Lo Que SoÑamos Nosotros

CAPITULO 16 - UN SUEÑO COMO DE PELICULAS DE AMOR

CAPITULO 16

UN SUEÑO COMO DE PELICULAS DE AMOR

Ava se daba cuenta de que, a los casi cinco años desde que inició su trabajo de restauradora en el museo,

estos coincidían con el mismo tiempo en lo que se iniciaron sus sueños con los enamorados, ella no

precisaba la causa, solo sabía que sin fechas ajustadas, sin eventos condicionantes, pero si asociados a su

fecha de cumpleaños, días antes, el día y días posteriores a este, sin en su mes preciso, ocurrían, solo se

presentaban y luego desaparecían así como aparecían sin aviso previo, ya que podían ser días diferentes

antes o después de mi cumpleaños, coincidiendo solamente su presencia el día y hora de mi nacimiento, en

la madrugada de ese día.

Pensaba que me lo sabía de memoria así cada vez, esperar ver las mismas imágenes de cómo se iniciaban,

como se desarrollan y como terminaba, despertando con la sensación de un dolor y tristeza que no podía

evitar, sentía tal nostalgia que pareciese que fuese yo misma quien estuviese en el sueño y que por lo tanto

sentía y luego perdía ese amor que sentían sus protagonistas,

Siempre se iniciaban con la tarde moribunda, con el sol perdiendo su ímpetu, con la brisa suave moviendo

las hojas de los majestuosos árboles y ellos, la pareja de enamorados más atractiva que había visto, y no era

por el aspecto físico de ambos, sino por los sentimientos que irradiaba de ellos, la intensa mirada mutua, sus

cálidas expresiones de afecto más allá del aspecto físico, ellos se expresaban con todo sus sentimientos no

solo de amor o de afecto, también de respeto, como de admiración, ternura, mucho amor, cuanto amor en

esa mirada.

El corazón de Ava aun dormida, se contrajo con esa sensación extraña que expresa toda la intensidad de una

fuerte y de una grandiosa y eterna emoción, gemía por la sensación dolorosa, placentera y dulce, y cada

vez más intensa, el de estar con el ser amado y saberse correspondido, era como esa puerta abierta a una

eterna divinidad del afecto, de la fe y de la gloria que aún no has probado, pero que ya sabes y sientes de

su dulzura, reconocer que sabes de algo que aún no has podido ver o conocer.

Estaba sintiendo toda esa emoción y aún ella no había visto sus caras, cada vez que ordenaba a su mente

para que se acercara a ellos en silencio mortal, para ver más de cerca sus ojos porque solo veía sus caras de

perfil, el movimiento de mover un pie en su dirección le hacía caer en el abismo que la despierta de su

inconciencia y la obligaba a abrir sus ojos y darse cuenta donde estaba.

Ava voltea su rostro siempre en la dirección habitual donde se encontraba la pareja, pero ya la realidad la

hace sentarse en su cama y darme cuenta de que estaba despierta.

Sentarse y adentrarse en la realidad, ya no le resulta tan doloroso,

– Que fue eso, me estoy volviendo vieja –, pensó al darse cuenta de que lo dijo la frase en voz alta, Ava se

recriminó emitiendo su habitual mueca simulando una sonrisa, y no era que al acercarse la fecha de mi

cumpleaños me sintiera mayor, se recostó nuevamente en la almohada y repasó toda la escena.

–Mi corazón volvió a inquietarse esta vez, se dijo, Llevándose la mano al área cardiaca, mirando hacia el

hecho, se masajeaba el pecho, sin que lograra desvanecer con esa maniobra, la calidad sensación de la

emoción vivida.

–Que sueño tan extraño el de ahora, tan real y vívido, ojalá hubiese podido ver sus caras–, se relajó, entrando

nuevamente en la tranquilidad del sueño, prácticamente abrió la puerta entreabierta de la escena recordada,

ahí estaban ellos otra vez , solo que esta vez era ella,

Ava sentía la presión de una mano rodeando la suya, le presión de su otra mano en su hombro y una intensa

mirada oscura escudriñando la luz marrón que le regresaban los suyos, estaba viendo sus ojos, su nariz

respirando cerca de la suya, sus labios queriendo besar los suyos, estaba viendo su cara, la que quería

grabar en su memoria, pero solo duró unos segundos esa inspección, solo unos segundos antes de ser

interrumpidos, por un algo intempestivo y molesto le hiso abrir sin ganas sus ojos.




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