CAPITULO 11
ANATOMIA DE UN SUEÑO VIVIDO
EN LA ACTUALIDAD AÑO 2021
Transcurría la tarde lentamente, pareciera que el señor del tiempo no quisiera que el día terminara, a pesar
del verano la tarde estaba fresca, la brisa haciendo más grata la agradable sensación que con lentitud
recorría la piel, el sol perezosamente iba apaciguando su esplendor, se acerca la noche y ahí en la plácida
tarde tomados de la mano estaban ellos, como los había visto durante esas inolvidables noches que la
ensoñación me los introducía en mis recuerdos, otra vez la pareja que enamorada se miraba casi sin
parpadear, con un infinito amor,
Sus rostros con esa sublime expresión de felicidad que solo se vive esa única vez, cuando estas eternamente
enamorada, cuando se es amado y correspondido de igual e irremediablemente, interminablemente
enamorados, se tomaron de la mano y en acuerdo silencioso se disponen a irse en su recorrido, ese que
han realizado tantas veces desde antes y después de su boda.
Los veo alejarse, sus manos juntas estrechamente, como afianzando cada uno la seguridad hacia el otro de
que nunca se soltarían y sin dejar de mirarse solo siguen caminando lentamente, alejándose dentro de la
oscuridad de la noche.
Abrí los ojos parpadeando en forma repetida, para aclarar mi visión, esta escena la había vivido ya muchas
veces como un film romántico, solo que no era una película, la escena la vivía y la veía en mis sueños, solo
mientras dormía, era tan real, como si estuviera viviendo el momento.
Amelia terminó de darse cuenta que despertó, estaba sudorosa, hacía calor y su almohada se había
humedecido en el lugar donde apoyaba su cabeza y las sábanas revueltas daban nota de la los movimientos
que por su inquietud mientras dormía, las hiso ver desordenada,
Ya al estar despierta completamente toma en cuenta la conocida e inquietante efecto dentro de su pecho,
dentro su centro de la alerta, donde esa campanita de dice de que ha perdido algo, dándole esa sensación
de tristeza que le aprieta el alma, tan conocida, tan repetida por estar segura saber que aún no encuentra
lo perdido o si alguna vez lo va a recuperar.
La sensación de calor es agobiante, nuevamente olvidó encender el sistema de aire acondicionado antes de
dormirse la noche anterior, como siempre estuvo tan ocupada hasta que se quedó dormida sin reparar en
nada, lo que la hiso murmurar algo molesta,
– ahora por haber dormido mal, tendré sueño y estaré cansada todo el día, – se dijo Ava molesta,
– en lo que amanezca espero no olvidar pedir la cita con mi terapeuta −, se dijo con algo de fastidio, no había
soñado con la pareja de amantes hace tiempo, específicamente desde mi cumpleaños del año anterior,
seguía pensando, mientras estiraba la mano hacia la mesita al lado de la cabecera de su cama para tomar el
control del aire acondicionado, encendiéndolo,
− ahora estaré triste de nuevo sin saber porque–, dijo en voz alta y quejumbrosa, a sabiendas que ni la cita
con el terapeuta ni las media docenas de sesiones con ella, le haría olvidar lo que siente cada vez que tiene
ese sueño.
Vio la hora en la pantalla de su teléfono, las cinco menos veinte minutos, decidió levantarse y adelantar algo
del trabajo que se traía a casa, dejó la cama y estirando los brazos sobre su cabeza tratando de relajar sus
hombros y cuello, se sentía un poco rígida, la tensión de tener ese sueño periódicamente le producía dolor de
cuello, fue al cuarto de baño y luego salió de sus habitación dirigiéndose a la cocina a preparar café,
Sentada en la mesa de la cocina, secando una la taza del gabinete, mientras la cocina se impregnaba del
agradable olor de café recién hecho, tomaba ya su café y a la vez repasaba en forma repetida y lentamente
las imágenes de la escena del sueño, esta vez tenía algo diferente, podía ver la sutil diferencia, pero no
lograba precisar cual era, la pareja parecía ser la misma, no podría decir con certeza si son personas
conocidas, nunca había visto sus caras completamente de frente, como para definir o reconocer sus rasgos,
Solo los contornos de sus mejillas, la silueta de sus perfiles labiales y nasales, la forma de sus frentes, la
delicada expresión de ella y el apuesto perfil masculino, eran de piel blanca, ya que siempre veía ese
contorno armónico de sus rostros y cuerpos esbeltos y elegantes, y si, solo esa mitad, ese agradable y