De los cuentos cortos que a veces son largos y de los cuentos largos que a veces son cortos, se pueden decir y hablar muchas cosas.
A veces hablo de alguien de forma especial, porque me interesa lo que piensa. También suelo hablar de lo que deseo, pero cuando hablo de lo que quiero encontrar, es más fácil darme cuenta que tengo todo, aunque parece, que no tengo nada.
En un lejano mundo, un pobre corazón buscaba al Amor. Mientras caminaba por los desérticos valles de la soledad, miró a lo lejos algo que llamó su atención. Con lentitud se aproximó y preguntó a un pequeño corazoncito que caminaba solo en otra dirección.
— ¿Quién eres tú que tan solo vagas? ¿De dónde te han traído tus pasos, porqué me extiendes tus brazos? ¿Y por qué no tienes alas?
— ¡No sé qué es lo que busco, pero te encontré! ¡No tengo alas todavía, pero te aseguro que un día, por el Amor yo las tendré!»
«Si me permites ir contigo, te ayudaré a buscar lo que quieres, pero igual te digo, que, si lo prefieres, seguiré solo para que no desesperes.
El corazón miró con ternura al corazoncito que encontró en su camino y decidió que podrían estar juntos, mientras se conocían.
Los pasos lentos de los dos nuevos amigos los retiraron lentamente de los valles de la soledad, adentrándose sin sentir, en el bosque del cariño.
El corazoncito miró entonces a un señor muy grande y fuerte. Este hombre hablaba con unas pequeñas criaturas que parecían niños. El corazoncito preguntó entonces al hombre.
— ¡Perdona amable señor la pregunta, mi amigo busca al Amor por el camino! ¿Acaso lo conoces o sabes su destino? ¿Habrá pasado el Amor por aquí? Es mi pregunta.
— ¡Lo he visto pasar hace mucho, cuando él era joven lo recuerdo, él vivió bajo mi techo, pero partió según me acuerdo!»
«¿Por qué no buscan por la noche a la Luna? Ella conoce al Amor muy bien, ¡Pero dense prisa en encontrarla, pues como ella ninguna, se desespera por el día que quiere nacer también!
Los dos amigos siguieron caminando y la noche los alcanzó en una hermosa playa de arenas blancas y frescas. El corazón miró al cielo y al mirar la Luna llena, preguntó mientras arrullaba al corazoncito, que, cansado del viaje, dormía entre sus brazos.
— ¡Disculpe usted hermosa dama que moleste, no quisiera importunar su camino lento, pero ahora que la miro, mi espíritu está contento! ¿Puedo pedir que una pregunta me conteste?»
«Vago solo por la vida en este suelo, buscando al Amor por todas partes, ¿Quiere decirme si algún día tendré consuelo, cuando encuentre al Amor, buscando cosas importantes?
—El sol casi se asoma por el horizonte, has viajado mucho sin hacer ningún reproche, el Amor está muy cerca, ¡Anda por la playa! Te prometo que lo encontrarás mañana.
Los años pasaron mientras los dos amigos seguían el consejo de la hermosa Luna. Su cariño se volvió más profundo y tuvieron un retoño cuando se besaron.
El camino de la playa los llevó por fin a un lugar lejano donde todos entran, pero nadie regresa.
El viejo corazón miró un ángel y por última vez preguntó.
— ¡Que bellas son tus alas ángel bueno! Busco al Amor por el camino, pero mis pasos ya son lentos y sin tino, ¿Puedes subir al cielo y decirme mi destino?
— ¡Quiero ayudarte corazón, así que dime! Si buscas al Amor, ¿Quién te acompaña?
—Un pequeño corazón que encontré una mañana.
—Tu vista te miente, no permitas que te engañe, el Amor viene contigo, no lo ves, porque no quieres.»
«Te quitó la soledad y te dio cariño, confiaba en ti cuando se quedaba dormido, te dio un hijo de su carne con tu sangre rellenado, el que está a tu lado es el Amor, no te sientas engañado.»
«Soy un ángel caballero y vengo por usted, el camino a terminado, así como tu sed, la muerte te deja mirar lo que estaba frente a ti, el Amor está contigo, es momento de partir.
— ¡Si eres un ángel bueno, déjame despertar!
— ¡Disculpa que te diga que no lo puedo aceptar!
—Yo buscaba lo que siempre en mi mano poseía.
—Has tardado en descubrirlo, ¡Yo no sé porque sería!
—Déjame decirle que he encontrado, el Amor por el camino, al corazoncito que ha esperado, a mi lado mi destino.»
«Deja que sepa que le amo con amor infinito, que en verdad a rellenado de calor mi vida con esto tan bonito.
—Anda pues y dale unos besos, Dile adiós a tu embeleso, pues la noche a caído y tu tiempo casi se ha cumplido.»
«Partiremos en dos horas, tomaremos otro rumbo, son dos horas de mi vida que para ti serán un mundo. No quiero cuando vuelva encontrarte en el camino.
—Gracias ángel tan querido, por hacerme este regalo.
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cuentos cortos, relatos cortos y personajes ficticios, cuentos breves para imaginar
Editado: 01.05.2021