Capítulo único

*Narra Bella:

Estaba más que furiosa. ¡Cómo podría!. Ese traidor. SOLÍA pensar en Jacob como mi puerto seguro, pero ya no. Esto había cruzado la línea y no iba a perdonarlo. Decirle/mostrarle a Charlie las motos era algo bajo incluso para él y lo sabía.

"Jacob va a ver un lado de mí que nunca antes se había desatado". Siseé.

"Esta es tu oportunidad, él está detrás de nosotros". Me informó Edward, luchando contra una sonrisa ante mi repentina furia. Rara vez me enojaba frente a él, pero mis arrebatos ocasionales ni siquiera se acercaban a lo que sentía y estaba liberando ahora. Me di vuelta en un instante y me encontré mirando el rostro engreído de Jacob.

"Bastardo". Grité.

"Eso es un poco duro. Sólo lo hice para que no pudieras pasar tiempo con el chupasangre". Se burló Jacob.

"¿Quieres que sea más dura porque soy capaz de hacerlo y su nombre es Edward para tu información?". Grité enojada.

"Como si no lo supiera". Murmuró Jacob.

"Si crees que alguna vez volveré a hablar contigo, piénsalo de nuevo porque no lo haré". Me enfurecí.

"Sí, claro, ni siquiera puedes guardar rencor por un día". La desafió.

"Mírame, hijo de puta". Grité.

"Jódete". Murmuró tratando de golpearme. Corrí detrás de Edward y miré a Edward para ver su reacción. Su cara estaba aún más enojada que la mía (si eso fuera posible) y nadie sería tan estúpido como para enojarlo más excepto tal vez Jacob porque es un perro estúpido.

"No te atrevas a tocarla". Amenazó Edward, su voz amenazadora.

"Mírame". Se burló de mí. Luego, Edward corrió hacia Jacob con una velocidad inhumana y le dio un puñetazo en la mandíbula.

"Ow". Gritó, saltando frenéticamente arriba y abajo agarrándose la mandíbula. Me reí de su dolor y choqué los cinco con Edward.

"Buena". Murmuré.

"Antes de que te mate, necesito que veas esto". Le dijo Edward a Jacob, burlonamente. Luego me tomó entre sus brazos y acercó sus labios a los míos. Me besó con entusiasmo y yo le respondí con intensidad y pasión. Cuando terminó todavía quería más, pero sabía que primero teníamos que lidiar con Jacob.

"Ja, perro, ni siquiera te acercaste tanto a mí, no sé por qué caí en tu acto falso". Me burlé.

"¿Puedo hacer el honor?". Me preguntó Edward emocionado.

"Nada me agradaría más". Respondí, también emocionada al ver el fallecimiento de esa triste excusa de hombre. Ah, es cierto, ES un perro. Me estremecí internamente de risa. Edward dio un paso adelante sonriendo para sí mismo y le arrancó la cabeza al perro callejero. Pateé su cabeza desconectada hacia la carretera donde fue atropellada por un automóvil en movimiento.

"Quién hubiera imaginado que podrías ser tan… , sexy". Gruñó.

"Te sorprendería lo que soy capaz de hacer". Respondí, sonriendo. Luego acercó sus labios a los míos una vez más.

Fin.