Lo Que Nunca Fuimos o Seremos

Capítulo 30: Lo que nunca fuimos... y lo que decidimos ser

La habitación del hospital estaba en silencio. Carmen, sentada junto a la ventana, esperaba. Tenía el sobre en las manos. Dentro, una copia del informe que el Dr. Santiago le había entregado: un historial reciente de Iván con terapia obligada por violencia emocional hacia una pareja anterior. No era la primera vez que dañaba a alguien que decía amar.

Cuando Iván entró, ella lo miró con una firmeza que él no esperaba.

-No quiero que vuelvas a acercarte a mi hija -le dijo con la voz tranquila, pero cargada de decisión.

Él parpadeó, confundido. Luego sonrió, como si aún tuviera cartas bajo la manga.

-Carmen... no me entiendes. Solo quiero lo mejor para Amaya.

-No, Iván. Solo quieres lo que no supiste cuidar.

---

Amaya recibió el mensaje de su madre esa misma tarde: "Te espero en el hospital. Es importante."

Pero cuando llegó, también estaba él. Y Elías... a pocos pasos, serio, sereno, pero dispuesto a todo.

-¿Qué está pasando? -preguntó ella, confundida.

Iván la miró con los ojos húmedos, como si todo fuera una obra cuidadosamente ensayada.

-Maya, no dejes que te alejen de mí. Todo este tiempo supe que ibas a volver. Lo nuestro no ha terminado...

-Sí lo hizo -interrumpió ella, firme.

Iván frunció el ceño.

-Él te manipuló. Te alejó de mí. ¡Yo te amé primero!

-Y también me destruiste primero -dijo Amaya, sin titubear.

Elías dio un paso al frente, pero Amaya le alzó una mano.

-Gracias, Elías. Pero este momento es mío.

Se acercó a Iván, mirándolo a los ojos como nunca antes.

-Tú fuiste parte de mi historia, sí. Pero no puedes forzar un lugar en un presente que tú mismo abandonaste. Ya no me haces dudar. No me das miedo. Me das lástima.

Iván retrocedió. Por primera vez, su máscara se quebró. Ya no había víctima. Solo un hombre perdido entre sus propias mentiras.

-Adiós, Iván. No vuelvas -concluyó ella.

---

Semanas después, Amaya caminaba junto a Elías por un sendero tranquilo, lejos del hospital, del pasado, de todo lo que no fue.

-¿Estás bien? -preguntó él, entrelazando sus dedos con los de ella.

-Sí. Por primera vez... realmente bien.

Él la miró, sonriendo.

-¿Y nosotros qué somos?

Amaya lo miró de reojo, con una sonrisa ligera pero segura.

-No somos lo que nunca fuimos... ni lo que casi seremos. Somos lo que elegimos ser. Hoy. Ahora.

Y con ese ahora, se besaron bajo un atardecer limpio, libres por fin del peso del pasado.

---

FIN




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.