Lo Que Oculta La Noche

CAPITULO 3

— No, por supuesto que no. — Contesto negando firmemente con la cabeza, como si tan solo pensar en la idea fuera algo inimaginable para ella — ¿Quién querría hacerle algo así a Mary? — Pregunto fuertemente, llena de indignación aunque más que una pregunta para ellos, esta fue dirigida hacia ella misma — Puede que fuera un poco cabezota y a veces irritante, pero si pasaba algo, lo que fuera. Ella no dudaba en tenderte la mano. Ella siempre estaba ahí cuando más la necesitabas. 

— Entiendo, pero debe de haber un motivo señorita Garner. Puede pensar en alguien, ¿un amante tal vez? — empezó a tantear, atento a las pequeñas reacciones que pudieran presentarse en el rostro de la señorita Garner.

— Un enamorado — dijo de repente, como si hubiese encontrado lo que tanto le había costado recordar — Adam, estaba enamorado de Mary. Es el hijo de un médico, del doctor Smith. Es bastante popular, ¿lo conoce? — El solo asintió en respuesta a aquello, claro que lo conocía, el doctor Smith pertenecía a una larga y bastante selectiva familia de médicos —. Mary acepto salir con él, hasta que descubrió que estaba comprometido con la hija menor de un noble rural. Fue un golpe duro para ella, Mary estuvo destrozada por días, pero ¿ella era fuerte sabe? Lo superó rápidamente. Siempre superaba todo rápidamente, ella era tan vivaz, porque le ha tenido que pasar a ella. — se lamentó no pudiendo evitar que todas sus lágrimas contenidas se deslizaran por su rostro. Por más que trataba de hacerse a la idea, no podía imaginar a su querida amiga muerta. 

— Lo siento — dijo mientras le ofrecía un pañuelo con amabilidad — Lamento su perdida, pero ¿porque mencionó al señor Smith?, no ha de ser solo porque le rompió el corazón a su amiga.

— No, claro que no. — contesto con irritación, de solo recordar lo sucedido podía sentir su sangre hervir — ese pequeño bastado hizo más que eso. Mary ya lo había superado, a su manera, pero lo había hecho. Entendió la situación y se dio cuenta que no valía la pena, fuera lágrimas y con un poco de ron en las venas estuvo decidida a tomar las riendas de sus vida nuevamente. — contó con energía, un pequeño brillo empezó a verse en su mirada, admiración. Ella había admirado a Mary Hutson por haberse sobrepuesto a la situación rápidamente — Y lo hizo, todo iba tan bien. Todo había vuelto a la normalidad, o incluso me atrevería a decir que había mejorado, ella era una Mary distinta, mas decidida.

— Hasta que una semana después apareció el cretino con un ramo de flores, que estoy orgullosa de decir que ella le lanzó a la cabeza. — añadió con una sonrisa — Vino diciendo que había dejado a su prometida por ella, lógicamente Mary no le creyó ni una sola de sus palabras, y lo hecho de su casa tan rápido como había entrado.

Adam regresó al día siguiente, y al siguiente. Una amiga es empleada de la familia de Lord Wayne, había tomado unos días libres dado que su madre está enferma, así que se marchó a su pueblo natal Kent. Regreso un par de días después de la visita de Adam a Mary. Nos dijo que en Kent ya se habían hecho leer las amonestaciones.

— La cuarta vez que regresó Mary le dijo que no estaba interesada en un hombre comprometido. Fue tajante en cuanto a su respuesta. El no insistió más en aquella historia.  Tuvo el descaro de pedirle que fuera su amante. Mary no aceptó y él se fue furioso, dijo que la convertiría en su amante a toda costa. Que suplicaría por el pronto. Y que por el cariño que le tenía, se mostraría benevolente ante sus suplicas.
Si hay alguien que no ha estado amando demasiado a Mary en el último tiempo, no se me ocurre otro nombre más que el de Adam.

— Lo tendremos en cuenta señorita Garner. Le pido que si recuerda algo venga a decírnoslo inmediatamente. — dijo amablemente, mientras uno de los detectives se encargaba de acompañar a la señorita Garner hacia la salida. Una historia interesante, pensó. Un asesinato pasional. — Crimen pasional, ¿qué piensas al respecto?  — pregunto a su muy callado compañero, el cual había escuchado atentamente la inesperada declaración de la amiga de la víctima.

— No sé qué pensar al respecto, pero si te conozco un poco, sé que no crees que haya sido ese el motivo — dijo con una mirada serena, una en la cuyo caso significaba que estaba evaluando la situación.

— Una bala James, una sola. — Dijo con impaciencia — si tú quieres a una mujer en tu cama, no vas y le pegas un tiro en el Támesis. — expuso.

— ¿Hay algo más cierto?  ¿Qué escondes?




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