Hoy he cumplido una semana en el campamento y durante estos días no he hecho mucho, salir con los niños, hacer actividad, volver a la cabaña y sentarme a ver series coreanas con Emine.
Zep… bueno el desde el día que bajamos de la montaña ha pasado con la chica o bueno, eso parece. Cuando él quiere acercarse a hablar conmigo, la chica se interpone en su camino, cruzamos miradas fugazmente y se va con ella, el brillo en sus ojos aparece cuando cruzamos nuestras miradas, pero desaparece cuando habla con la chica.
En fin, el chico aun me hace latir estúpidamente el corazón.
Lo he esperado en las noches, incluso he llegado a escuchar pasos afuera de la cabaña y cuando me acerco a ver si alguien está afuera, no hay nadie.
Tal vez sea mi imaginación.
Durante estos días me he sentido desanimada, los niños se han vuelto mi refugio, con ellos no para de reír, me hacen sentir bien, olvidarme de mi vida amorosa si es que a eso se le puede llamar. Me concentro en ellos, en las cosas que me cuentan y en las pequeñas cosas que los hacen felices.
Cuando vuelvo a la cabaña después de aumentar las actividades para no tener nada que pensar cuando vuelva a estar sola, llego cansada, me meto a la ducha y veo películas con un helado de chocolate que me regalan las señoras encargadas de la cafetería.
La música en mi habitación me hace cerrar los ojos, las notas de “iris” de Goo Goo Dolls inunda las paredes de la cabaña.
When everything´s made to be broken.
I just want you to know who I am
No puedo evitar ver esos ojos avellana cada vez que cierro los ojos, es como estar atrapada en ellos, sentirme bien, emocionada y llena de energía.
Solo sé que cuando sus manos tocan las mías, cuando sus ojos se encuentran con los míos, todos dejan de existir para mí, solo estamos él y yo, conociéndonos y escribiendo una historia que no se si podrá ser contada.
Porque es especial, es de él y mía, es de una aventura que no sabemos cómo va a terminar.
Bajo el volumen a la música, escucho golpes en la puerta y me pongo de pie, Emine debió olvidar su llave, camino con las pantuflas que me he traído arrastrando, abro la puerta y los ojos avellana me reciben con una leve sonrisa.
—Hola — rasca su nuca con nerviosismo tal vez.
—Mmmm. Hola. — respondo aun sin poder comprender bien.
—¿Podemos hablar? — baja su mano y sonríe de lado.
—¿Sobre qué?
—Sobre estos días que no te he visto.
—¿Quieres pasar? — el frio que hace me hará enfermar, así que prefiero que entre a la cabaña.
Asiente y me sigue, nos sentamos el en un sillón y yo en el de enfrente, ambos son individuales, nos separa una pequeña mesita.
—¿Y bien? — habla rompiendo el silencio que se ha hecho.
—¿Esta todo bien? — lo veo confundía — entre nosotros.
—Si, ¿Por qué no debería estarlo?
—Desde hace tres días no hemos hablado…
—¡Ah! Eso, si creo que has estado ocupado.
—No, no lo he estado, ¿Por qué dices eso?
—Por nada en específico. — me encojo de hombros.
Escucho que vuelven a tocar la puerta de la cabaña y me pongo de pie.
—Espera un momento Zep, ahora vuelvo.
Asiente con su cabeza y voy a abrir la puerta, la chica de cabello negro aparece enfrente de mí, lleva su cabello suelto y un short corto con una blusa de mangas largas, sus ojos me ven de arriba abajo.
—¿Esta aquí Zep? — pregunta descortés mente.
—Si, esta adentro.
—Háblale lo necesito. — cruza los brazos.
—¿Disculpa? — pregunto incrédula —. No soy tu criada para hacer esas cosas, si quieres hablar con el, hazlo.
—Solo háblale y ya. — rueda los ojos fastidiada — No quiero entrar y que se me pegue lo corriente— no termina su frase porque Zep habla.
—Cassie, ¿Qué haces aquí? — frunce su ceño y ella baja sus brazos con nervios.
—Te estaba buscando — acomoda su cabello.
—¿Para qué? — frunce su ceño.
—¿Podemos hablar? — me mira — en privado.
Alzo una ceja, en forma de ¿en serio? Niego con la cabeza y estoy a punto de contestarle que se pueden ir a hablar a otro lado, porque están en la cabaña donde me quedo, pero Zep habla.
—No, ahora no puedo hablar contigo — la ve con un poco de enfado —. Estoy ocupado.
—Me importa una mierda si estas ocupado — refuta ella —. Quiero que hablemos. Ya.
—Lo siento, pero no puedo ir contigo Cassie.
—Está bien, entonces te vere en una hora en donde mismo. — la chica me da una mala mirada, se da la vuelta y se pierde.
Suspiro y me quedo confundida, tal vez ellos estén teniendo algo, por la forma que me vio antes de irse es claro.
—Creo que deberías ir con ella— murmuro y giro a verlo a los ojos. — te está esperando.