Lo que me queda por escribir

Ángel

Les prometo que en mi vida había pedido a las estrellas que algún chico no se fuera.

No se confundan, no es que él pretenda irse, tampoco que esto se trate de romance, porque creo que esas cosas del amor de pareja entre los dos destruiría las bases que nuestra amistad hace tiempo instaló.

Es algo impredecible el cómo todo comenzó que hasta mis palabras temen por no ser lo suficientes para describir lo que en mis días no se planeó. 

Podría empezar mencionando a nuestros caracteres, que son casi opuestos a excepción de esa pequeña brecha de similitud que hace la diferencia entre su humor y mis ideas sobre el mañana.

Sé que les mentiría si les dijera que él es el amigo ideal que por mucho tiempo busqué, porque justo llegó cuando yo ya no buscaba ni un alma.

Si me permites ser honesta, he aprendido al conocerle que no se necesitan de prototipos o tiempos perfectos para las amistades excepcionales. A veces llegan por la puerta trasera y en unos meses ya les cuentas todo de tu vida, hasta lo más tonto.

Magia o destino, llámalo como se te haga más bonito.




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