Lo que me queda por escribir

2019

Empecé el año pensando en ti y en lo mágico que fue encontrarte, escuchando la música que traía tu imagen a mi mente, releyendo nuestras cartas, para entonces no sabía si me gustabas o simplemente era gratitud.

La curiosidad me mataba, eso de no saber qué hacía y para qué lo hacía me sacaba de mis casillas. Yo, siendo una persona tan tímida y reprimida desde niña, cuando te miré, supe que no venías para verme solo caer. Como si ya estuviera escrito, me incitaste a ser libre, a ser fuerte. Eras lo que necesitaba para liberarme de todas esas pesadas cadenas que me mantenían callada.

Voy a terminar el año pensando en ti y en lo aprendido de este viaje, que aún no ha terminado. Ahora solo sé (como aquél filósofo) que no sé nada, en aquella época sí me gustabas y que rompiste la mayoría de las cadenas que arrastraba.

Es que las gracias se quedan cortas, estoy muy feliz de tenerte conmigo después de haberte abierto gran parte de mis miedos, mi buen amigo. Querido, sigo (como cada semana) esperando tus cartas con ansías.

Tengo tanto que agradecerte, que hasta donde nos lleve la vida y la magia, iré.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.