CAPITULO 18
ALGUIEN MÁS CON UN SUEÑO IGUAL A PELICULAS DE AMOR
Hacía varios años ya que se repetía ese sueño, imágenes de él pasaban continuamente por su mente
inconsciente mientras dormía, un sueño que se sabía de memoria, por las veces que lo había vivido, siempre
al final de la tarde cercana a la noche, cuando el sol empieza apagándose cambiando a sus tonalidades
rojizas del ocaso, apagándose en las formas de las ondulantes nubes, la brisa suave, las hojas de los árboles
moviéndose, haciendo pequeños remolinos con las hojas caídas , lo que le daba el toque mágico de leyenda
de hadas y nomos, luego ellos se hacía presentes, como si acercaras la cámara para decir acción dandole
inicio a esa escena romántica entre los protagonistas,
Ahí, tomados de la mano mirándose, él sintiendo la intensidad de los ojos café en la oscura profundidad de
los suyos, Santiago se estremeció, su corazón sintió la conocida sensación entre tristeza, añoranza y sentida
perdida que lo embargaba cada vez que soñaba con ellos, estrujando su interior haciendo doler su corazón.
Parado a la entrada del lijoso condominio, movió su cabeza de ambos lados como tratando de dispersar los
pensamientos, tomó su maleta con firmeza y subió la escalera hacia el segundo piso, siguió caminando por el
ancho pasillo hasta pararse en una de las puertas sacando unas llaves de su bolsillo, abrió la puerta de
madera tallada y entró al espacioso recinto, encendió las luces y extendiendo su mirada por el lugar. Le gustó
lo que vio era en verdad un lugar hermoso y muy bien conservado.
Santiago dejó la maleta en el piso y giró hacia la cocina dejando la bolsa con comida que traía en una de sus
manos sobre la superficie de mármol del mesón, abriendo las puerta de dos de los muebles de madera a
ambos lado sobre la encimera donde estaba la cocina y el fregadero, buscando lo que esperaba encontrar, el
microondas que necesitaba para calentar la comida, después ducharse e irse a dormir, se sentía agotado,
había trabajado con intensidad toda la semana, para adelantar trabajo y poder tomarse la semana en loque
había venido hacer .
No estaba preparado para lo que siguió a continuación, un zumbido agudo y titilante penetro sus oídos lo qué
hiso que cerrara la puerta del microondas y se dirigiera nuevamente a la puerta,
– que estaba sucediendo −, se preguntó en voz alta.
Afuera ya se encontraba varias personas, encaminándose hacia las escaleras, por lo cual se dirigió también a
la salida, justo antes de llegar a la escalera, una persona mayor le hacía señas para que se detuviera,
–Ava no ha salido de su apartamento, tóquele la puerta por favor –, el espero unos segundos antes de
reaccionar, fue en la dirección indicada y tocó fuertemente sin recibir respuesta, tocó nuevamente con más
fuerza.
−Ya voy, ya oí, ya voy, – escucho una voz suave y somnolienta desde el interior en el momento que abría la
puerta dándole la oportunidad de ver a la dueña de una hermosas y largas piernas, descalza y vistiendo solo
una camiseta varias tallas mayor a ella que la cubría apenas hasta sus muslos.