Lo que me queda por escribir

Del como fue que mi mirada apuntó hacia ti

Te quiero a ti, te quiero a ti, te quiero a ti.

Que felicidad me da escucharte reír.

Quien lo diría que yo simpatizaría con un desconocido desde el primer día.

Creo que inconscientemente ya buscaba a alguien como tú y no lo sabía.

Después, apareces.

Que cosas tan curiosas de la vida, como si se tratase de magia.

Comenzaron a pasar las horas, los meses, los años. De pronto quise ser mejor persona y que el tiempo junto a ti no pasase en vano.

Así que me limpiaste las lágrimas, me hablaste de valor y de poquito a poquito te empecé a querer cuando me empecé a querer.

Vaya ironía, pero así fue.

¿Te cuento un secreto pasando a cosas sobre ti más interesantes?

Cuando pudimos estar frente a frente no entendí porque sueles acomplejarte.

Te observé como quien gusta de una obra de arte. (Para que mejor me entiendas, como una pintura)

Me perdí en lo oscuro de tus cejas, en el rosado de tus mejillas, en los gestos de tu carita y en el contorno de tu figura

Y si piensas que solo te quiero por lo que veo, debes saber que amo cada playlist tuya, cada idea que tienes me asombra, cuando hablas de él me dejas atónita y cuando dices que no hay nada bueno en ti puedo describir toda la alegría que provocas en mi más allá del como puedas lucir.

Sé que aunque hemos tenido un par de peleas y no me veas de la misma manera, eres mi amigo. Me gusta tu amistad, mi confianza permanecerá y mi cachito de tiempo para ambos antes de ir a dormir.

Y lo más importante es que aprendí a separar lo que tenemos de mis sentimientos hacia ti.
 




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