Lo que pudimos ser y no fuimos

Capítulo 46

Manchester nos recibe con un clima frio, es invierno aun, la nieve se deja ver por la carretera y algunas calles, la ciudad es enorme, son las cuatro de la mañana, la mayoría duerme, mis padres contrataron a un chofer para que pudiéramos descansar todos, por ello solo Emily y yo estamos despiertas viendo las calles pasar.

Chase esta dormido a mi lado, la calefacción del auto nos mantiene calientes, durante el viaje la lluvia seso por algunos tramos, había partes en donde la neblina era espesa y nos robo minutos de avanzar, Manchester es una ciudad extraordinaria, en donde puedo imaginarme mil historias sobre la edad media, con su aire de época medieval en algunas partes, me quedo pensando una y otra vez, porque no nos quedamos a vivir aquí, hace un par de años.

Hay muchos bares abiertos, la madrugada aun es fiesta para algunos universitarios que vienen de otros lugares, lo que hace que Manchester sea llamativo. La MMU Manchester Metropolitan University, es una de las escuelas más famosas de aquí, oferta algunas carreras como: diseño de moda, negocios, educación y comunicación y medios, es prestigiosa, de allí salen muy buenos profesionistas.

Recuerdo que cuando era pequeña me gustaba imaginar que entraba a esa escuela a estudiar diseño de modas, conocía muchas personas y que lograba convertirme en una diseñadora famosa y única en el mundo, tan solo tenia cinco años y mi papá me animaba siempre que sacaba una profesión diferente, siempre queriendo que su pequeña salta montañas se comiera al mundo.

Observo la escuela desde la calle, estamos pasando justo enfrente de ella, es un edificio grande, con enormes ventanas de vidrio que reflejan el cielo, conecta con la ciudad, es un edificio único, moderno y lleno de historia, dejo atrás ese edificio y nuevos aparecen, ladrillos rojos, estilos tradicionales y comunes aquí, casas victorianas, se encuentran en barrios mas antiguos y elegantes, casas modernas y apartamentos nuevos en el centro de la ciudad, y en uno de esos barrios antiguos y modernos se encuentra la casa que mis papás compraron a mis abuelos hace unos cuantos años.

Todos despiertan somnolientos cuando la camioneta aparca enfrente de la casa, es grande, con una fachada color marfil, ventanas grandes, techo inclinado, tejas oscuras, es moderna, de tres plantas, el vestíbulo es grande, unos pasos mas adentro se encuentra una sala color blanco, un comedor grande para una familia de doce a quince personas, la cocina es un espacio grande, es abierta y se conecta con una puerta corrediza que da paso al patio trasero. Las habitaciones en la segunda planta son grandes, hay cuatro en cada planta, mis papás se van a la principal y yo me dirijo en la de alado, cada uno se toma su espacio.

La casa cuenta con una cochera grande, para al menos cinco o seis autos, y en la fachada hay una reja de ladrillos rojos con detalles en hierro negro, que ofrece seguridad. Alrededor de esta hay arboles y variada vegetación, lo que la hace lucir más cálida a pesar de tener un par de años sola.

Mientras estoy viendo el techo de mi habitación, escucho mi puerta abrirse, Noah entra silenciosamente y se acomoda a mi lado, observando la decoración de esta.

—Esta habitación me recuerda a ti de pequeña — dice pasando las manos por el tocador rosa a lado de la cama —, aun parece que esa pequeña Enid está aquí.

—Hay muchas cosas que no cambian aquí. — afirmo viendo el closet en donde hay un montón de ropa de niña.

—Amanecerá pronto — se sienta en el banco que hay en la ventana y despliega las cortinas viendo aun la oscuridad de la madrugada —, ¿No extrañas este lugar?

Me acerco sentándome frente a él, veo al mismo lugar, no hay estrellas, suspiro y asiento.

—Si, a pesar de llevar mas de diez años viviendo en Londres aun recuerdo este lugar con nostalgia.

—¿Así estaba antes? — sus ojos viajan de nuevo por la habitación y después por la poca fachada que se ve de la casa desde mi habitación.

Niego con la cabeza, mi casa no era así, mis padres la han ido remodelando, dejando mi ropa de pequeña en el closet para recordar siempre este bello lugar.

—No, antes era una pequeña casa de dos plantas, una pequeña cocina, sala y comedor, con cochera para un solo auto y un pequeño jardín, mi habitación no era esta, dormía con mis papás — veo alrededor, notando esas pequeñas cosas que han cambiado en ella —, esta no era una habitación, era una bodega donde metían muchas cosas.

—Tus papás han hecho un gran trabajo con este lugar — se sienta y me acerco a el colocando mi cabeza en su hombro — ¿Estas bien viniendo aquí?

Noto la preocupación en su voz, esta casa fue de mis abuelos, aquí vivieron un par de años mis papás y estar aquí después de tanto tiempo me hace recordar vagamente esos momentos en familia, con mis abuelos aquí, riendo y hablándome de sus años dorados. Nunca he sido apegada a nadie, para mí, mis abuelos siempre fueron buenas personas, a pesar de todo, los quise por cuidar de mí, pero fallecieron hace doce años, y regresar a este lugar es como si los volviera a ver paseando por la sala, sentados en el comedor o jugando con los perros en el jardín.

—Lo estoy — murmuro cansada —, es solo el cansancio del viaje y son también los recuerdos, no es fácil regresar después de mucho, la casa esta cambiada pero aún tiene esa esencia que ellos dejaron aquí.

—¿Quieres que me quede contigo? — me enderezo y sus ojos miel me miran con dulzura.



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En el texto hay: amor, crecer, amistad cariño

Editado: 26.08.2025

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