Lo Que Nunca Fuimos.

Capítulo cuatro.

-04-

Odio la idea que Liam me persiga.

HAILEY.

Había pasado una semana desde que fui a visitar a mis hermanos, y era el día de la práctica de histología, aquella materia me daba terror. Aunque estaba apenas empezando la carrera, Ethan me comentó que los primeros años son fáciles, la cosa cambia cuando entras al tercer año de la carrera y empiezas a ir a los hospitales. Sorprendentemente, Ethan tenía la capacidad de darme más nervios con respecto a mi carrera.

Me ponía nerviosa la práctica, había practicado algunas veces en donde debería de colocar la aguja y que debía hacer antes, lo practique con Vero, pero que el profesor escogiera quien iba a hacer me ponía nerviosa. Además, realmente no sabía que íbamos a hacer en específico.

—¿Crees que ponga la misma pareja de siempre?

Miré a Verónica mientras terminaba de tomarme mi vaso de café.

—Puede ser que sí y puede ser que no, no se sabe, Vero. Ese profesor tiene un humor muy… particular.

En realidad, era bipolar.

Verónica asintió terminando su supuesto jugo verde el cual siempre se tomaba en las mañanas, las cosas que le echaba eran repugnantes todas juntas, no entendía como podía tomarlo. Bote en el cesto el vaso de café vacío para colocar mis manos dentro de mi bata médica, la cual se había vuelto parte de mi ropa estos dos años que había empezado la carrera.

Desde muy pequeña me había gustado la medicina, quizás porque siempre había tenido el complejo de salvar a las personas, o porque desde secundaria las clases de biología me parecían las mejores. Mis padres se esforzaron en ayudarme, pero decidí postularme con una beca para entrar en la mejor universidad de Florida, y estaba muy agradecida en quedar.

Hasta el momento he tenido un buen rendimiento académico, lo cual era algo importante para no perder la beca que tanto me había costado tener.

Mi teléfono sonó dentro de mi bata médica, por lo que decidí sacarlo mirándolo con algo de curiosidad mientras caminaba, pero mis ánimos desvanecieron al notar la notificación en mi bloqueo de pantalla.

Suspire algo irritada.

—¿Qué sucede?

Verónica se acercó rápidamente viendo mi celular de la misma forma.

DEAN.

¿Por qué me ignoras?

Hailey, solo quiero que

hablemos.

ENVIADO A LAS 7:00 AM.

—Que lo jodan. —Hablé bloqueando mi teléfono mientras lo guardaba de mala gana en el bolsillo de mi bata. Mire a Verónica rápidamente—. Desde hace una semana me está escribiendo, ¿puedes creerlo?

—¿Regreso a Miami?

—Si, y no lo quiero ver más. Le dejé las cosas claras la última vez que nos vimos, ¿Por qué quiere verme otra vez?

Verónica suspiro a mi lado pasando una de sus brazos por mis hombros para abrazarme mientras caminábamos, correspondí al abrazo rápidamente para mirarla negando un poco con una pequeña sonrisa.

—¿Le gustan las que lo mandan a la mierda?

—No lo sé, supongo que ninguna chica le ha dicho que no al increíble Dean, el chico que estudia artes en Nueva York. —Resoplo—. Que ridículo, espero que no se aparezca por el trabajo, le diré a Marie que lo eche a patadas.

—Pero si antes te gustaba que fuera.

—Si, pero eso era cuando ustedes estaban saliendo, no ahora cuando se comportó como todo un imbécil contigo.

Negué un poco mientras continuamos caminando hacia los laboratorios, me preguntaba porque tenía tanto interés en verme. Antes de que se fuera de la ciudad hablamos y le dije que no quería saber nada de él, que era un idiota y le pedí que por favor borrara mi número. Había estado en una relación algo insana con él por el alrededor de un año más o menos, se basó en discusiones, disgustos, y todo se solucionaba en la cama.

Si, estuvimos mucho tiempo juntos, pero eso no significaba que iba a tener el control de mi vida nuevamente, no cuando todo estaba yendo relativamente bien y, sobre todo, estaba tranquila sin su presencia atormentándome.

Siempre he sido una persona solitaria, pero lo último que había tenido parecido a una relación, fue con Dean y fue un completo caos, si desde pequeña me había acostumbrado a las personas alcohólicas violentas y drogadictas, y trate de irme de ese lugar para evitar relacionarme con personas así, lo último que quería era tener una pareja que fuera igual que mis padres.

No quería repetir los mismos patrones, es por eso que decidí cortar lo que tenía con él, pero al parecer él no estaba del todo contento. Aun así, no lo quería tener cerca, no otra vez.

Luego de caminar un par de minutos, entramos a lo que vendría siendo nuestro laboratorio, donde veíamos nuestras clases de histología, donde hacíamos nuestras prácticas de esta materia y otras en particular, pero al entrar me di cuenta que no eran solo estudiantes. Sino personas completamente desconocidas, que nunca había visto por los pasillos de la facultad.

Me pareció extraño, en realidad, muy extraño ver personas completamente desconocidas en nuestra aula, pero supuse que era algo completamente sorpresa, porque los demás estudiantes veían de la misma forma. El profesor al vernos se alegró mágicamente y nos brindó una sonrisa a Verónica y a mí, las cuales por cortesía sonreímos falsamente.

—Señorita Domínguez, y señorita Johnson. —Primero se refirió a Verónica para luego verme a mí entregándonos a ambas una carpeta que parecía ser registros de alguno de los voluntarios—. Hoy trabajaremos con pacientes nuevos, tienen que irse preparando, empezaremos primero por sacar muestras de sangre, para luego empezar con los análisis de esa misma.

Decidí abrir la carpeta para ver a mi profesor un poco curiosa.

—¿Quién nos toca a nosotras dos? —Habló Verónica abriendo la carpeta de la misma forma que yo.

—Lean el registro.




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