazos frente a él
- eres muy testaruda- se aleja y comienza a elegir prendas, comienza con vestidos de gala, luego va en busca de ropa mas informal, jeans camisetas, cosas frescas y en colores claros, finalmente, llega a una pequeña sección de trajes de baño, sabe que lo observo así que se da vuelta para que no pueda ver que elige, veo en su mano colores coral, azul y marrones, todo fresco y alegre
- ves no era tan difícil- responde con aires de suficiencia
- lo sé pero no pedí esto- replico
- lo sé, consideralo una compensación por tus años de servicio en mi empresa
- esto no era parte del trato- digo inquieta, molesta
- ¿que sucede?, eres la primera mujer que conozco  que no esta feliz con algo así
- no se equivoque señor Sloan, yo no soy de su común, un helado esta bien, pero no puedes llevar a una mujer y comprarle ropa cuando no existe ningún tipo de relación mas que laboral, no esta bien, hace que las personas piensen mal
- humm, ya veo, así que te importa lo que piensen los demás- me mira desconcertado, con su cabeza de lado
- ¿qué?, no, no es que me importe pero no esta bien darle a las personas razones para hacerlo
- ¿por que no?, ¿crees que no lo hacen ya?- tiene razón no puedo negarlo, pero; sigo estando molesta- mira hagamos un trato; no pienses mucho en esto sólo piensa que te estoy prestando algunas prendas- se enconge de hombros y sonríe
- esta bien- aun no me siento cómoda pero acepto, no quiero pasar el resto del día hablando de esto
- bien, vamos a mi casa, necesitamos terminar de planificar lo que haremos- se que lo puede hacer solo pero imagino que quiere algo de compañía, así sea de su asistente. Al entrar en su carro está sonriente parece que las compras lo hicieron sentir de mejor ánimo; estoy confundida, ¿por que me eligió a mi para pasar por todo esto?, se supone que es la familia y amistades mas cercanas, él no puede ser tan solitario, ¿o sí?, ¿ acaso no hay nadie que lo ame?
-Alissa elige algo para escuchar- dice cortando el hilo de pensamientos
- ¿que hay en su playlist- se encoge de hombros
- seguro encontrarás algo que pueda gustarte- lo miro por un instante, y con mi mano un poco temblorosa, enciendo el reproductor y comienzo a pasar canciones; para mi sorpresa sus gustos son muy románticos, debo aceptar que esperaba algo más… ¿sofisticado?, no sé, quizás opera o piezas de Beethoven quizás Mozart, pero no, es un hombre sencillo de oído. Continúo pasando una canción tras otra, sorprendiendome por lo variado de su selección hasta que me detengo en una




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