CAPITULO 13
UNA NIETA LLAMADA AVA
Siendo la segunda hija entre dos hermanos, Ava consideraba su vida ordinaria, muy tranquila, con un
pensamiento lógico desde muy niña, aunque sus padres siempre dieron igual atención a todos sus hijos, con
ella no tuvieron inquietudes, ya que con un temperamento fuerte y un carácter amable, paso su niñez y
adolescencia sin muchas travesuras emocionantes e inquietas durante su niñez, ni amores intensos o
complicados que dejaran secuelas de importancia durante su adolescencia, por lo que a veces creía que su
vida juvenil fue aburrida, dándole una prematura adultez y madures emocional, que según ella la libró de
meterse en problemas,
Dedicada únicamente a sus deberes de hija, hermana y de estudiante, por lo que ya antes de cumplir los
veintitrés años había logrado culminar con éxito sus estudios superiores sin dificultad y con honores, lo que le
permitió obtener un empleo muy pronto y poder realizar otros estudios que le ampliaron sus recursos
educativos.
Al no considerarme muy atractiva nunca tuvo pretendientes por falta de interés de su parte, por lo cual
adquirió una variada y preparadas excusas para no dejar acercarse a algunos pretendientes cautivos de su
personalidad madura y sofisticada, además estaba esperando a alguien, él indicado, el que estaba destinado
a ser su primera experiencia romántica y quizás el último, esto le permitió llegar a esa edad sin tener
aventuras ni romances., aun no tenia apuros en embarcarse en una relación que a lo mejor no resultaba.
Delgada, con una altura promedio superando con holgura el metro sesenta y ocho, poseía una cabellera
hermosa, con la cual permanecía aun con una melena castaña mucho más abajo de su cintura, que sin darse
cuenta era uno de sus atractivos naturales y envidiados por su hermoso tono y textura de suaves y naturales
ondas, los que enmarcaban su rostro, ovalado con una delicada redondes en sus mejillas haciéndola lucir
más joven aunque apenas ha alcanzado su adultez, ya que estaba próxima a cumplir los veintisiete años.
Ojos cafés con vetas doradas, de mirada profunda e intensa que denotaban el interés puesto en las tareas
destinadas y que no escapaban al escrutinio de sus congéneres y superiores, nariz fina, larga en armonía con
una boca generosa de labios de sutil carnosidad que le permitían una amplia y sensual sonrisa cuando algo
le provocaba gracia, permitiéndole una risa generosa en momentos de hilaridad y con lo cual dejaba cautivo a
quienes en muy pocas oportunidades la escuchaban.
Durante sus años de universidad se mantuvo en una bicromía de vestuario, entre el azul de los jeans, y el
blanco o el negro de sus camisas o suéteres, vestuario practico y cómodo según ella, y que nadie hiso que
cambiara de opinión, haciéndola desaparecer dentro su ambiente estudiantil como deseaba.
Tenis y sandalias durante el verano y botas durante el invierno, permitiéndose complementar su atuendo
algunos sacos y chaquetas o cómodos vestidos durante las reuniones familiares.
Hasta para dormir era cómoda, adquiriendo una gama de camisetas de diversos colores y estampados para
dormir.
Aún seguía usando jean, pero además mejoró su estilo a algo más propio a su trabajo, como sacos,
chaquetas y blusas más femeninas, un poco más elegantes pero cómodas.
Sus padres y hermanos tuvieron mucho cuidado de inculcarle el don de la seguridad en sí misma y del valor
que tiene como ser humano dueño de sus actos, por lo cual se formó con principios y valores familiares, lo
que le permitieron superar la etapa de su vida universitaria sin dificultades.
De pocos amigos y de firmes convicciones nunca llegó a gustarle alguien en particular, o tal o cual joven, así
que nunca tuvo pretendientes, a pesar de haberme llamado la atención algún chico durante mi niñez o
adolescencia, nadie fue lo suficientemente fuerte en sus pretensiones para que ella sedera en sus metas
personales, por lo cual no lleva esos recuerdos de amores juveniles, lo cual no llegó a influir en su
personalidad seria y madura, y a pesar de que algunas personas pudieran considerarla una joven
introvertida y nada social porque evitaba los grupos y las reuniones ruidosas, a ella le gustaba divertirse a su
manera y complacer sus gustos personales.
Podía reírse hasta que le doliera el estómago, por alguna película graciosa o comedia cuando la invitaban al