A mi familia, por su amor incondicional y por enseñarme a creer en mí misma; especialmente a mi papá, que, aunque ya no esté, su recuerdo y enseñanzas me acompañan en cada palabra que escribo.
A mis amigos, que me escucharon hablar durante horas sobre mis historias, que vieron cómo me emocionaba con cada página y me animaron a seguir adelante.
A todas las personas que leen mis palabras y disfrutan de esta historia; a quienes han vivido experiencias similares y encontraron en estas páginas un reflejo de sus emociones; y a quienes aman con locura e intensidad, como lo hice yo, ustedes son mi inspiración.
Gracias por ser parte de este viaje, por acompañarme y permitirme compartir mi mundo con ustedes.