CAPITULO 7
UNA HERMOSA BODA
Nunca los pobladores habían visto una pareja tan hermosa y feliz como ellos, un mes después se ofició el
matrimonio civil, siendo registrado inmediatamente, por el asistente del funcionario del registro civil, y luego el
párroco de la comunidad le dio su bendición unos minutos después, ambos actos fueron uno inmediatamente
después del otro,
Amelia lució un vestido obsequio de su suegra, diseñado a petición de ella en una atelier muy elegante, el
corpiño de encaje sutilmente bordado por una fina pedrería diminuta que da luz y brillo al torso, cubría
completamente sus pecho y busto, extendiéndose desde el cuello hasta su cintura dejando sus hombros y
brazos desnudos, la falda en una sedosa y suave caída pendía en suave cascada desde su cintura hasta
sus pies y alargándose en la parte posterior en una hermosa cola que se arrastraba un poco más de un
metro en el piso, cubrían sus brazos y hombros una transparente gasa que cubría su espalda hasta unos
centímetros por debajo de su cintura en forma de ondeante triangulo, su cabello recogido en un suave moño
estaba rodeado de flores blancas y pequeños lazos de tul adornados con pequeños brillantes salpicados en
ellos,
El día de la boda habían asistido casi todos los vecinos a la ceremonia civil y eclesiástica, todos conocían a
Amelia y recordaban al joven Santiago antes de su viaje, se veía lo complacidos y felices que estaban todos
por recibir la invitación, por lo cual habían asistidos complacidos de desearle la mayor felicidad,
La boda fue realizada en la granja familiar, se tendieron varios tordos en la parte posterior con mesas y sillas
suficientes para los invitados, adornadas con flores silvestres al igual que el altar para la ceremonia, ellos
querían una boda solemne, delicada y sencilla, sin ostentaciones, eso no iba con la personalidad de los dos,
La ceremonia fue por el párroco de la iglesia y el registrador principal para oficializar la unión, Se veía el amor
que se profesaban los novios y eso era lo importantes, porque ambos se veían tan feliz, porque se amaban,
además del respeto y admiración que se tenían ambos,