Lo que me quedó

CAP 11 parte 2-De dónde surgimos-?

"Los abrazos pueden ser hogar... o la fachada más perfecta para la oscuridad que se oculta detrás de quien promete protegerte".

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El viento cambiaba. Jane lo sentía.

Cada día que pasaba junto a Alexander, su mundo —ese mundo rígido, estrecho, pautado por horarios de iglesia, sonrisas prestadas y expectativas ajenas— comenzaba a romperse de a pocos.
Y mientras más se rompía, más se revelaba quién era realmente.

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Alexander parecía un chico duro, marcado por cicatrices invisibles... pero cuando estaba con ella, se volvía alguien distinto.
Ella también.

En sus encuentros clandestinos, cuando escapaba después del colegio o aprovechaba un servicio largo en la iglesia, se contaban cosas simples... pero profundas:

Jane hablaba de lo que amaba:
—La arquitectura, las edificaciones que la hipnotizaban.
—Los días lluviosos, donde el mundo le parecía más tranquilo.
—Los gatos, el color azul, los libros y las películas viejas de amor.
—El terror, aunque dormía con la luz encendida después.

Alexander escuchaba, detallando cada palabra como si fuera un tesoro.
Cuando le tocaba el turno, él compartía con una sinceridad que rara vez mostraba a alguien:

—Los autos. Las motos.
—Los videojuegos
—La playa al atardecer.
—El negro... porque era el color que siempre lo había acompañado.
—Y la guitarra eléctrica.
A veces se la mostraba en su habitación, mientras le tocaba riffs cambiados que él inventaba solo por verla sonreír.

Temía perderla..."Sabia que ella merecía algo mejor que él, si ella supiera de su verdadero pasado, lo dejaría..." Y de ahí se arraigaba su insistencia de que ella sea suya...así le costara"

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La familia de Alexander recibía a Jane como si siempre hubiese pertenecido allí.
La trataban como lo que ella era, una chica más, dulce, curiosa, con una hermosa sonrisa

La madre de Alexander siempre le guardaba un plato cuando sabía que Jane escaparía a verlo.
Su padre la llevaba en auto cuando la noche caía para que no volviera sola.
Incluso su hermano menor la defendía cuando alguien insinuaba algo malo sobre ellos.

—A mí me gusta cómo mi hijo es con ella —decía su madre—. Lo calma. Lo centra. Lo hace querer algo mejor.

En cambio, los padres de Jane veían el romance como una amenaza.
A escondidas, comenzaban a murmurar entre ellos.
A inventarse reuniones sorpresa.
A vigilar más sus horarios.

En la iglesia los comentarios no se hicieron esperar.

Jane, que durante años había sido ejemplo perfecto, ahora era un escándalo viviente.

Y a ella... ya no le importaba.

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Un día, después de notar que Jane comenzaba a "desaparecer" para ir a verlo, sus padres tomaron la decisión:

De enviarla por un tiempo con unos tíos de ella.

"Tal vez estar en otro ambiente lo hagan olvidarse de él. Ella necesita corregir su camino."

Cuando Alexander se enteró de esto fue como ver a un lobo herido defender lo último que tenía.

—No permitiré que te alejen de mi—dijo sin pensarlo—. No voy a dejar que te arranquen de mi vida.

Y lo cumplió.

El día en el que Jane debía partir no llego a casa después de clases (era su ultimo día escolar de ese año, ya que iniciaban sus vacaciones)

Ambos se fugaron.

Jane (10:47 p.m.):
Mamá, papá... como ya se habrán dado cuenta no he regresado aun a casa. Y no pienso hacerlo....no lo hare hasta que ambos decidan hablar conmigo...
No quiero estar en un lugar donde solo quieren alejarme de la única persona que me ha hecho sentir segura.
Dejen de decidir por mí.
Si su solución es mandarme lejos, entonces yo elijo irme primero.
Cuando decidan hablar conmigo, sin imponerme cosas que no pienso ni deseo hacer, estaré dispuesta a escucharlos....

En casa de Jane, su madre abrió el mensaje y sintió un golpe en el pecho.

— ¡Frederick! —le dijo a su marido, enseñándole el celular con las manos temblorosas.

Él leyó el mensaje dos veces.

—Está exagerando... es un simple berrinche.—respondió con un aire forzado de tranquilidad.

—Pero nunca había hablado así —susurró ella.

—Es por ese muchacho. Quiere llamar la atención. No vamos a caer —dijo él, tratando de sonar firme.

Pero ninguna de sus palabras calmó a nadie.

Se acostaron tarde, esperando que se escuchara la puerta abrir...
pero no pasó.

Mientras que por un lado todo era caos y desesperación, por otro lugar, tanto Jane como Alexander no solo se sintieron fuertes por luchar por lo que ambos sentían sino que su relación dio un paso más profundo, el tipo de paso que marca a dos personas para siempre.

La primera vez de ambos unieron sus cuerpos en uno solo.

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Cuando se cumplió un día completo en el que los padres de Jane no sabían nada de ella, ambos se derrumbaron, sabían que llamar a la policía era algo inútil ya que ella se pondría del lado de Alexander además de que generaría comentarios si los miembros de la congregación se enteraban de algo así. Así que ambos padres se resignaron a tratar de un u otra manera a darle un fin a esto y poder recuperar a su niña...

Papás (9:01 p.m.):
Jane, llámanos cuando puedas.
Queremos hablar con ustedes.

No queremos que esto continúe así.

Queremos que estés bien...te amamos hija y si hemos hecho las cosas de manera incorrecta nos gustaría hablar contigo.



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En el texto hay: amortoxico, abusos, violencia abuso

Editado: 13.12.2025

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