Entre las cosas más tristes que podía decirle se me escapó un "Te amo"
Y es que nadie podría entender como era posible que un alma sin buscar un compañero simplemente se enamoro.
Era casi inaceptable creer que un corazón tan lastimado se arregló, tan lento, tan cálido; tanto que no se había dado cuenta cuando sucedió.
El fixo en sus besos, las risas reparadoras y el aroma en cada abrazo fueron suficientes para dar calidez a un espíritu casi apagado por los arrebatos de la vida.