Prólogo

Tal vez encontremos personas que sean por un momento eso que tanto queremos en nuestra vida, les daremos demasiada importancia, pero si cometiste errores, mentiste, fallaste, traicionaste…, eso hará que se cree una gran desconfianza como persona.

Cuando te enamoras de esa persona te sientes en las nubes, sonríes por las cosas mas tontas que hace, te enamoras de alguien desde el alma porque hay una conexión inexplicable cuando está contigo, pero hay amores que no son correspondidos y tienes que soltar todo lo que sentiste porque al final no paso nada, la confusión y los recuerdos pasan en tu cabeza como flashback, esos momentos que pudieron ser y tan solo se quedaron en un “tal vez”

—¿Por qué no paso nada? ¿Qué hay de malo contigo? ¿Por qué lo idealice tanto? — Te preguntaras desde el momento en que todo termine, si porque, así como llego el chico de ojos color avellana, sonrisa deslumbrante y esa conexión que tuvieron se ha esfumado, se fue dejando un vacío en el pecho, sin saber como lidiar con la situación,

— Tal vez no supiste entender lo que sentía por ti y yo tampoco supe entenderte a ti, tal vez alguna vez quise volver a encontrarte y decirte “Oh cariño, siempre fuiste tu”. Si tuvimos una conexión increíble, tanto que cada vez que te veía mi corazón latía con mucha fuerza, pensé mucho tiempo “¿estoy enamorada? Me hacías sentir lo que ninguna otra persona me había hecho sentir, era algo nuevo, una sensación tan extraña pero tan bonita que no quería soltarla y mucho menos soltarte a ti.

 Fue poco tiempo, pero te basto para arrasar con todos mis sentimientos, me hiciste subir al cielo, tocar las nubes con tus palabras, con tus abrazos y con el brillo de tus ojos cuando estábamos juntos, me hiciste sentir el odio, el rencor y la tristeza, me hiciste odiar todo de mí, nadie estuvo para ayudarme, solo estaba acostada en mi acostada en mi cama, llorando de tristeza, de enojo y de dolor. Quería decirte que te quería, necesitaba darte un abrazo para que entendieras todo lo que hice, pero al ver el reloj en mi habitación me di cuenta que ya te habías ido, sin escuchar una maldita vez lo que sentía.

Me hiciste sentir la persona más cruel y mentirosa del mundo, quise entenderte hasta el último momento, entender tus palabras de aquella tarde, quería justificar nuestras acciones, pero al verme al espejo me derrumbé aún más. Te quería, quería algo bien contigo, pero ahora que lo pienso las cosas pasan por algo ¿no es así? Pase muchos meses sin querer volver a ser yo, estar en mi habitación me hacia sentir segura, dejar de comer y aislarme de las únicas personas que de verdad me querían. En mis noches de soledad aun pensaba en decirte que te quería y que habláramos una ultima vez para aclarar las cosas, pero desapareciste de mi vida por completo.

Fue un miércoles por la tarde cuando no supe mas de ti, desde entonces me pregunto ¿Qué fue de ti? ¿Por qué no me dejaste explicarte nada? ¿me odiaste hasta ese extremo? Todas estas preguntas no tienen una respuesta porque todas las noches que llore por ti fueron en vano, es muy curioso porque la única vez que me entere de ti supe que alguien mas ya te hacia sonreír, alguien más podía hacerte tener ese brillo en tus ojos. Lloré tanto cuando me di cuenta de todo y de lo tonta que había sido porque siempre pensé que te tenia y que te había perdido, pero nunca fue así. Si, claro que fuimos todo eso que siempre quisimos ser, pero no en ese momento.

Esa química, esas largas platicas mientras regresábamos a mi casa me hacían sentir plena y segura, éramos almas gemelas pero nuestro destino no era estar juntos. Éramos muy jóvenes para saber que queríamos, nos rompieron el corazón, nos cambiaron por otras personas, nos ilusionaron y ambos nos hicimos todas esas el uno al otro, pero ninguno supo comprenderse.

No somos perfectos y en aquel entonces éramos adolescentes queriendo ser amados, ser comprendidos, pero tu hiciste lo mejor para ti; sin pensar en un nosotros, no pudimos ser nada, por todas las circunstancias que tuvimos que pasar. A veces pasaba por mi cabeza ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos conocido mejor? Hacer las cosas mejor, dejar que las cosas pasaran como debían ser y no apresurarnos.

Esos dos adolescentes que tenían miedos e inseguridades, supiste de cuanto rencor que había dentro de mí, pero ¿fue una mentira para ti? Todo lo que vivimos ¿lo fue? Para mi fue nuevo y real, tan real que sonreía cuando pensaba en ti. Quisiera saber que fui para ti. Cuando nos enojamos y decidimos seguir sin importar lo que sentíamos me rompí por completo porque jamás creíste mi versión de las cosas.

Te abrí mi corazón, te insistí y tu solo dijiste “ya no te creo nada, lo siento, pero ya no te creo nada”, fue una puñalada en mi corazón, sufrí ese maldito día, no pude dormir porque seguía pensando en todo lo que pudimos ser y no fuimos.

 No me escuchaste, te cerraste, no quisiste saber más de mí y yo te dije que no debí darte importancia, aún lo pienso y me arrepiento, pero y ¿tu? ¿Tú te arrepientes de haberme dicho que no me creías? Lo pienso y se que ahora es pasado, me trague mi orgullo por ti, pero el tuyo fue por encima de todo y me hirió dejándome un enorme vacío que no podía sanar. Jamás te dije que me gustabas por miedo, porque no quería arruinar todo pero hubo terceras personas que hicieron que me dijeras que la ciega era yo, que no veía a quien tenia enfrente, el ciego siempre fuiste tu y ambos nos dimos cuenta muy tarde de las cosas.

Nunca fui buena expresando lo que sentía y nunca lo notaste, al parecer hay cosas que te demostré y nunca las viste, ¿Cómo era yo ante tus ojos? Mentirte arruino todo lo que teníamos, pero no fue suficiente con decirte la verdad y pedirte disculpas aun cuando sabia que estaba mal insistirte tanto, fue tan cansado todo eso, quería volver al pasado y no haberte conocido.