Lo que pudimos ser y no fuimos

Capitulo 7

Los días han pasado muy rápido, después de que Kyle estuvo en mi casa, entregamos el proyecto, ganamos el torneo y fui a ver a Kyle y sus amigos a sus partidos en compañía de Noah, también fui a dos partidos de Noah donde ganaron el torneo y después de eso festejamos con nuestras familias en un restaurant.

Hoy es el cumpleaños número diecinueve de Noah; le he regalado un par de cosas con ayuda de mi madre, mi reloj marca las quince horas con veintisiete minutos, Noah ha venido a mi casa en la mañana y se ha quedado ya que, mi madre le ha regalado un pastel y un reloj.

Noah se dirige a el cuarto de invitados, yo por mi parte me dirijo a mi habitación a darme un baño y cambiarme.

Cuando salgo del baño me dirijo a mi closet donde busco algún vestido que me guste, algo que me haga sentir cómoda.

Mientras observo todo mi closet, Noah entra ve todo el desastre que tengo, mientras mi vista sigue aun en el closet.

— Elegiré por ti — su voz me saca de mis pensamientos —Tengo dos opciones — dice y se gira con dos vestidos, uno negro largo con una abertura en la pierna derecha y de tirantes que puedo combinar con una blusa blanca de mangas largas para no sentir tanto frio.

El otro es azul marino, es lindo, pero, es pegado lo contrario del otro, este me llega a los muslos, algo que no es del todo mi estilo.

— Okey elijo el negro — me da el vestido negro y camino al baño.

— ¿Los zapatos?

— Sabes dónde están. –— respondo entrando al baño.

Salgo del baño mientras busco en mi tocador unas ligas para amarrarme la pequeña trenza de mi cabello.

— Ten –— extiende unos tenis blancos — le quedaran perfecto.

Tomo los tenis y me los coloco, me veo en el espejo, él sabe muy bien que no me gusta usar tacones; cuando mi madre me obliga a asistir a reuniones aburridas.

El me observa y puedo descifrar que está feliz con la elección.

— Nos vemos genial —digo cuando él se observa en el espejo y se echa de la loción nueva que le di.

— Claro — sonríe — gracias por todo.

—¿Cuál gracias? ¿sabes que esto te costará? –—me devuelve el gesto abrazándome — tal vez no compre un reloj para ti, pero espero que te haya gustado lo poco que te regalé –— digo separándolo de mí.

—No importa lo material Enid, lo que me importa y por lo que agradezco todos los días; es por ti, porque seguimos siendo mejores amigos, hermanos y compañeros de locuras. — Acomoda su cabello y me sonríe — además la tía Georgia me ha regalado el reloj de mis sueños y sé que tú la ayudaste a comprarlo y eso lo hace más especial. — besa mi frente con cariño. — ¿Sabes? Pensé que este día iba a salir mal, aunque solo cuando tu desapareciste por tres horas, pero créeme que me alegra saber que aún tengo a mi mejor amiga, a mi hermana y compañera de locuras — dice mientras acomoda su cabello.

Es increíble cuanto puedes amar a una persona, ese amor emana de ti de sobre manera, te llena y te hace sentir completo. Noah es mi hogar, es esa persona que no me deja caer y que cuando estoy en mi peor momento soporta conmigo la tormenta.

—Te ves genial— digo viéndolo de pies a cabeza. — Alison quedará más enamorada. — me giro y me coloco un poco de perfume.

— No creo. — me mira con pesar a través del espejo.

Frunzo el ceño, confundida, hace un par de días estaban bien e incluso tuvimos una mini discusión por ello.

—¿Sucedió algo? — comienzo a ponerme un poco de sombras y de mascara de pestañas.

—No es nada, es solo que tuvimos algunas diferencias…— aprieta sus labios y vuelve a mirarme a través del espejo. —No creo que venga hoy a la fiesta, ayer que discutimos parecía en serio cuando dijo que terminábamos— infla sus mejillas y sus ojos ven a otra parte perdidos.

Me giro quedando enfrente de él.

—Noah no te sientas mal. Por algo pasan las cosas — lo abrazo y doy palmaditas en su espalda. — Cariño tranquilo, hoy es tu cumpleaños y celebraremos, diviértete, mañana hablaremos con más calma. — me separo de él y limpio algunas lágrimas rebeldes que ha derramado.

Se incorpora y acomoda nuevamente su cabello, se ve por última vez en el espejo y me tiende la mano.

—¿Nos vamos? — me sonríe y yo tomo su mano.

— Claro, no quiero que llegues tarde a tu fiesta. — toma su celular y ambos bajamos para irnos a su casa.

Enciendo mi auto, a pesar de que su casa está cerca de la mía, si vengo en la madrugada me sentiré más segura en mi auto, su casa esta adornada con algunos globos lo cual me parece extraño ya que a Noah no le gusta para nada eso.

Mientras entramos se escucha que empiezan a cantar “Feliz cumpleaños”, toda su familia sale con un pastel, Noah no sabe dónde meterse y se tapa la cara. Yo rio porque es adorable la situación.

— Hijo –— Amelia llega a la sala –— veo que Enid te ha dado sus regalos –— me mira y le sonrió –— ahora te daremos el nuestro — su esposo llega a ella.

— Noah, hijo...— Oliver toma de la mano a su esposa –— hemos mandado tu solicitud de ingreso a una de las escuelas de Carolina del Sur –— Emily le tiende un sobre –— tu examen será en junio y tu entrevista será el cuatro de julio del año que viene –— los ojos de Noah están cristalizados.



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En el texto hay: esperanza, amor, depresión

Editado: 21.09.2024

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