Lo que pudimos ser y no fuimos

Capítulo 31

Zep: Tengo que contarte algo.

Zep: Ayer quería decírtelo, pero mi amiga llego y ya no pude.

Zep: Hay una chica que me gusta, que me encantaría dedicarle canciones y que daría lo que sea por verla sonreír.

Zep: ¿Crees que soy obvio con mis sentimientos?

Zep: Además de que es una chica preciosa y creo que no se ha dado cuenta de lo que siento.

Zep: ¿Qué me sugieres hacer?

Leo la conversación, una y otra, otra vez. ¿será la chica de ayer? ¿acaso me está diciendo que lo aconseje para estar con la chica? ¿con esto me decía que no siente lo mismo por mí?

Mierda, ¿Qué me pasa? ¿Por qué actuó así por un chico?

No pude dormir en toda la noche de solo estar dando vueltas en la cama, solo dándole vueltas, no pude conciliar el sueño, baje a la cocina y allí me prepare algo para comer mientras todos despertaban.

Mi familia comenzó a bajar a desayunar, yo había hecho unos hot cakes, café y un pay de queso.

Me saludaron animadamente, bebía de un té de canela mientras todos comenzaban a hablar de distintas cosas que no entiendo, sigo con el celular en mis manos.

Mando un mensaje a Emine para que me diga que debo hacer, siendo las siete de la mañana no creo que este despierta. Termino de beber mi te, mis papás hablaban de las empresas con mis hermanas y cuñados, mis sobrinos terminaban su desayuno y yo me pongo de pie dejando mi taza en el fregadero.

—¿Cómo van las cosas en el colegio? — pegunta Olivia una vez que me incorporo de nuevo en la mesa.

—Bien, deseando que termine ya.

—¿Cuándo lo acabas? — bebe de su café, sus ojos cafés me dan toda su atención.

—En Julio dentro de un año y medio.

—Y ¿Noah?

—El prácticamente ya salió, solo esta esperando a junio para ir a ver la universidad.

—¿Ya sabes que vas a estudiar? — los ojos de mis otras hermanas se dirigen de inmediato a nosotras.

—Si — sonrió de forma forzada —, negocios para ayudarle a nuestros papás.

Y decirlo en voz alta se hice más real, más cansado y más difícil de aceptar, ¿Por qué tengo que estudiar algo que no me gusta?

—Muy bien Enid, pensamos que te irías con Noah a estudiar lejos.

—No, el intento convencerme, pero mi papá me necesita más aquí.

—Es bueno que hayas decidido estudiar negocios — la voz de mi padre resuena por el comedor —, es una buena decisión.

Le sonrió y espero de verdad que vea emoción en mis ojos, la cual es inexistente.

Uno de mis sobrinos pasa por mi lado y toma mi mano llevándome hacia la sala, en donde me encuentro a un chico de cabello castaño dándome la espalda.

—Tío Noah, ya está aquí mi tía Enid — mi pequeño sobrino de seis años, su melena rubia, ojos azules y mejillas regordetas dice haciendo que mi mejor amigo se gire.

—No quería interrumpir tu desayuno — frunce su ceño y cruza sus manos, lo veo extraña.

—¿Has escuchado todo? — pregunto dando un paso y él se aleja.

—Si, ¿Por qué no me dijiste que no iríamos juntos? ¿Por qué me dijiste que primero yo me fuera y después tu irías? ¿Por qué? — habla dolido, abro y cierro la boca sin saber que decir —, Enid pensé que éramos mejores amigos, hermanos y ahora no se donde diablos dejé a mi mejor amiga. ¿Por qué no le dices a tu familia lo que quieres? ¿Tanto miedo les tienes?

Mis ojos se comienzan a nublar de lágrimas, no solo por esto, por lo que dije o por lo que ha sucedido con Zep, sino porque él tiene razón, me he dejado guiar por mi familia haciendo siempre lo que ellos desean, obedeciéndolos y aunque tenia “libertad” en elegir mi carrera termine optando por una universidad cerca de casa para no dejar solos a mis papás.

—¿Por qué no tus hermanas vienen y se quedan con ellos? ¿Por qué no cambian su trabajo aquí? ¿Por qué tienes tu que hacerte responsable de esas empresas cuando eres la menor? ¿Crees que eso te hará feliz? — explota Noah y me mira fijamente — dime Enid, ¿eso te hace feliz?

Mi corazón late con demasiada fuerza, duele, duele porque tiene razón, por que una parte de mí no quería que el escuchase eso, otra si lo quería porque necesitaba hacerlo entender que no estaría con él, que no podría ir a cumplir su sueño.

Las lagrimas mojan mis mejillas y un sollozo hace que Noah abra los ojos sorprendido y preocupado. Se acerca a mi y me envuelve en sus brazos, allí me desmorono por completo, lloro por todo, por mí, por el, por el colegio, por Zep, por Chase, por mis decisiones, por mi vida, por todo lo que he vivido.

—Lo s-siento mi pequeña luciérnaga — dice acariciando mi cabello—, no debí decir todo eso, es que estaba molesto conmigo por insistirte a cumplir un sueño que no es tuyo, por insistir tanto que estuviésemos juntos que me olvidé también de lo que querías tú, Enid. Lo siento.

Me aferró a él, a ese abrazo porque sé que dentro de poco el y yo estaremos separados, y porque sé que ahora el entiende lo que siento.

—Perdón Noah, de verdad que quería ir contigo y estudiar algo que me apasionara, pero no puedo dejar a mis papás solos, no ahora que se cuánto han navegado por llegar hasta aquí.



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En el texto hay: amor, crecer, amistad cariño

Editado: 26.04.2025

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