Lo Que Nunca Esperas

Capítulo 25

No sé qué hora es realmente, solo sé que el sol ha salido hace un par de horas y yo me niego a salir de esta habitación o a moverme siquiera de la cama o emitir un sonido siquiera.

Mi mente tiene una lucha interna, en bajar o no hacerlo ya que una parte de mi me recuerda que hoy es el último día que estaré con los chicos y sinceramente tengo miedo de que por esta pelea ellos no cumplan su promesa, aunque si lo pienso detenidamente… No sé si quiera volver a verlos.

Por ellos mi mente ahora es un lío, mis sentimientos nunca se habían sentido más confundidos y mi presencia parece solo traerles problemas.

Los tres están locos, los tres son bipolares, idiotas y los tres me han mentido o lastimado de alguna forma, aunque claro ¿Qué puedo decir yo? Yo también les he hecho muchas cosas y realmente no tengo la menor idea de si sea una buena idea o no, que los cuatro sigamos juntos, pero… No hay nada que quiera más que seguir aquí con ellos además de ver a mi madre nuevamente.

La puerta es tocada pero guardo silencio y sigo en mi misma posición, fingiendo que no existo y sin decir una sola palabra, aun no tomo una decisión de si quiero o no verlos ahora, solo espero que quien sea piense que sigo dormida y se largue.

-Espero que estés decente porque voy a entrar aunque no respondas- escucho murmurar a Levid abriendo la puerta en el acto y asomando su cabeza en la entrada- Aunque claro, preferiría que no lo estuvieras- dice guiándome un ojo y bromeando de tal forma que parecería que nada hubiera pasado el día de ayer. Yo no digo nada, solo sigo mirándolo, no porque este molesta, sino porque aún estoy muy avergonzada y no sé qué decir.

Levid se sienta a mi lado con un suspiro y gira la mirada para quedar frente a la mía a una distancia considerable.

-Giselle… No puedes quedarte aquí encerrada todo el día sin moverte solo porque estas molesta- murmura suspirando- Sé lo que sucedió anoche- hace una pequeña mueca que me hace saber que sabe absolutamente todo lo que sucedió anoche- Pero no tienes por qué molestarte o castigarte por algo que no hiciste mal, estando aquí sentada sin hacer nada por horas no solo nos afecta a nosotros, te afecta especialmente a ti- me recuerda.

Frunzo la boca.

-¿Y no pudiste decirme que había una cámara en mi cuarto?- gruño molesta- Ni siquiera sé dónde se encuentra aún, me da miedo inclusive ir al baño- le aseguro- No voy a moverme, no voy a emitir un solo sonido y no voy siquiera a ir al baño hasta que no sepa exactamente donde esta esa maldita cámara, es mi privacidad, tú lo dijiste, nunca habían puesto una cámara en mi habitación aunque si en mi ventana, eso es diferente y ahora están aquí para cuidarme ¿Sabes cómo me siento de saber que estuvieron espiando cada segundo de mi día invadiendo mi privacidad de esa forma? ¿Sabes lo preocupante que es eso cuando vives en una casa sola con tres chicos?- le reprocho- No me voy a mover de mi lugar hasta que no sepa donde esta y deshacerme de ella- digo abrazando nuevamente mis piernas y mirando otra vez al frente.

Levid suspira y se levanta caminando hacia el pequeño ropero y miro muy bien que es lo que hace con sorpresa ya que yo revise exhaustivamente cada parte del ropero y no vi nada, sin embargo y para mi  gran sorpresa, Levid ni siquiera lo abre o mira alguna parte adicional, simplemente arranca una manija con la que se abre la puerta, con un especie de adorno dibujado para nada diferente a las otras.

-¿Es enserio?- le gruño frustrada.

Yo esperaba una cámara de video, algún especie de mini robot o algo por el estilo, sin embargo lo que Levid sostiene en su mano es una perilla cualquiera del cajón que pone sobre mi mano para que la examine atentamente y este segura de que es realmente una cámara cuando la abre para mí.

Toda la noche la pase buscando hasta en el rincón más inhóspito de la habitación y no encontré absolutamente nada suelto, nada sospechoso y nada que sobrara.

Al parecer no busque muy bien, aunque claro ¿cómo pensaría que sería una de las manijas?, hay 4 más idénticas simplemente en el pequeño ropero y hay más en la mesita de noche a mi lado y todas son exactamente iguales.

-Lo lamento- murmura cerrándolo de nuevo y poniéndolo en su bolsillo, dándome una pequeña sonrisa triste- Después de que escapaste Jack no quería quitarte el ojo de encima ni un solo segundo y debo admitir que siempre había alguien observándote, pero no te preocupes, jamás te vimos cambiarte de ropa o algo por el estilo- me promete- Lamento lo que sucedió ayer, todo realmente y lamento lo que dije y que ahora pienses probablemente que no cumpliré mi promesa- murmura con una sonrisa.

Suspiro.

Sé que habla sobre volver, es verdad que no se si lo hará, pero no quiero que sepa que dudo de su palabra.



#307 en Detective
#232 en Novela negra
#4022 en Novela romántica

En el texto hay: secuestro

Editado: 18.04.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.