Dos días después de que Emine se fue, llego Navidad y con ello mi familia apareció para celebrarla juntos, esa era nuestra tradición, pasar las fiestas en casa con la casa llena, de eso ya habían pasado dos días y aun no podía asimilar que Emine se había ido a vivir su sueño.
Noah y yo hemos pasado como garrapatas juntos, vamos a comprar, comer y vemos películas, a pesar de que mis hermanas me dicen que parecemos más novios que amigos, a lo cual él y yo negamos, pero entre más lo hacemos más burla nos hacen, así que decidimos darles la razón e ignorarlos cuando nos dicen que si somos pareja.
Zep no me ha escrito y yo no he querido hablar con él, a pesar de que ha pasado casi una semana desde que nos vimos y aun no siento que puedo ser buena compañía para él.
Me encuentro viendo una serie en la sala, Noah y yo estamos tumbados en el mismo sillón, mis hermanas están en los otros y mis sobrinos corren de arriba abajo en la casa, no he prestado atención a la serie ya que mis pensamientos se van a mi móvil todo el tiempo.
El sonido de una notificación hace que tome rápidamente mi móvil y cuando enciendo la pantalla un mensaje de Zep aparece, haciéndome latir el corazón como yo creí que ya no lo haría.
Zep: Hola bonita, estaba pensando en si salimos un rato…
Zep: Te encantara el lugar al que vamos a ir.
Medito un momento si aceptar o no, realmente estar con mi familia me hace sentir bien en este momento, pasar hablando con Noah sobre series, libros o canciones me reconforta más que salir con Zep.
Al menos así me he sentido los últimos días.
Muerdo mi labio inferior con nerviosismo y al final comienzo a teclear una respuesta, segundos después Zep me responde con un “Paso por ti en media hora, abrígate y ponte más bella de lo que ya eres” mi corazón sigue latiendo rápidamente y me pongo de pie, llamado la atención de Noah.
—Tengo que irme, saldré de nuevo con un amigo — acomodo mi cabello y me veo de pies a cabeza, viendo que sigo en pijama.
—Noah, creo que tu Julieta te abandona por alguien más, deberías intervenir cuñadito— Ava mi hermana mayor le dice a Noah.
—Tienes razón cuñada — responde con burla — ¿con quién iras? — su forma seria me hace reír.
—Con un amigo, nada que te importe — aclaro la garganta y giro levente —, te veo más tarde Noah, ahora tengo que ir a ducharme.
Subo rápidamente las escaleras, mientras Noah y mis hermanas comienzan hablando sobre cualquier tontería acerca de nuestro supuesto romance, Noah se las ha ingeniado para actuar como novio frente a mis hermanas, aunque en el fondo sé que ellas también saben que somos más hermanos que ellas y yo.
Al terminar de ducharme busco alguna ropa cómoda y caliente que tenga, desde que inicio diciembre ha estado lloviendo y nevando, han sido días muy fríos, mucho más que otros años.
Cuando termino de cambiarme, me maquillo y acomodo mi cabello, busco perfume y una de mis bolsas para meterle lo necesario, no se ha donde iremos, pero lo que si se es que debo ir prevenida para cualquier cosa.
Bajo a la sala cuando faltaban cinco minutos para que Zep llegara, encontré a mi hermana Kiara “consolando a Noah” que estaba “llorando” porque yo me iba con alguien más.
—Enid — llama mi atención cuando me quedo viendo a mis sobrinos correr — ¿no te quedaras por este pobre chico que sufre por ti?
Suelto una carcajada que contagia a Noah quien sigue “llorando” en el hombro de mi hermana.
—No, porque cuando sale con su novia Jane se olvida completamente que tiene mejor amiga. — me desquito un poco y él se ríe.
—¿Qué precio tiene la docena de celotes? — se gira levemente y sus ojos miel conectan con los míos, los suyos tienen un toque de burla.
—Muy cara querido, ahora si me voy porque me esperan — me despido con la mano de todos y escucho que Noah grita un “Mi novia me abandona por un cualquiera” que hace que me tire otra carcajada por sus ocurrencias, antes de salir también le grito un “Que pases una gran tarde con tus cuñadas querido” antes de cerrar la puerta escucho las carcajadas de mis hermanas y de él y por fin me encuentro con los verdaderos ojos que me hacen derretir completamente.
Zep está de pie a un lado de su auto, con una sombrilla cubriéndose de la nieve, camino a pasos rápidos para subir a su auto, beso su mejilla con naturalidad y el me abre la puerta para subir.
Comenzamos nuestro viaje fuera de la ciudad, y lo sé porque empiezo a notar más arboles alrededor, cincuenta minutos después entramos a un pequeño pueblo, donde todo está cubierto de nieve, hay mucha gente paseando por sus calles y todo parece sacado de una hermosa película de navidad.
—¿Qué has hecho estos días? — pregunta cuando estaciona su auto en un campo amplio.
—No mucho, Emine se fue de Londres — comento aun dentro del auto, él se gira lentamente a verme.
—¿Cuándo? — toma mi mano delicadamente y da un ligero apretón intentando darme confort.
—Hace cuatro días — respondo con el nudo en mi garganta.
—Oh, ¿es por eso que no me respondías? — toma mi barbilla entre sus manos y mis ojos conectan con los suyos.