Lo que se llevó el mar.

Un beso

Elena

Ya era tarde y Marina no llegaba. Entré a mi cuarto y me puse a pensar en ella y lo que pasó esta mañana. Sé que odia su cumpleaños, pero en serio pensé que le iba a gustar su regalo; sin darme cuente empecé a hablar en voz alta.

—¿Qué haré contigo Marina? no dejas de lastimarme y ya no puedo más, hago todo lo que puedo para verte bien, para que te sientas bien, sin embargo, para ti nada es suficiente, sé que no soy tu madre pero lo que no has entendido es que no eres la única que sufre aquí, yo también perdí a alguien, perdí a mi hermana ¡por Dios! y en ves de llorar me guardé mi dolor por ti, para cuidarte y dejé mi vida y mi ciudad para venir y estar contigo, pero tu ni gracias me has dicho; no me has preguntado cómo me siento y ¿sabes qué? me siento cansada de todo, yo también la extraño y no sabes cuánto".

Después de desahogar me se me escaparon algunas lágrimas que llevaba guardadas; escuché unos pasos y supuse que Marina había llegado, me limpié las lágrimas y me acosté en la cama; después de otras pequeñas gotas fugitivas, me quedé dormida.

Marina

Escuché a mi tía hablando en voz alta, escuché lo que pensaba, lo que sentía, quería llorar, pero ya estaba exhausta de tantas lágrimas; no la culpo, yo también estaría cansada si estuviera en su lugar, cansada de mí y mi estúpida actitud.

Mientras mis pensamientos andaban libres en mi mente di unos pasos hacia atrás sin siquiera pensar; esperé unos minutos y silenciosamente me fui a dormir.

Después de prepararme para el instituto, me puse lo que ahora era mi prenda favorita "el collar con la foto de mis padres ". Bajé a desayunar y antes de irme, me acerqué a mi tía y mientras la abrazaba le dije en el oído: "Perdóname, el regalo me encantó y descuida sé que te tengo cansada pero te entiendo". Me alejé dejándola con cara de asombro y confusión a la vez.

Estando ya en clases, al revisar mi bolso, noto que no está mi cuaderno de matemáticas y automáticamente entro en pánico; hoy debemos entregar una práctica muy importante y si no la entrego mi calificación bajará bastante.

Pensando en lo que haré, me llega una idea a la mente; tal vez me arrepienta de buscarlo, pero necesito su ayuda.

Mari _ 8:36 a.m.

Hola, necesito tu
ayuda.

Diego _ 8:37 a.m.

Hola, Mar que lindo
que ya me busques.

Mar _ 8:37 a.m.

Diego, es en serio;
necesito que me
traigas un cuaderno
que dejé donde mi
nana.

Diego _ 8:38 a.m

Está bien cielo.

Mari _ 8:38 a.m.

(*_*) (*_*)

Después de lo que para mí fue una eternidad; recibo un mensaje de Diego.

Diego _ 9:15 a.m.

Estoy en el techo.

Mari _ 9:15 a.m.

Ya voy.

Pienso en una buena excusa para salir del curso "que tengo que ir al baño esa nunca falla" pero en el segundo que subo mi mano para llamar la atención del profesor, de inmediato la bajo. ¡Qué tonta! no puedo decir que voy al baño y regresar con un cuaderno en la mano, ni que vendieran útiles en los inodoros.

Levanto la mano después de pensarlo mejor.

—Profesor, ¿me da permiso de buscar un cuaderno qué tengo en mi locker?

Bien pensado y es lo más cercano a la verdad.

—Puede ir, pero regrese rápido.

—Gracias profe.

Caminando en modo turbo, subo las escaleras y me sorprendo de no caerme; veo a Diego mirando hacía abajo y llamo su atención silbando.

—Hola, cielo.

—No me digas así ¿trajiste mi cuaderno?

—sí, pero...

Dice ese pero con una mirada tan juguetona que casi puedo jurar que este favorcito no me saldrá nada barato.

—¿Pero qué?

Levantó el cuaderno moviéndolo de un lado a otro, jugando con la poca paciencia que tengo.

—Dame un beso.

Dice eso mirándome fijamente a los ojos; su mirada me pone algo nerviosa en este momento.

—No y dame ya el cuaderno, debo irme o me llamarán la atención.

—Bésame.

Me acerqué a él para darle un corto beso y salir rápido de esto, pero para mi sorpresa ese no era su plan. En el momento en que nuestros labios se encontraron, me agarró de la cintura atrayendo me hacia él; escuché como dejó caer el cuaderno y la mano que lo sostenía, ahora estaba en mi rostro. No esperaba que fuera tan delicioso besar a Diego; nuestros labios encajan perfectamente como si ya se conocieran y su lengua lucha con la mía, un beso que empezó suave y ahora ya es intenso y lleno de pasión.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.