Siete años han pasado ya; cada uno hizo su vida sin el otro, no obstante, en el momento más inesperado sus caminos vuelven a encontrarse. Dereck sabe que le hizo mucho daño, que no merece siquiera contemplar una posibilidad ahora que volvió a encontrarla. Asimismo, Lidia no lo ha podido olvidar, sin embargo, el dolor de aquella traición sigue presente.
Y, es así, como los recuerdos de lo que pasó, de lo que hace mucho tiempo se perdió, invade sus mentes, abriendo antiguas heridas, sacando a la superficie todos sus viejos temores. Así como, ninguno puede olvidar una cosa…
Que Lidia lo quería con el alma. Pero Dereck solo sabía destruir.
Y, lastimosamente, ella no fue la excepción. ¿O sí?