-Amira -Amram intencionalmente susurro el nombre de la joven en sus labios sin esperar que su padre lo escuchará.
Su padre no dijo nada solo se dedicó a observarlo esperando la reacción del joven.
-En aquel oasis aprendí que el agua no siempre calma la sed del corazón. Había una quietud única bajo las palmas... -Amram (se detuvo al escuchar a su padre hablar).
-Qué viste allí que cambió tu manera de ver el mundo? -Jacob.
-Descubrí que la belleza combinada con la generosidad crea milagros invisibles a los ojos, pero imborrables en el corazón -Amram.
El rey lo miro aún más confundido.
- Por qué pronunciaste el nombre Amira? Ocurrió algo? -Jacob.
- (Con voz suave): Hoy, en el oasis, conocí a Amira, una joven hermosa. Su presencia era como un susurro entre las palmas, delicado pero imposible de ignorar -Amram.
-El sol iluminaba cada rincón del oasis, pero nada brillaba tanto como ella. Su belleza era tan serena como la luz que atravesaba las hojas -Amram.
- (Bromeando): Hablas como un hombre enamorado -Jacob.
-Imposible; solo estoy reconociendo las virtudes de la joven -Amram.
-El que reconoce tantas virtudes es porque las ve con otros ojos -Jacob.
-(Mirando al horizonte): Quizá los ojos cansados son los que mejor distinguen la bondad cuando aparece -Amram.
-(Riendo): O quizá solo buscas pretextos para volver a verla? -Jacob.
-No lo creo. Además, ya conoces mi destino... Como futuro rey tengo que casarme con la princesa del reino de los Paltas.
CONTINUARÁ...
AMRAM...
"HAY VECES QUE EL CORAZÓN SE SIENTE PEQUEÑO PARA TANTO ANHELO Y EL DEBER PESA MÁS QUE CUALQUIER DESEO."