Lo que me queda por escribir

Minuto 3:23

El problema nunca fue que él no me supiera querer como todos esos post de redes, o fuera él el tóxico entre los dos como los chavos que exponen, o no me respetara porque siempre hizo lo que yo quise. Él no me hizo odiar al amor, seguro se escribe hasta nostálgico pero me sigue impulsando su recuerdo a escribir ese libro que anhelo. (Si le tuviese enfrente seguro le diría que gracias a él está por publicarse uno de mis poemas en septiembre).

Porque a pesar de gritarle que se fuera, no una ni tres, a punto de explotar en celos a final de cuentas fantasiosos de mi parte, regresaba por mí con un abrazo. Sé bien que esa mera inseguridad mía no fue algo que fácilmente él soportó en mí cuando incluso pasaron los meses y los líos fueron repetitivos. Por eso sé que él me amó, y que fue tan real como que yo también le amé. Siempre en mí habrá un cariño nostálgico el día que la vida decida que lo vuelva a ver.

Hace mucho que no he escrito, pero las canciones y la caja que por error ha caído del closet con todos esos tickets de cine y las anclas hacen de esto algo melancólico, único. Al mirar a detalle una serie de vídeos en especial, que seguro siguen en YouTube al minuto 3:23 del vídeo 1, entendí todo.

Él llegó para enseñarme a quererme, nunca lo deduje hasta hace unos meses. Beso a beso, piropo tras caricia, el estoy para ti y también solo quiero estar contigo consiguieron en el proceso que además de enamorarme de él lo hiciera de mi misma, a la par. Incluso a veces creo me quiso más de lo que yo me quería a mí en ese tiempo.

No saben lo buena persona que es, claro que tiene errores, como toda persona no diré que él es perfecto, pero sé ahora reconocer solo lo bueno. Desconozco como sea ahora con sus chicas, en cuanto a mi sólo diré que fue excepcional.

Entendí también que no supe actuar cada vez que miraba sus ojos color café. Él solía ponerme nerviosa, si me tocaba era sentir que no quería nada más. Tristemente comprendí que quise ser la novia de revista, quería demostrarle que le quería pero a su vez terminé exigiéndome tanto que un día no pude dejar de pelear y me olvidé sobretodo de que un día se iba a acabar. No saben cuánto le quise, y cuánto cuesta dejar de querer.

Bien dicen que el lobo feroz siempre será el malo si es caperucita quien lo cuenta, pero ¿Y si lo que saben fuese al revés? Yo no sería esa imagen que tienen de mí, y toda esa toxicidad que ya he dejado atrás después de perderle. Yo sería la que también tuvo fallos y defectos, la que le aventó esa pulsera y le dijo por mensajes lo mucho que quería terminarle. No fui tan buena, ni él tan malo. Solo fuimos, eso basta para definirnos.

Quizá es por ello que hoy mis estándares son altos, los chicos me parecen tan básicos, tan vacíos. Ya se me está haciendo costumbre extrañarlo a las dos y dormir después de escribirle a las tres. No os confundáis, sé bien que buscarlo ahora no es algo que planee hacer. Las cosas pasan por algo, y como en algún tiempo le escribí: "No eres hoy el amor de mi vida, pero en el fondo siento que lo puedes ser". Así que no, no quiero volver, pero no es malo escribir cuando extrañas a alguien.

Muchos de ustedes le ven mal, me responden los estados con un "no vale la pena" porque yo le hice ver así y desde entonces no volví a postear fotos de esa vez que lo volví a ver. ¿Tienen una idea de lo mucho que aprendí a no hablar mal de los demás? Solo me escucharon a mí. Solo vieron lo que a mí me dejaba como la buena. Y las cosas no van así.

La sinceridad a veces duele, pero libera.

Seguro que en otra vida, y si la vida dicta que él es el chico de mi vida, quisiera que hiciéramos de nuevo las cosas bien.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.