CAPITULO 29
UNA REALIDAD QUE NOS HA UNIDO Y QUE AUN NO CONOCEMOS
Hacía ya varios meses que quería radicarse en esta comunidad y establecerse como gerente del área de
eventos artísticos del museo y el teatro que habían adquirido mi familia desde los años cuando mis abuelos
eran jóvenes, en esa ciudad, la que había sido el lugar donde los abuelos habían vivido y criado a sus hijos,
antes de irse a otras ciudades.
El lo había heredado de su abuelo al igual que el apartamento, y ahora cómo dueño y como curador jefe,
tenía planes innovadores que ayudarían a mejorar la calidad de los museos de la zona, sus expectativas eran
muy altas en cuanto al proyecto total, esperaba que todo diera buenos resultados.
Su abuelo le había inculcado el amor por el arte, lo que hiso que heredara múltiples obras de artistas
nacionales e internacionales, como también el hecho de haber conocido monumentos convertidos en museos
en varias partes del mundo.
Me hacía mucho falta el abuelo, ya hacía varios años de su muerte, cuando aún no era siquiera adolescente,
pero aun así lo recuerdo y lo extraño mucho, lo tenía muy presente, más aún después de su reconocimiento
de mi notable parecido con su hermano, mi tío abuelo Santiago, desaparecido y muerto en la guerra, lo cual
fue motivo de múltiples oportunidades de llamarle clon, sus rasgos eran tan extrañamente parecidos que
hasta llevaban el mismo nombre.
Por conmemorarse la fundación del museo era este mes, entre sus actividades estaba una exposición
fotográfica de sus familias que incluiría muestras de fotografías de su abuelo y su hermano y del resto de su
familia, como de la familia de su esposa y de ella durante su vida antes de su temprana muerte y que ya
habían sido enviadas a la restauradora del museo, con la cual tenía una reunión que estaba prevista para el
lunes a las diez de la mañana.
–Espero poder entrevistarme con ella antes de la exposición–, pensó, además de entregarle las últimas que
me fueron enviadas y que aún no he visto.
Mañana las revisaría también, ya era tarde y quería recuperar el sueño que había perdido anoche.